El Ejecutivo nacional cree poder lograr una transición económica “en la mayor de las quietudes y bien prolija” hacia el próximo gobierno. “La idea es calmar la economía, lograr estabilizar algunos números, bajar un poquito la inflación y lograr llegar al 10 de diciembre más o menos con comodidad, para que la bomba les estalle a los que vengan”, explica un analista del Banco Central que conoce a fondo la estrategia de Cambiemos: “Hay que comprar tiempo, y si es necesario, le pedimos más guita al FMI para pagarlo”.

Por estos días, el Gobierno se debate entre hacer férreos intentos para bajar la inflación o dejar que se desboque, porque “total en Clarín y La Nación no se va a notar”. Por las dudas, desde las oficinas del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, abren algunos paraguas: “Este es un gobierno que fracasó en algunos intentos económicos, pero sin duda fijó las bases para un próximo mandato en el que vamos a fracasar en los mismos y otros intentos económicos”, indicó un asesor del ministro.

De cualquier manera, el Gobierno admite que la inflación de 2019 será superior al 35%, pero “se mantendrá en un ocho por ciento hasta el 10 de diciembre y estallará antes del 31, tras la asunción del nuevo gobierno, que destrozará todos nuestros esfuerzos”. Desde la Casa Rosada no se aventuraron a predecir qué pasaría con el dólar si Cambiemos pierde las elecciones. “No podemos anticipar a cuánto se irá el dólar, pero lo cierto es que se irá. El próximo verano, mientras el nuevo ministro de Hacienda no tenga vacaciones, va a haber balseros, lanchas, yates y hasta transatlánticos en el río cruzando dólares al Uruguay”, afirma un analista del Banco Central, quien también anticipó que la Chantapufismo Lousteau: “Mis principios son conversables, pero mis rulos y mi estilo casual no se negocian” “Tres rábanos… estrategia es “comprar tiempo, si es necesario pidiéndole más guita al FMI, y que la bomba les estalle a los que vengan”.