Reconocida como Hija Predilecta de Madrid cuando aún no se han cumplido dos meses de su muerte, el alcalde de la capital española, José Luis Martínez-Almeida, cuestionó ese homenaje simbólico en una entrevista. La reacción del compañero de vida de la autora, el poeta Luis García Montero fue inmediata y la escritora fallecida el 27 de noviembre de 2021, a los 61 años, se convirtió en el centro de una polémica política.  

Fue la misma razón política la que hizo que a su entierro no acudieran las autoridades de Madrid, contrarias al gobierno nacional. Poco importó que Madrid fuera la ciudad donde nació la autora y, además, un escenario recurrente de sus historias de repercusión internacional. «Almudena Grandes –dijo el alcalde- no merece ser Hija Predilecta de Madrid pero yo he hecho un balance, una ponderación. Si puedo bajar los impuestos a 700.000 recibos del IBI o que la Policía pueda incorporar cientos de efectivos a cambio de que Almudena Grandes sea Hija Predilecta, yo creo que los madrileños prefieren que se les bajen los impuestos y que la policía pueda incorporar cientos de efectivos más».

Según informa Télam, García Montero, actual director del Instituto Cervantes dijo refiriéndose Martínez Almeida: «Leo declaraciones mezquinas del alcalde sobre Almudena Grandes. Debería tratarnos con más dignidad a los madrileños. Si se siente traidor ante sus amigos de extrema derecha, allá él. Gracias a Madrid y al Ayuntamiento por nombrar a Almudena Hija Predilecta»

La alcaldía madrileña había votado en contra de nombrar a Grandes como Hija Predilecta de la ciudad, pero luego el Ayuntamiento, habría aprobado la nominación como parte de la negociación con sectores de izquierda para sacar adelante el presupuesto. La autora también tendrá una calle en la capital, tal y como aprobaron todos los partidos a excepción de Vox.

En la entrevista que fue la piedra del escándalo, se le preguntó a Almeida su opinión sobre unas declaraciones realizadas por Grandes: «fusilaría cada mañana a dos o tres voces» que la «sacaban de quicio». El alcalde las tildó de “lamentables” y añadió: «Votamos a favor de darle una calle porque al margen de esas cosas lamentables que escribió fue una persona que ha leído mucha gente, con premios literarios y vinculada a Madrid».

En una entrevista concedida al diario El País de España, García Montero dijo refiriéndose a la falta de representación institucional de la alcaldía madrileña en el entierro de su esposa: “Personalmente no eché de menos a nadie; institucionalmente, sí. Tengo amigos del Partido Popular. Marta Rivera de la Cruz, consejera de Cultura, estuvo. No eché en falta al PP porque con Almudena y conmigo tiene poca relación. Mucho menos a Vox.”

En otra entrevista concedida al mismo diario recordó los últimos momentos de su esposa “Nosotros fuimos optimistas –dijo- casi casi hasta el final. Estuvimos mucho tiempo creyendo que lo iba a superar. Después de la operación de Nochevieja y de la quimioterapia, en una revisión en junio volvió a salir la enfermedad. Cuando empezamos a ver que la cosa se estaba convirtiendo en un callejón sin salida fue en agosto. Ella se tomó la enfermedad con la misma disciplina con la que escribía. Había en su actitud frente al cáncer ese espíritu de esperanza y resistencia. Fue en octubre y noviembre cuando empezamos a hablar de un futuro sin ella. Cualquier persona que acompaña a un enfermo de estas características sabe los momentos duros que se pasan, pero ahora, en mi memoria, los últimos días cuidando de Almudena han sido los más felices de mi vida».

Resulta realmente lamentable que razones de tipo político empañen un justo nombramiento simbólico a quien paseó el nombre de su ciudad natal por todo el mundo y dejó un importante legado literario. La mayor parte del ámbito de la cultura repudió los dichos de Martínez-Almeida.