A 30 años de la muerte de Antonio Di Benedetto, el primer escritor secuestrado por la dictadura militar argentina, su obra es revisitada por autores contemporáneos que rescatan, sobre todo, el valor de su emblemática novela Zama, que próximamente será llevada al cine por Lucrecia Martel. Nacido un 2 de noviembre de 1922 en Mendoza y fallecido un 10 de octubre de 1986 en Buenos Aires, Di Benedetto fue un dedicado escritor que trabajó como periodista, llegando a ser vicedirector del diario mendocino Los Andes, donde se destacó por su firme postura contra la censura.

Detenido el mismo 24 de marzo de 1976 -en el inicio de la dictadura- en su despacho del diario Los Andes, el escritor fue encarcelado y torturado, sufriendo varios simulacros de fusilamiento, hasta que fue liberado en 1977. De esa experiencia terrible surgieron los cuentos de «Absurdos», que escribía con letra microscópica en las cartas que podía mandar. Exiliado en Europa, dio clases en Francia y en España, vivió seis años en Madrid, y regresó a la Argentina con la recuperación de la democracia, gracias a la gestión de escritores como Ernesto Sábato, Enrique Molina, Jorge Laffourgue y Ricardo Piglia, entre otros. Nunca logró curarse completamente de las marcas que le dejó el horror.

Juan José Saer, uno de los primeros escritores en destacar el valor de la literatura de Di Benedetto, sostuvo alguna vez que Zama «es, por ciertos aspectos de su concepción narrativa, comparable a las obras mayores de la narrativa existencialista, como La náusea y El extranjero«. «Yo creo -señaló el autor de El entenado-, sin embargo, que por la circunstancias en que fue escrita y la situación peculiar de la persona que la escribió, Zama es en muchos sentidos superior a esos libros».

En Buenos Aires, su obra fue rescatada por la editorial Adriana Hidalgo, que desde 1999 reeditó, además de Zama, los libros Los suicidas, El silenciero, Sombras, nada más y El pentágono, así como, por primera vez, sus cuentos completos en 2006. Además, este año, la misma editorial presentó los Escritos periodísticos (1943-1986) del escritor, que dan cuenta de su intensa labor en ese oficio, compilados por Liliana Reales.

Durante este mes se realizará un homenaje al autor de El silenciero en el Museo Casa de Ricardo Rojas (Charcas 2837), organizado por el Instituto de Literatura Hispanoamericana de la Facultad de Filosofía y Letras y la Universidad de Buenos Aires Núcleo Onetti de la Universidad Federal de Santa Catarina, Brasil, los días 17, 18 y 19 de octubre, con entrada gratuita. Los escritores Selva Almada, Jorge Consiglio, Hernán Ronsino y Martín Kohan hablaron sobre la importancia de la obra de Di Benedetto, de quien el lunes se cumplen 30 años de su fallecimiento.

A partir de su experiencia en el rodaje de la película Zama -a donde fue invitada el año pasado por la productora REI cine-, Almada comenzó a escribir El mono en el remolino, un libro que será publicado el año que viene. «Son crónicas breves, pequeñas escenas, viñetas, impresiones personales del rodaje, de los escenarios de la película, de algunos actores, actrices, del equipo técnico», cuenta la autora de El viento que arrasa. Y explica que «fue bastante difícil encontrarle la vuelta porque no es un diario de rodaje ni un ensayo sobre la película, ni mucho menos. Los primeros borradores eran textos más largos, intercalados por algunas entrevistas, pero este formato no me convencía». Lo que hizo, entonces, fue «trabajar sobre estos textos, desmalezarlos, podarlos. El resultado es esta serie de textos muy breves y algunos bastante líricos. Además van a estar intervenidos con algunas imágenes del detrás de escena del rodaje». «Zama es quizá la novela más importante de la literatura argentina -sostiene la escritora-. No simplemente por lo que podríamos llamar la anécdota que es tan universal y tan argentina al mismo tiempo: la espera eterna, la postergación, ese mono que no consigue zafar del remolino y seguir río abajo». «Si no también -continúa- por su escritura: es un texto exquisito que se va extrañando a medida que se avanza en la lectura, que va construyendo sus propias reglas y, por supuesto, su propio lenguaje. Si a esto le agregamos que Di Benedetto la escribió en un par de semanas, es impresionante».

Para Consiglio, la obra de Di Benedetto «es clave para nuestra literatura por dos factores: el primero tiene que ver con el uso particular que hace de la sintaxis. Logra que sus textos respiren de una manera personal, única». «No se trata de una mera cuestión estética, la sintaxis ‘dibenedetteana’ es absolutamente connotativa, permite que el significado de cada palabra sea el inmediato, el que se determina por contexto y, al mismo tiempo, muchos otros», apunta el autor del reciente libro de cuentos Villa del Parque. «El segundo -explica- se relaciona con la destreza que tienen sus narradores para extrañar el universo en el que están inmersos. Para lograr este efecto no emplea disparadores fabulosos ni giros sofisticados; se trata, más bien, de pequeños corrimientos, movimientos sutiles que, justamente en virtud de su insignificancia, logran distorsionar por completo el universo cotidiano». Según Consiglio, Zama es «una novela que desborda su propia matriz. No se trata de un texto de ficción bien escrito o de un relato que narra una historia apasionante. Es mucho más que eso. El efecto es parecido al de una bomba. Cuando uno lee esta novela se expone a su onda expansiva. Te golpea, te arrastra, te lleva por delante. Es un libro fundamental porque condensa un cruce estético que lo convierte en un relato genuino y poderoso».

Para Ronsino, Di Benedetto «es un autor que provocó algunos giros importantes en la literatura argentina en el siglo XX y, también, influyó a muchos autores. Como a Saer, por ejemplo. Esos giros, creo, tienen que ver con el modo de escapar del costumbrismo». «Es un escritor que escribió mucho desde su provincia, Mendoza, haciendo una literatura que estaba en diálogo con el objetivismo francés o con el existencialismo. Zama o El silenciero, en ese sentido, ocupan un lugar central en la literatura argentina», sostuvo el autor de Glaxo. Por su parte, Martín Kohan cuenta que llegó al universo de Di Benedetto a través de Juan José Saer, «que señaló hace muchos años su injusto relegamiento (esto antes de que se emprendiera la reedición de todos sus libros). Sin dudas hay ahí una zona que funciona como tradición y también como legado». Según el autor de Fuera de lugar, el aspecto más importante de la obra de Di Benedetto es haber logrado «un lenguaje literario que es, a un mismo tiempo, nítido y denso». Y sostuvo que el carácter fundamental de Zama radica en «narrar a la perfección una de las cosas más difíciles de narrar: una espera».