El escritor Salman Rushdie, de origen indio pero con doble nacionalidad británica y estadounidense, fue atacado cuando estaba a punto de dar una conferencia la Institución Chautauqua, en el oeste de la ciudad de Nueva York, en Estados Unidos. Según la agencia de noticias Associated Press, uno de sus periodistas pudo ver cómo un hombre irrumpió en el escenario y comenzó a golpear o apuñalar a Rushdie mientras lo presentaban. El autor cayó al suelo y el hombre fue inmovilizado y detenido por los efectivos de seguridad.

Por el momento, se desconoce el estado de salud del escritor, quien lleva décadas amenazado por Irán tras haber publicado su novela «Los versos satánicos», prohibido desde 1989 y considerada blasfema por las autoridades de ese país. Ese año, entonces líder supremo iraní, el ayatolá Jomeini, emitió un decreto para pedir la muerte del escritor y si bien el gobierno de Irán terminó distanciándose de la «fatua», el edicto de Jomeini, pero, en 2012, una fundación religiosa iraní semioficial elevó la recompensa por Rushdie de 2,8 millones de dólares a 3,3 millones de dólares.

Rushdie, quien escribió su obra en inglés y es desde hace años uno de los eternos aspirante al Nobel de Literatura, minimizó en aquel entonces la amenaza y dijo que “no había evidencia” de que las personas estuvieran interesadas en la recompensa. La fama internacional le llegó con la novela «Hijos de la medianoche», publicada en 1980, libro con el que ganó el Premio Booker, el más prestigioso del Reino Unido. Aquel texto también provocó polémica: en la India cuestionaron los supuestos comentarios despectivos hacia la entonces primera ministra del país, Indira Ghandi.

El vínculo de Rushdie con la literatura latinoamericana

El estilo de su narrativa fue comparado con el realismo mágico de Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes y él mismo ha reconocido en numerosas ocasiones sus importantes vínculos con la literatura latinoamericana. Su último libro, titulado «Quijote», de 2020, es una relectura de la obra de Cervantes que el autor adapta a la situación que vivía en ese momento Estados Unidos bajo el gobierno de Donald Trump. “Cuando se celebró el cuarto centenario de las muertes de Cervantes y Shakespeare en 2016, releí el Quijote y vi cómo surgían en mi cabeza pícaros a los que puse el nombre de los personajes inmortales de Cervantes. Para mí, esta novela es un poco lo que fue Hijos de la medianoche: una especie de compendio de todo lo que quiero ser y decir como artista”, contó Rushdie durante una entrevista con el diario El País de España en el marco de la divulgación de su última obra.