La fotografía del país, como no podía ser de otro modo, participó de los vaivenes de la política argentina, padeció los avatares de la censura y disfrutó de las primaveras intermitentes  que le permitieron mostrar su costado más visceral  y comprometido con la realidad.

La gran muestra que se puede ver actualmente en la Fototeca Latinoamericana (FOLA), NAF Nucleo de Autores Fotográficos, es el resultado de una de esas primaveras que, sin embargo, no estuvo exenta del fantasma que suele perseguir a todo acto creativo, la censura. El material expuesto -190 fotografías de 45 autores argentinos – abarca los años comprendidos entre 1984 y 1989. A través de sus imágenes se expresa la creatividad de quienes integraron ese grupo.

El NAF fue el producto de dos fotógrafos inquietos en continua reflexión acerca de la función de la creación fotográfica: Ataúlfo Pérez Aznar y Eduardo Grossman.

“Luego de muchas charlas con colegas a través de los años –le dice Pérez Aznar a Tiempo Argentino– con Eduardo Grossman vimos la necesidad de organizar un grupo. Nos reunimos en La Plata e hicimos una lista de personas a invitar a participar de él y ese documento está expuesto hoy en la muestra de FOLA. Entendimos que el grupo debía estar integrado por 10 o 12 personas, una cantidad que permitiera crear un ámbito de debate. Esto fue en 1984, un momento que consideramos propicio porque estábamos en democracia. Comenzamos a reunirnos y escribimos un manifiesto que también puede leerse en Fola. El objetivo era poder realizar grupalmente cosas que era casi imposible hacer de manera individual, como publicar libros fotográficos con la calidad debida, hacer muestras más ambiciosas y, sobre todo, vincularnos a otros países latinoamericanos. En algunos de ellos casi no había expresiones de fotografía cultural como a nosotros nos interesaba.”

NAF se fue diluyendo paulatinamente y se disolvió en el 1989, pero durante este tiempo se realizaron cuatro muestras que son las que se pueden ver hoy en FOLA. Además, el grupo pudo cumplir  uno de sus objetivos principales que era organizar las primeras Jornadas de fotografía Buenos Aires-La Plata en 1988. De los 6 organizadores de esas jornadas, tres eran del NAF. “Más allá del desgaste que produjo su organización –señala Pérez Aznar- consideramos que habíamos cumplido con nuestro objetivo fundamental. Era la primera vez que se organizaba en el país un evento fotográfico internacional al que acudieron invitados del extranjero y hubo más de 30 muestras de fotografía.”

“El NAF –aclara- era un grupo cerrado compuesto solo por 12 miembros, pero teníamos  un concepto totalmente abierto y solidario de la actividad fotográfica. Tanto que uno de nuestros integrantes, Hubo Gez, que era de San Luis y que conocía a los Rodríguez Saá consiguió una invitación para viajar a esa provincia. Entonces decidimos invitar gente que no era del NAF. Fue algo muy interesante la convivencia de 17 fotógrafos durante una semana. En un momento del día cada uno se dedicaba a su propio trabajo, pero comíamos juntos, charlábamos y discutíamos los problemas que considerábamos que teníamos que ir puliendo y discutíamos qué proyectos tendientes a mejorar la fotografía argentina debíamos encarar a futuro. Hicimos  una muestra, 17 fotógrafos y San Luis, de la que vale la pena destacar un dato interesante. Las autoridades creyeron que iba a ser una muestra turística que les iba a servir para aumentar el turismo en la provincia y se sorprendieron cuando vieron las fotos que teníamos, que eran totalmente personales porque si algo fomentó el NAF fue la fotografía como medio de expresión.”

La segunda muestra del NAF se llamó Fotones. De ella no participaron todos sus miembros, pero, en cambio, fueron invitados algunos fotógrafos ajenos a él. Tal es el caso, por ejemplo, de Hilda Lizarazu. Fue la primera vez que se hacía fotografía de gran formato como medio de expresión porque, hasta ese momento, según lo aclara Pérez Aznar, a las fotos de gran tamaño se las llamaba “murales” tal como se las denominaba en su utilización publicitaria. A veces, estos “murales” estaban destinados a cubrir las puertas de los teatros de la Avenida Corrientes. Esta muestra se desarrolló en la galería del Centro Cultural San Martín.

En 1986, pese a la recuperación democrática, la tercera muestra del grupo que, paradójicamente, se llamó La primera del NAF, porque era la primera de la que participaron todos sus integrantes, sufrió la censura. Cada autor presentó 10 trabajos, un número que permitía desarrollar una mirada personal.  A 48 horas de la inauguración, la  policía irrumpió en el lugar donde se desarrollaba la muestra, el Centro Cultural Las Malvinas (Florida 753, hoy Galerías Pacífico) y secuestró las 10 fotos de Gianni Mestichelli, las 10 de Pérez Aznar y 3 de Enrique Abbate. Ese material había sido denunciado por obscenidad porque se trataba de desnudos. “El secuestro –dice Perez Aznar- se realizó por orden del juez Eduardo Sabattini, el mismo que mandó secuestrar durante la dictadura la película Último tango en París. De modo que esa muestra no se pudo ver hasta hoy, que está en FOLA. En ese momento, decidimos conjuntamente, en lugar de levantar  toda la muestra, poner en cada lugar vacío que allí había habido una foto y explicar la situación. Los integrantes de esa muestra éramos fotógrafos que estábamos surgiendo y que hoy están entre los más conocidos del país.”

La cuarta y última muestra del NAF fue de fotografía contemporánea y se llamó Brasil. “Yo tenía contactos con Brasil –cuenta Pérez Aznar- que hice cuando viajé en el año 79 y que luego continué en la galería Omega que fundé a principio de los 80. Brasil tenía apoyo estatal para el desarrollo del a fotografía  y comenzamos a estrechar vínculos. Es necesario aclarar que en ese momento la mayoría de los fotógrafos argentinos estaban más interesados en lo que sucedía en Europa y en Estados Unidos que en el país y el resto de América Latina. Para nosotros, en cambio, lo fundamental era Latinoamérica y también el interior del país. Se hacía una muestra en el mejor lugar posible de Buenos Aires y luego quedaba arrumbada porque nadie tenía interés en exponer en el interior del país. El NAF incorporó a la fotografía argentina una visión totalmente distinta.  Por eso, en 1987 llevamos a Ouro Preto una muestra en la que estábamos no solo nosotros doce, sino otros 45 fotógrafos pertenecientes a diferentes generaciones entre  los que estaban Alicia D`Amico, Adriana Lestido, Alejandra Niedermayer, Jorge Aguirre…La nuestra era una propuesta abierta y participativa que pudimos plasmar en esa muestra.”

Entre el año 84 y el 88 el NAF se reunió semanalmente para desarrollar una labor crítica y autocrítica de la fotografía argentina. “Tan es así –afirma Pérez Aznar- que Marcos López, cuando en varias entrevistas le preguntan por su formación como fotógrafo él dice `yo me formé en la Universidad del NAF`. Cuando se cumplieron 30 años de la formación del grupo, intentamos hacer una muestra pero no se pudo porque cada uno estaba en sus propios proyectos. Entonces decidí llevarla adelante como sea e invité a Silvia Mangialardi, dueña y directora de la mejor revista de fotografía que existió en la Argentina, Fotomundo, pedimos un apoyo a Mecenazgo y encaramos la realización del proyecto. No solo quise exponer las fotografías censuradas, sino las cuatro muestras porque a través de ellas se puede ver el sentido que le dábamos a la fotografía, basado en lo solidario. Sobre todo porque en los 90 se entró en un individualismo egoísta  pernicioso para la fotografía. Por eso, las cuatro muestras con  un homenaje a los fotógrafos argentinos que comparten ese espíritu solidario y colaborador. La fotografía tiene que apuntar a nuestra memoria visual como país, fue difícil, engorroso porque algunos fotógrafos habían muerto y otros se habían ido a vivir al extranjero, pero estamos más que satisfechos. Fue extraordinario haber reunido ese material, sobre todo en un momento tan difícil como este. Obtuve el apoyo de todos los fotógrafos, excepto de uno que no estuvo de acuerdo, para conformar con ella una exposición permanente que esté a disposición de instituciones que la quieran llevar para recorrer el país. Esa es una forma de escribir nuestra historia fotográfica. Muchos de los fotógrafos de la muestra son muy conocidos, pero nadie sabe qué hacían a principio de los 80.”

El objetivo más difícil de concretar para Pérez Aznar es lograr apoyo financiero para publicar un buen libro con las fotografías de esta muestra. “Necesitamos –dice- una empresa que nos haga una compra. El dinero de Mecenazgo nos alcanzó solo para hacer material gráfico, las copias de trabajo, el diseño gráfico y la impresión de un libro digital como modelo del libro que queremos realizar. Ahora viene lo más difícil, porque hacer un libro de unas 260 o 280 fotos con papel de calidad tiene un precio elevado. Este es el próximo reto que enfrentamos, que el esfuerzo que hicimos durante dos años para poder reunir el material  se concrete en algo tangible y permanente como un libro.”

La muestra se puede visitar hasta el 6 de junio en FOLA, Arcos District, Godoy Cruz 2626, CABA , con pedido de horario previo a través de la página oficial de la institución.