Explorar la música de raíz folklórica y hacerlo desde la originalidad que brinda una formación poco usual es una tarea que no siempre da resultados satisfactorios.

Pero cuando se encuentran cuatro jóvenes y destacados artistas con las inquietudes y las herramientas necesarias para asumir este reto, ofrecen una respuesta como la que se escucha en Tonadí, el primer trabajo discográfico de Vuela Chiringa.

Formado por Silvia Juan Bennazar (voz), Santiago Torricelli (piano y arreglos musicales), Rafael Delgado (violonchelo de 5 cuerdas) y Lucas Trosman (percusión), este cuarteto se sumerge en obras del cancionero folklórico en el que conviven autores tradicionales con otros contemporáneos.

Gran parte del encanto que transmite el disco lo proporciona el tratamiento sonoro en el que el piano y el violonchelo juegan entre sí mediante los arreglos de Torricelli, frescos y creativos.

Delgado se constituye en un sostén armónico, melódico y rítmico. En este último aspecto es apoyado por la eficiente percusión de Trosman, siempre presente con el toque preciso y original.

Los tres establecen el marco instrumental para que la voz de Bennazar cautive al oyente con la expresividad de su canto.

Los integrantes del grupo vienen desarrollando desde hace tiempo intensas y reconocidas actividades en sus trayectorias individuales.

Vuela Chiringa como punto de encuentro hace que sus personalidades potencien el resultado musical basado en un repertorio atractivo.

«Tonada del cabrestero», de Simón Díaz, el tema que abre la placa, muestra el juego que predominará en todo el álbum e invita a compartir el criterio creativo del cuarteto que se caracteriza por texturas y coloraturas que guían al oyente por un territorio sonoro en el que la voz de Bennazar protagoniza momentos memorables. Así ocurre en la sugerente «Tonadí», de Sebastián Monk (con la participación de Santiago Álvarez en armónica) o el dinámico vals «Los grifiñafitos», de Henry Martínez (con María de los Ángeles Ledesma y Georgina Hassan en voces y Matías Furió en maracas).

La interacción del piano, el violonchelo y la percusión, apuntalados por arreglos de carácter camarístico, transmiten virtuosismo y audaz inventiva.

Esto se hace evidente en «La cocinerita» (recopilación de Leda Valladares), tema que va ganando en fuerza a medida que transcurren los compases, o en «Kalaywa», de Rafael J. Delgado, única pieza instrumental del disco.

El álbum estalla en el ritmo contagioso de «El tamalito», de Andrés Soto (con Victoria Polti en flauta) y encuentra reposo en «La paciencia, pobrecita / Las Tejedoras», de Oscar Alem y María Elena Walsh, en una versión serena y elegante.

La cálida «Hojas de camino», de Lisandro Aristimuño, sirve de epílogo para un trabajo en el que se conjuga el talento de cuatro artistas que exploran el territorio de la música folklórica con una mirada y una búsqueda estética propia.

Vuela Chiringa presenta Tonadí, hoy, viernes 28, a las 21 en Hasta Trilce, Maza 177 – CABA .