«Hay gente que con solo decir una palabra/enciende la ilusión y los rosales, /que con sólo sonreír entre los ojos/nos invita a viajar por otras zonas, /nos hace recorrer toda la magia» escribió alguna vez Hamlet Lima Quintana. Probablemente sobre la senda de quien integró el Movimiento del Nuevo Cancionero y que en 2023 cumpliría 100 años, se gestó hace 21 años el Encuentro de Poetas con la gente, que sucede en paralelo y como parte del festival Nacional de Folklore de Cosquín.

Allí ocurre, siguiendo con el autor de Zamba para no morir, una sinfonía de entrecasa, en el Patio de la escuela Roca, a metros de la Plaza San Martín. Allí decenas de personas se reúnen al rededor del fogón de la palabra y resuenan Manuel J. Castilla, Ariel Petrocelli, Olga Orozco o Armando Tejada Gómez. En nombre del mendocino se bautizó al escenario desde donde los poetas siembran futuro desde el presente.

El abrazo de la poesía, que se hermana con la música, y sobre todo, con el pueblo; supera las dos décadas y este año congregó a más de treinta escritores y a diversos instrumentistas que viajaron desde la amplia geografía nacional para encontrarse.

Daniel Ruiz Rubini, Misael Castillo y Sara Mamani
Foto: Prensa

¿Cómo se vivió esa fiesta de estrofas que resiste, a contrapelo del capitalismo que sostiene que el poético es un género marginal? Pamela De Battista, una de las invitadas desde Gualeguaychú lo describió como «un festival, amorosa, cuidadosamente organizado, en el que existe la posibilidad de comunión entre poetas de diferentes lugares del país. Representa un espacio de expresión y compartida poética federal. En medio de una ciudad que reúne a miles de personas alrededor de una fiesta del folklore, instala la posibilidad de disfrutar, también, de la poesía, como un suceso popular».

En segundo término, el cordobés Daniel Mariani relató: «En un patio de escuela de provincia llegaban poetas de todo el país. Un patio es un lugar de encuentro, de juego, de intercambio. La poesía también. Sin alzar la voz, la poesía deambulaba Cosquín dialogando entre el folklore, los fuegos artificiales, un perro abandonado en un balcón, entre cada persona que buscaba una música más lenta, la de las palabras leídas. Todo Cosquín es un gran oído donde la música y la poesía tienen su lugar».

Más tarde, Gabriela Schuhmacher, quien obtuvo el Segundo Premio en el certamen de letras del Fondo Nacional de las artes en 2022 por Tres holandeses, remarcó que «Un encuentro nacional de poesía que se sostiene hace 21 años es una celebración, así lo viví en esta última edición, donde tuve la oportunidad de conocer a colegas de múltiples puntos del país, de diferentes generaciones y paisajes poéticos; palabras y música abrieron el escenario al público y lo invitaron a ser parte, a estar muy cerca de los y las poetas, como así también, de conversar con ellos luego de escucharlos y acceder a sus libros, todo gracias al compromiso, generosidad y hospitalidad de sus organizadores».

En una tónica similar, la pampeana Josefina Bravo aportó cierta remembranza hacia el pasado y preguntó «¿Quién no se siente en casa entre una fila de bancos o detrás de un pupitre? Después, en la organización participa un montón de gente de Cosquín, desde la gente que abre y cuida el edificio de la escuela hasta el grupo de lectura que coordinan Miguel Vera y Graciela Robles en el patio de su casa, en la Morada de los Poetas. Es un grupo que se reúne todos los viernes alrededor de la palabra, es un gran sostenedor del encuentro, siempre colaboran en algo» dijo la hacedora del poemario Ojos mutantes y destacó la cantidad de público espontáneo que se acerca a escuchar poesía, mayoritariamente local. «Es un gran trabajo sostenido en el tiempo el del Encuentro de Poetas con la Gente. Y supongo mucho tendrá que ver la militancia de la poesía que hacen todo el año Miguel y Graciela, Hugo Rivella y Tina Elorriaga. Hay un gran trabajo de gestión para que el encuentro sea posible»

Por otro lado, el sannicoleño Piero De Vicari señaló «La palabra, como eje principal de la convocatoria, tuvo su lugar en las noches coscoínas dando a conocer estilos, tendencias y temas diferentes, realidades que el poeta tamiza en su escritura, desde una óptica personal que se vuelve netamente social en sus fines. Festejo este formato de encuentros poéticos porque desacraliza toda impostura y refleja el genuino aporte que la literatura puede brindar para conocernos, pensarnos y buscar coincidencias (dentro de la pluralidad y el disenso necesario) para arquitectar un mundo mejor y posible. Este Encuentro que, hoy por hoy, se erige como uno de los más federales del país. Un ejemplo para imitar»

Foto: Prensa

Asimismo, Norberto Barleand afirmó: «siento profundo orgullo por haber sido convocado Entiendo que se trata de una de las propuestas diversas y elevadas del universo poético; sea por la heterogeneidad de las voces; por su pluralidad; por ser abarcativo. Y, a mi criterio, uno de los encuentros más federales, con excelencia en su organización, que solo con la pasión y el amor por la poesía se puede lograr. Este encuentro es un aporte muy fuerte al patrimonio cultural de la Nación», remarcó el poeta y ensayista.

En consonancia con sus colegas, el jujeño Ezequiel Villarroel indicó que «Lo más emocionante, al menos a nivel personal, es poder ser testigos de los distintos estilos que manejan los poetas al momento de leer tus textos. Hay que estar ahí para poder sentirlo».

«Los amaneceres y las lunas de Cosquín fueron testigos de algo irrepetible e inolvidable. El encuentro fue un espacio íntimo para el intercambio enriquecedor de voces y cantos que, si no fuera por iniciativas como ésta, difícilmente coincidirían a la vera de un mismo río», subrayó Diego E. Suárez en la misma línea.

Daniel Ruiz Rubini.
Foto: Prensa

Otra de las voces que marcó su impronta fue la de Daniel Ruiz Rubini, quien calificó al espacio como un punto de intercambio de «distintas estéticas y visiones de la poesía, del hombre y del mundo». El artífice de El libro de Guillermo comentó: «Fue algo muy hermoso. Y, especialmente, fue la posibilidad de llegar a públicos de diferentes procedencias, porque no solamente los coscoínos iban a nuestros actos, también los turistas se tomaban un tiempo para escuchar poesía. No siempre tenemos la ocasión de sentir todo lo cerca que la poesía está de la gente. Y eso es extraordinario».

A la polifonía también se sumó Misael Castillo, poeta de Tostado que, en el último año, publicó El Tiempo cuando Falta y Germinará o será parte de la tierra. El joven sostuvo: «Llegar a este encuentro en Cosquín representa toda una cosmovisión de cómo sucede la poesía en las provincias. El federalismo conseguido es de una profundidad exquisita ya que los ensambles sonoros que generaron los distintos autores pueden suceder cuando hay una gran organización detrás. Ha sido un encuentro maravilloso, no solo por la calidad poética sino por la extensión territorial que escuchamos en los distintos matices que pusieron sobre el micrófono los escritores»

Más aún, el tucumano Gabriel Gómez Saavedra consideró que el formato de “encuentro” permite «convivir con las y los compañeros poetas, y estar más cerca de la pluralidad poética que traen desde sus lugares de origen. Por otra parte, que sea Cosquín quien convoque, es muy significativo, por el peso que tuvieron los poetas en gestar en sociedad con distintos compositores, muchas de las obras que definieron el cancionero popular argentino».

Con la lírica y la diversidad como rectores Hugo Rivella, uno de los organizadores, sintetizó: «Decir adiós y pensar en el próximo encuentro. Eso es la Poesía. Y saber que cada uno de los que nos acompañan hace posible la utopía. El encuentro resiste entre silencios y palabras. Entre los que alguna vez estuvieron y en los que asoman balbuceando. La Poesía es un desafío. Un compromiso con el otro. Se hace necesario articular con los otros encuentros. Urdir la trama  Resistir desde el lugar en que nos encontremos. Saber que siempre estamos regresando»

Persistir, también con las miradas de Raquel Graciela Fernández, Sara Mamaní, Stella Marys Darraidou, Luciana García Barraza, Guillermo Siles, Alicia Salinas, Martín Raninqueo, Vicente Muleiro, Marta Miranda, Francisco Avendaño o de Jotaele Andrade, ganador del Primer concurso nacional de poesía por Gánimeth, insistir con el poeta «de la plaza pública», como espetó en su Manifiesto el chileno Nicanor Parra. Eso, y tantas otras cosas, nos dejó Cosquín que siempre resuena en el ADN nacional, entre versos y canciones.