Entre hoy y el domingo 21 el músico Julián Galay presentará la estructura inerte, su segunda obra multidisciplinaria dentro del marco del BP.17, la segunda edición de la Bienal de Performance de la Argentina, que involucra a más de 30 proyectos de destacados artistas nacionales e internacionales.

Este nuevo trabajo, creado especialmente para la sala Colectivo Hipermediático de cheLA y BP.17, presenta en el centro de un galpón una enorme isla de diecisiete metros de largo con cuarenta y cinco kilos de tierra. Parlantes resuenan y dialogan con el espacio vacío produciendo un coro de murmullos en el que suena una colección de relatos de sueños de los artistas participantes de la bienal. 

La isla está cubierta por un bosque de árboles secos en miniatura. Entre ellos se ven algunos edificios abandonados, todavía encendidos. Sobre este micro mundo, a noventa centímetros de altura, nueve vitrinas a escala real contienen naturaleza detenida. El objetivo es apropiarse del mecanismo de los sueños ajenos, usarlos como pequeñas máquinas autómatas generadoras de texto.

Galay nació en Buenos Aires en 1988. Es músico, compositor, multi-instrumentista, arreglador y productor. Como compositor creó con Ariel Hagman los grupos Ensamble Música Nueva, la Orquesta Música Nueva y la Orquesta de Cámara la Tribu, con los que grabó tres discos y un DVD. Desde hace diez años integra el Ensamble Chancho a Cuerda, grupo de música popular contemporánea que realizó numerosos conciertos en Argentina, Uruguay y Brasil y grabó tres discos: Contrastes, Subversiones (Premio Gardel 2013) y Deconstrucción. En diciembre de 2015 dirigió Todo, su primera obra multidisciplinaria, con música y texto original que incluyó maquetas en miniatura, bonsáis y musgos, cámaras que filman y proyectan en tiempo real y un ensamble de siete músicos y un relator. Este trabajo fue encargado y compuesto especialmente para la Sala Argentina del Centro Cultural Kirchner.

«Pasaron dos años desde Todo, mi anterior obra y, si bien hay una cierta continuidad, en la anterior experiencia traté de plasmar algo más particular y más íntimo. En este caso la idea fue trabajar con un catálogo o inventario de sueños de todos los artistas que participan en la bienal», comenta Galay.

«Me contacté con los 24 que participan para que cada uno me contara un sueño significativo de su vida. Casi todos están narrados en castellano, salvo uno que está en danés, otro en francés y otro en castellano pero de España, ya que la premisa era que lo contaran en su lengua materna. No me interesaba hacer una interpretación psicológica o encontrar simbolismos dentro de cada sueño que narraban. Me interesa el sueño como texto, como un elemento que se dispara casi de manera autómata», agrega.

De esta manera, el músico logró trabajar con esos relatos desde el punto de vista sonoro y visual, ya que cada sueño genera sensaciones que se transforman en imágenes para quien lo escucha, y señala que «por un lado está el material concreto que me permite trabajar con la articulación, el timbre o la altura que determina el hecho de que el relator sea hombre o mujer, y con el énfasis y la expresividad que cada uno pone en su relato».

La obra cuenta con la colaboración de artistas como Santiago Sierra, Christian Falsnaes, Liliana Porter, Ana Gallardo, Lola Arias, Albertina Carri, Emilio García Wehbi, Marcelo Delgado, Dudu Quintanilha, Gastón Pérsico, Marina Otero, Magy Ganiko, entre otros, quienes se prestaron a relatar sus sueños.

Respecto a la sala en la que se lleva a cabo la experiencia, Galay explica que posee una característica muy particular en cuanto a sonoridad, ya que tiene una resonancia acústica que se mantiene por casi siete segundos. Por eso es que el trabajo sonoro fue compuesto especialmente para este lugar y para aprovechar las posibilidades que este ámbito brinda.

Además de la tierra, los escombros y las maquetas estarán distribuidos 24 parlantes iguales de los cuales saldrá un sueño de cada uno de ellos. «Estos sueños se escucharan de a uno, simultáneamente de a dos, de a cuatro, de a siete, todos juntos o, incluso, aparecerán momentos de silencio en base a un esquema sonoro que determiné», menciona, a la vez que agrega que las voces no están trabajadas ni se les agregó ningún tipo de efecto: «simplemente las ordené para generar distintas polifonías que establecen diversos tipos de diálogos. Cuando se entra a la sala habrá solo una iluminación central con una luz fría y nueve pequeños spots que iluminan a cada una de las vitrinas. El espacio de la obra es toda la sala en penumbras y cada uno podrá acercarse a las vitrinas y escuchar las resonancias que generan los relatos de los sueños. Está en el interés de cada uno acercarse a escuchar un sueño en particular o simplemente dejarse llevar por el espacio sonoro que genera el ambiente».

El trabajo en diferentes planos se combina con la resonancia del lugar y la relación con el espacio. Los sueños no están actuados ni leídos. «De esta manera se siente lo corporal, se siente si el relator están descansado, si recién se despertó o qué sensación le genera estar haciendo ese relato. Me interesa ver que cada uno tiene su ´estilo de soñar´ y esto no es controlable. Hay varios niveles de lectura y se puede decir que el intérprete pasa a ser el espectador y su interacción con el espacio, las vitrinas, las maquetas y los sueños. Hay una concepción del tiempo que depende del espacio que cada uno le dé a la experiencia de estar en la sala», concluye el artista.

«la estructura inerte». Inauguración: viernes 19 de mayo de 18 a 20. Sábado 20 y domingo 21 de mayo de 15 a 19s. CheLA (sala Colectivo Hipermediático), Iguazú 45, CABA. Entrada libre y gratuita