La programación de la nueva sala ubicada en el segundo piso del Centro Cultural Kirchner (CCK) se enmarca dentro de la muestra Piazzolla 100, que homenajea al gran renovador de la música ciudadana en el centenario de su nacimiento.

El flamante espacio, el primero en su tipo en el país, está equipado con 14 proyectores, un sistema de sonido de 24 parlantes y un revestimiento acústico que se diseñó especialmente para la sala. La conjunción de estos elementos tecnológicos genera una sensación de inmersión en un entorno envolvente por medio de proyecciones en todo el espacio y la utilización de técnicas de espacialización sonora. La sala tiene 200 metros cuadrados y seis metros de altura.  

En el acto de apertura estuvieron presentes el presidente de la Nación, Alberto Fernández, y el ministro de Cultura, Tristán Bauer, además de familiares del músico: Laura Piazzolla, la última esposa, que preside la Fundación Piazzolla; Marcela Villaflor Piazzolla y Mariana Rodríguez Celin, sus nietas. Daniel “Pipi” Piazzolla, el baterista que lidera el grupo Escalandrum y es vicepresidente de la Fundación, participó virtualmente desde Dubai junto con su esposa Soledad Petrelli y sus hijos Lorenzo y Violeta.

La tecnología utilizada permite que animaciones, fotos, videos, materiales de archivo y elementos fundamentales en la vida de Piazzolla se reproduzcan en las paredes, el piso y el techo de la sala rodeando al espectador. A su vez, el sistema de sonido de 24 canales hace posible, a través de un nuevo tratamiento de las grabaciones originales, descubrir nuevos detalles de clásicos como Otoño porteño, Fuga y misterio, Adiós Nonino y Escualo, entre otros.

En diálogo con Télam, Escalada dijo: «Si no hubiera sido por ese cigarrillo, Ástor no se hubiera enfermado con 69 años ni se hubiera muerto a los 71». Y agregó: «Los últimos años estaba componiendo cosas maravillosas, impresionantes pero que lamentablemente no pudo plasmarlas. Estaba preparando la ópera para Gardel y tenía el libreto y no llegó a escribirlo; por eso me parece que se fue demasiado temprano de esta tierra pero quedó su obra y seguirá quedando porque escribió muchísimo, era una máquina de escribir. Se levantaba a las 8, hacía un break al mediodía, y a las 5 de la tarde ya estaba escribiendo otra vez. Se escribió todo».

Anticipó, además, que “hay un montón de obras que no conocemos” y advirtió: “Prepárense porque van a ir saliendo poco a poco, las estamos descubriendo.”

La apertura de esta nueva sala se inscribe en el auge de la tecnología inmersiva que llegó por primera vez a la Argentina con la muestra Imagine Van Gogh que, debido al éxito de público, sumó nuevas funciones y se prolongó hasta el 1° de mayo.

La tecnología que permite una sensación de inmersión cambiando sustancialmente la posición del espectador, que ya no está fuera sino dentro de la muestra. Se llama “imagen total” y fue creada en 1977 por el fotógrafo y cineasta francés Albert Plécy y luego fue desarrollada por su nieta Annabelle Mauger, una de creadoras de la exposición de Van Gogh.

La mayor parte de estas exposiciones que ya recorren el mundo son itinerantes y no son muchos los centros y museos que tienen un espacio fijo para este tipo de eventos. Europa y Japón están a la vanguardia en este sentido. Se trata de producciones muy caras que producen también mucha ganancia. Esto le confiere un doble valor a sala que se acaba de inaugurar en la Argentina con acceso libre y gratuito.  

La sala inmersiva del CCK estará abierta de miércoles a domingos de 14 a 20. El ingreso no requiere reserva previa. El acceso es por orden de llegada.