Para quien disfruta de ver películas, no hay nada más grato que ese momento en el cuál, ya sentado en la butaca, la sala se oscurece para que el proyector alumbre de historias la pantalla. Pero aunque para el amante del cine no hay nada comparable a ver películas, hay otras actividades que pueden proveerle un placer sino igual, al menos complementario. Una de ellas son los libros, en especial aquellos que abordan al cine como materia y cuya lectura aporta novedosos puntos de vista.

Como los dos que compartimos en esta nota. Uno es Oficio de alto riesgo. Un recorrido por la vida y la obra de César Troncoso, biografía del popular actor uruguayo escrita por el crítico Diego Faraone y editada por el sello Estuario Editora. El otro, de título elocuente, es Semiótica y afecto. El cine testimonial en la posdictadura, de la investigadora Verónica Garibotto, publicado por Ediciones Imago Mundi. Si bien diversos en temáticas y abordajes, es posible encontrar en el díptico algún significativo punto de cruce.

Dos libros de cine

Aunque escrito originalmente en inglés y publicado en Estados Unidos, Semiótica y afecto es obra de la investigadora argentina Verónica Garibotto. Radicada en aquel país desde hace más de una década, en su libro analiza el universo de las películas que, a partir de la recuperación democrática en 1983, tematizaron a la última dictadura militar. Ordenado a partir del eje cronológico, el volumen propone un itinerario de cuatro pasos. Los primeros abarcan las producciones de las décadas de 1980 y 1990, mientras que los últimos analizan lo producido durante la etapa del llamado Nuevo Cine Argentino, discriminando entre ficción y documental. El primer capítulo resulta ilustrativo de la labor de la autora.

Se trata de un recorrido general por la filmografía de los ’80, pero con el foco puesto en dos títulos: La noche de los lápices (Héctor Olivera, 1986) y Juan, como si nada hubiera sucedido (Carlos Echeverría, 1987). Con ellas trabaja a partir de sus diferencias: una es ficción, la otra documental; una fue muy popular al momento de su estreno, la otra sigue siendo poco vista; la primera fue perdiendo influencia, mientras que la segunda fue votada dentro de las 10 películas argentinas más importantes de la historia, en una encuesta realizada en 2022. Garibotto se propone no tanto construir juicios de valor sobre las obras, sino comprender las formas y modos con que las distintas épocas observaron, representaron o entendieron las complejas pugnas del período. Es desde ahí que Semiótica y afecto representa una oportuna contribución a su materia.

Distinto es el tema que aborda (y el tono en el cual lo hace) el periodista y crítico uruguayo Diego Faraone en Oficio de alto riesgo, aunque algunos puntos de contacto aparecen de forma no tan sorpresiva. Es que la vida y obra de su compatriota, el actor César Troncoso, resulta tan amplia que no es raro que en algún momento haya actuado en una película argentina haciendo de guerrillero durante la dictadura. Se trata de Infancia clandestina, la ópera prima con elementos autobiográficos de Benjamín Ávila, cuyo protagonista es el hijo de una pareja de montoneros que curiosamente, como señala Faraone, fue interpretada por dos uruguayos: Natalia Oreiro y Troncoso. Por supuesto, Infancia clandestina es uno de los títulos más relevantes dentro del libro de Garibotto, al punto de que su tapa está ilustrada con un fotograma de la película.

Pero ese no es el único detalle sobresaliente en la filmografía del actor, que este año cumplirá 60 y participó en más de 40 largometrajes. Aunque su debut en el cine fue tardío, rondando los 40, el reconocimiento le llegó rápido: El baño del papa (César Charlone y Enrique Fernández, 2007) es su cuarto largometraje y su primer protagónico. La película tuvo un paso tan exitoso por festivales como Cannes y San Sebastián, en gran medida gracias a su trabajo, que Troncoso no tardó en convertirse en el actor más popular de Uruguay y en una figura reconocida en el cine y la televisión brasileña, donde comenzó a ser convocado para trabajar en telenovelas muy exitosas. A partir de la palabra del propio actor, Faraone recorre la obra completa del actor, para dar cuenta de los gajes de un oficio que demanda la capacidad física y emotiva de entregarse a ser muchos otros. Una labor que, como toda forma de representación, también implica una acción política.