Cuando aún no se han apagado los escándalos que se produjeron en la Academia Sueca y que obligaron a suspender la premiación de 2018 y, en consecuencia, a otorgar dos premios en 2019, la institución se ve afectada por las restricciones de la pandemia, por lo que la solemne ceremonia de entrega en el mes del 10 diciembre será virtual. Ni siquiera el premiado o la premiada se encontrarían presentes. Esta vez no se trata de escándalos de corrupción, abusos sexuales y filtración de información clasificada, que obligaron a que interviniera el rey de Suecia, sino de la pandemia que hace estragos en todo el mundo.
Aunque la Real Academia Sueca guarda la información bajo siete llaves, siempre existe una lista de favoritos que no se sabe a ciencia cierta de qué manera se elabora, si por intuición de los lectores o de los apostadores de distintas agencias que esperan ganar un premio en efectivo acertándole a la figura que recibirá el Nobel. Este año, sin embargo, debido quizá a las limitaciones que impone el coronavirus, las apuestas tradicionales de todos los años no tienen el impacto de otros momentos.
Leonardo Padura figura desde hace tiempo entre los favoritos, aunque él asegura que solo se trata de un rumor que no sabe de dónde viene. Quizá parta de los muchos lectores apasionados con que cuenta o de un cálculo de probabilidades que surge del hecho de que, con abrumadora frecuencia, los ganadores pertenecen a los países centrales y darle el Nobel a un escritor cubano sería un acto de justicia poética.
Pero Padura se defiende del rumor como si se tratara de una acusación grave. Desde su casa en La Habana le dijo a Télam: «Lo de la presunta nominación al Nobel de Literatura corrió como pólvora, sin que yo interviniera en esa propagación. Al contrario, me negué a comentar nada respecto a algo que es solo una especulación, o un comentario, o una lista de nombres con los que puede pasar algo o no pasar nada respecto a un premio tan veleidoso como el Nobel de Literatura. Los premios honoríficos sí son un reconocimiento a un trabajo y como tal muy apetecibles. Algunos dan prestigio, visibilidad, categoría, como el Princesa de Asturias, otros solo el reconocimiento, como el Nacional de Literatura de Cuba que, en mi caso, se reduce a un diploma que se está haciendo invisible, como si se alejara de mí. Pero ningún premio te resuelve el gran problema de la creación literaria: poder escribir, y poder hacerlo bien. Ese sigue siendo el gran desafío y con el que debes luchar».
Según una lista elaborada por Juan Cruz, reconocido por su labor periodista y como editor de Alfaguara, publicada en el diario El País, de España, el latinoamericano Rafael Cadenas, el rumano Mircea Cartarescu, el húngaro László Krasznahorkai, la francesa Nina Bouraoui, la finlandesa Sofi Oksanen, el noruego Jon Fosse y la rusa Liudmila Ulitskaya se encontrarían entre los favoritos. Aunque esta lista es meramente especulativa, sólo la avalan de los escritores consultados y puede no tener absolutamente nada que ver con las decisiones de la Academia del Nobel que, además, no se maneja con listas.
Muchos especulan que en un acto de corrección política, la Academia Sueca se inclinará este año por escritores africanos-
Hakura Murakami, por su parte, sigue siendo el candidato eterno que pasa de lista en lista según corren los años. También suenan el nombre de Julian Barnes y Javier Marías.
Lo único realmente cierto es que la fundación Nobel aumentará la cifra de premio sumándole 111.000 dólares que hace nueve años por motivos presupuestarios, por lo que el ganador o ganadora recibirá una cifra aproximada a los 950.000 euros. La idea es que el monto se vaya incrementando en concordancia con las mejoras económicas.