En el Espacio de Arte de Fundación Osde, Suipacha 658, CABA, puede verse la muestra Conexión Saer. Enmarcada en el programa del Ministerio de Innovación y Cultura de Santa Fe de 2017 Año Saer, está curada por Martín Prieto y María Teresa Constantin. A través de materiales pictóricos, fotográficos y audiovisuales, la muestra recorre las primeras ediciones, cartas, zonas de producción, amistades y lecturas de Juan José Saer (1937-2005), uno de las figuras insoslayables de la literatura argentina.

Las primeras manifestaciones del Año Saer fueron el libro, explicó Prieto a Télam es ‘una forma más real que la del mundo’, donde compilo conversaciones con Saer; el Coloquio Saer que hicimos en Santa Fe; la publicación del libro de María Teresa Gramuglio, El lugar de Saer, y una antología que pronto se va a presentar acá. Nos interesaba pensar la idea de conexión en Saer. Vincular la obra de Saer consigo misma: los relatos, los personajes, los escenarios, el territorio; es una obra muy santafesina. También queríamos pensar el vinculo con otros artistas.»

«En ese sentido -continuó- se conecta con la obra de Fernando Espino, que ilustró la tapa de la primera edición de Palo y hueso, y Juan Pablo Renzi, que hizo la tapa de Glosa. Nos pareció que una exposición en un espacio de arte era la manera para poder desarrollar una reflexión crítica nueva sobre la obra de Saer”. 

Y agregó:  “La idea, también, era sacar a Saer de un círculo muy afianzado de lectores de su obra. Sabemos que los saerianos son un club muy potente. Por eso, acá el público se puede encontrar con 34 cuadros de Espino o piezas de Renzi. La muestra, en ese sentido, tiene muchos puntos de fuga”.

“No quisimos meternos mucho en la cuestión biográfica espectacular de las amistades de Saer con otros autores -expresó- sino ver algunas manifestaciones de cómo sus amigos escritores o críticos recibían sus obras cuando se iban publicando. Por ejemplo: una carta de Roa Bastos, donde cuenta que está en Buenos Aires y se encuentra en una librería con El limonero real. El libro le estaba dedicado pero no lo había recibido. Entonces se lo roba y dice que no es un robo porque era para él”.

 Prieto también se refirió a un hallazgo: “Un mapa de Santa Fe donde Saer marca los espacios de su obra. Un profesor de Princeton lo invitó a dar una charla y, en ese contexto, Saer tomó un mapa de la ciudad de Santa Fe y marcó las zonas de su obra. Sin embargo, le pidió al profesor que en el mapa, como en su obra, no aparezca el nombre de la ciudad”.