El historiador Norberto Galasso acaba de publicar un nuevo libro. Se trata de Triunfo Buitre. La deuda externa argentinas de los Kircher a Macri (Colihue). Se presentará hoy, viernes 19, en Paisaje Rivarola 154, CABA y participarán del acto, además del autor, Andrés Asiain y Alejandro Vanoli. El libro toma el período comprendido entre la declaración del default en 2001 hasta marzo de 2017.

 “En algún momento había que darle un punto final, -aclara Galasso- a pesar de antes de ayer mismo el gobierno volvió a endeudarse por 20.000 millones de dólares. Como sigue contrayendo deudas, era difícil tomar la decisión de terminarlo. Esperemos que algún día se pueda poner ese punto final y se revea lo que se hizo, porque se ha contraído ya una deuda impresionante cuyo pago afectará a las futuras generaciones.

 -¿Y cuál sería la forma de ponerle un punto final a este endeudamiento ya que es una política de este gobierno? 

-Creo que todo depende de la movilización popular, la correlación de fuerzas que tenga un gran movimiento popular con respecto a la minoría. Casi todos los integrantes del gobierno pueden ser impugnados y enfrentar un juicio político porque tienen cuentas offshore, no están legalmente ubicados y las negociaciones fueron ruinosas para el país. El kirchnerismo logró desendeudar el 92,4 de la deuda total y quedaba un 7, 6 que estaba integrado fundamentalmente por fondos buitres, Paul Singer y Cart quien tiene una empresa que fabrica vasos de telgopor, es multimillonario, tiene bienes en diversas partes del mundo y una nave espléndida y larguísima que se parece a las de los piratas. De ese 7, 6 de los fondos buitres se presentó nada más que la mitad. Lo que reclaman son títulos o bonos que han comprado sobre todo en la época del default en que la Argentina estaba muy mal. Los han comprado a 20 o 30 centavos y ahora exigen que se les paguen al valor nominal del título que es un dólar, es decir, cinco veces lo que pagaron. Cuando se iniciaron las negociaciones, dado que era sólo la mitad la que se presentaba, se pensaba que había que lo que había que pagar en el caso de aceptar la situación de que eran mafias financieras internacionales, eran 2.500 millones de dólares. Como se negoció cuando asumió Macri, que representaba los mismos intereses que los buitres, se pasó a una cifra de 6 000 o 7000 millones de dólares y luego a una cifra de 12.500 millones de dólares. Eso se aprobó pero el Congreso luego reconoció que había que emitir deuda por 15.000 millones de dólares. Le encargaron a Caputo, íntimo amigo de Macri que hiciera las gestiones y se terminaron emitiendo bonos por 16.500 millones de dólares. 

-Es decir que la deuda aumentó de manera exponencial en poco tiempo.

-Si, Axel Kicilloff dice que se ha pagado 3 o 4 veces lo que se debía. Néstor Pitrola, que a veces es un poco exagerado en esas cosas, dice que se pagó 11 o 12 veces más de lo que se debía. De todos modos el acuerdo es muy parecido al que se hizo Rivadavia en 1824. A eso ahora agregaron que la Argentina da en garantía sus recursos naturales como Vaca Muerta. En su momento, Rivadavia había hipotecado las tierras de la provincia de Buenos Aires como garantía del empréstito. Esto es lo mismo que hizo Rivadavia. Las tasas de interés de la deuda reconvertida que se pensó que podían ser de un 3 o 4 % anual se pactaron en 7,5. Ha sido toda una operación ruinosa que se va a pagar endeudándose más. Con la intervención del Fondo Monetario se va a establecer una política para que todos los argentinos que no recibieron un bono ahorremos con nuestro trabajo para que todos los años se llegue a un presupuesto que por lo menos permita pagar los intereses. 

 -Se paga con el sacrificio del pueblo.

 -Claro. Hay que bajar los salarios, lo que significa también una baja del consumo. Esto es un círculo vicioso porque esto provoca cierre de negocios, desocupación y la desocupación hace que los empresarios puedan pagar salarios bajísimos. Ya dijo Prat Gay cuando era ministro que la opción era muy fácil y que los sindicalistas debían saberlo,

-¿Cuál era esa opción?

– Era salarios muy bajos o despidos. Esto sumado a una serie de negociaciones espurias que fueron identificadas y son retenidas por una justicia que en gran parte está pervertida como son las más de 40 empresas offshore que tiene el grupo Macri. El joven diputado Daniel Martínez ha revelado que ha habido giros entre esas empresas para instalar Pago Fácil en Brasil, por ejemplo. Esto se vincula también con los giros que ha recibido Arribas que ahora está en dificultades con los reclamos que le hace el Gobierno para que explique cómo ha recibido giros por 10.500 millones. Él dice que no los ha recibido.

 -¿Ve en estas políticas un retroceso? 

-Sí, hemos vuelto a la Argentina tradicional, a la Argentina colonial en la que el poder está en manos de una oligarquía fundamentalmente financiera. Ellos hablan de inversiones, pero las inversiones que entran van a la bicicleta financiera. Se utilizan las tasas de interés altísimas para obtener grandes beneficios y luego se aprovechan las facilidades que da el gobierno para fugar eso hacia el exterior por las dudas, no vaya a ser que un día el pueblo argentino explote ante tanta canallada. 

-¿Qué similitudes y diferencias ve usted con la situación del 2001? 

-La situación del 2001 era de crisis generalizada. Antes de eso hubo un voto bronca en que un 25% no participó y un 20 % votó en blanco. Prácticamente se ganó por la negativa. Hubo un rechazo, un repudio total a la dirigencia política. Esta dirigencia no ha mejorado mucho, pero hay compañeros correctos y combativos, por supuesto y también los hay a nivel gremial. Pero, de todos modos, hay una crisis profunda en la Justicia, en el gremialismo y en los partidos políticos donde vemos con sorpresa que figuras de un partido se pasan al otro o dirigentes sindicales que parecía que podían tener una actitud combativa han ido a la huelga impulsados por las manifestaciones populares. Las manifestaciones populares se producen todos los días en este momento en la Argentina. 

-En el terreno de los Derechos Humanos parece haber un gran consenso. La manifestación al repudio al 2 x1 fue multitudinaria. Sin embargo, el tema de la corrupción parece no incomodar demasiado. Se ha naturalizado que el presidente y gran parte de su gabinete tengan cuentas offshore. ¿Cómo se explica ese fenómeno? 

-Tiempo Argentino sale en papel un solo día por semana. Luego está Página 12 que es un diario progresista y ha tenido expresiones muy combativas frente al gobierno. Todo lo demás está tomado por la inmensa cadena de Clarín y la presencia de la vieja aristocracia de La Nación. A esto se suman los medios televisivos y radiales. Los programas en que se dicen cosas importantes son una excepción. Por la noche hay tres programas que hablan en serio y todos los demás hablan de pavadas. Entonces han logrado instalar la idea de que el gobierno anterior fue corrupto. En todo gobierno capitalista hay un cierto grado de corrupción. Es posible que, por ejemplo, Jaime haya hecho negociados que no correspondían. Pero esto no significa que todo el gobierno haya sido corrupto. Los Kirchner tenían mucho dinero antes de llegar al poder. Los Macri, en el año 76 tenían 7 empresas. Aprovechando las oportunidades de la dictadura genocida en el 83, tenían 45. Cuando logran torcerle el brazo a Alfonsín, el pueblo vota a un presidente que venía de la provincia más pobre y que tenía las patillas de Facundo Quiroga. Franco Macri tiene dos libros de memorias. En ellos cuenta que cuando Menen llegó al gobierno lo fueron a ver Born, Bulgheroni, Fortabat y él y le pusieron los ministros de economía. Roig murió de un ataque cardíaco. Rapanelli estuvo un tiempo pero no logró controlar la inflación. Macri dice en sus memorias que le dijo a Menem que el hombre clave era Cavallo. 

-¿Hay una declinación de los partidos políticos?

-Sí, hoy hay  una declinación de los partidos políticos y están surgiendo otros focos nuevos como la Corriente Sindical Federal, ATE, el fenómeno de los maestros que se muestran combativos y enfrentan al gobierno. Pero también se observan respecto de las elecciones de octubre que lo que viene del peronismo no termina de unificarse porque hay intereses personales, avidez de ocupar cargos ya sea por dinero o porque quienes metieron la mano en la lata no quieren ser investigados. Esta es una dispersión que ha confundido a la población, especialmente a los sectores medios que ven las telenovelas de Clarín, Canal 13. Algunos se sienten engañados y creen que no hay que confiar en la prensa. Otros, un 25% de la población, se conforma con las ideas de la clase dominante y apunta contra sí misma porque el día 20 del mes se le acabó el ingreso. 

¿De qué forma se sale de esta situación? 

-Hay que reorganizar el frente nacional desde abajo, con gente probada, que tenga antecedentes de lucha limpios. No es fácil porque el poder del dinero es muy grande. Yo aspiro a que se produzca una unidad suficiente en el campo popular. No me interesa un partido, pero sí juntar fuerzas para derrotar al macrismo en las elecciones legislativas porque ya hay previstos nuevos ajustes para después de octubre. Si estos ajustes se concretan, la cosa puede explotar como sucedió en 2001. Si bien entonces se reprimió y hubo 30 muertos en el país, en este caso, si la decisión está en manos de la señora Patricia Bullrich va a ser más brutal porque ella se maneja de esa manera, como sucede con todo converso que fue revolucionario en un tiempo y luego se pasa al campo enemigo.