Hebe Uhart es la flamante ganadora del Premio Iberoamericano Manuel Rojas que otorga anualmente el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes del gobierno de Chile. El objetivo del premio, dotado de 60.000 dólares es distinguir a escritores por su trayectoria en Iberoamérica. El jurado estuvo integrado por los escritores argentinos César Aira y Martín Kohan, el mexicano Jorge Volpi y los chilenos Alejandra Costamagna y Ramón Díaz. El galardón se entrega desde el año 2012 y lo recibieron antes que Uhart Rubem Fonseca, Ricardo Piglia, Horacio Castellanos Moya, Margo Glantz y César Aira. 

Decir que Uhart es una de las grandes narradoras argentinas es un lugar común, pero inevitable. A su condición de reconocida narradora ella añade una actitud personal que la hace única. Considera que narrar es una “noble artesanía” y está tan segura de esta definición que actúa en consecuencia. Alejada de cualquier pose estereotipada de escritora, ella teje cuentos, novelas y crónicas con la misma actitud que si regara los malvones de su terraza o preparara el almuerzo. Aunque no lo diga de manera explícita, se le nota que descree del star system literario y actúa en consecuencia. Siempre tiene a la vez un dejo de ironía y un dejo de ternura. Puede comenzar la presentación de un libro de cualquier autor diciendo “este librito”, pero al poco solemne diminutivo le seguirá un análisis brillante aunque dicho en la misma clave de sencillez doméstica.

 Sin saberlo, se convirtió en una suerte de madrina del Suplemento Cultural de Tiempo Argentino, cuyo primer ejemplar se publicó el 28 de noviembre de 2010 y que dejó de salir cuando haciendo alarde de la peor magia,  el dueño del diario, Sergio Szpolski junto a su socio Matías Garfunkel se hizo humo a la vista de todo el mundo, dejando un tendal de desocupados sin pagar un peso de indemnización y sin que el Ministerio de Trabajo, aunque de distinto signo político, tomara ninguna medida a favor de los trabajadores.

 La tapa de ese primer suplemento fue nada menos que Hebe Uhart. La larga y la sabrosa entrevista la hicieron Ivana Romero y Juan Pablo Cinelli. Con el entusiasmo y la ansiedad que genera toda primera vez, para redactar el título y el copete que llevaría la nota con una gran foto de Hebe en tapa realizada por Hernán Mombelli hubo un conciliábulo en la sección Cultura que duró no menos de una hora. 

Luego hubo otras notas, otros encuentros, pero aquella primera entrevista quedó para la modesta historia de nuestro suplemento porque fue su bautismo. Por eso, la reproducimos en este bloque. Es una forma de mirarnos en perspectiva y un homenaje a Hebe Uhart que desde su taller y desde sus libros enseñó y continúa enseñando, con la modestia de quien prepara el almuerzo, cuáles son los ingredientes secretos de una buena narración.