Parece increíble, pero en 1963 una chica que vendía café en la calle salía en las fotos de los diarios. “¿Recuerda el lector la invasión de novedades producidas en el asfalto de la ciudad en los últimos diez años? ¡Vaya, son muchas para enumerar, siquiera las más importantes! Pero en cambio, podemos registrar una de las últimas: la chica que vende café en las calles”, se leía en el texto que acompaña la imagen. Es fácil inferir que esta escena, mezclada en la multitud de una Buenos Aires actual, ya no sería noticia. Hay una alteración en la noción de novedad que marca los cambios de época: los centros urbanos y las vidas de los trabajadores no siempre fueron así, tal como las conocemos hoy en día. Acceder al mundo cotidiano de los hombres y mujeres del pasado puede ser un ejercicio fascinante. El Archivo General de la Nación (AGN) está lleno de estas joyas históricas. Fotografías y material audiovisual recuperan escenas callejeras: unos muchachos trepan a un árbol para mirar un partido de fútbol; un hombre de traje y sombrero seduce a una joven en la puerta de su casa; un inspector de tránsito multa al chofer de un auto; un grupo de varones festeja un premio en el Mercado del Abasto. Hay hasta fotos que retratan supersticiones en el ámbito doméstico, como la imagen de una mujer levantándose de la cama con el pie izquierdo. Todo en blanco y negro, con los trajes y los gestos del pasado.

 ¿De dónde provienen estas imágenes? Los archivos del AGN tienen distintas fuentes de origen. Por un lado, toda la documentación producida por el Estado, desde documentos históricos hasta los decretos creados por el Poder Ejecutivo en la actualidad, encuentran ahí su sitio de resguardo. Pero también el acervo proviene de fondos documentales estatales como el Archivo Gráfico de la Nación, creado en 1939, y de colecciones particulares, como la biblioteca personal de Juan Domingo Perón o las Galerías Witcomb, el primer estudio fotográfico de Buenos Aires. De esta galería se conserva una exposición de aproximadamente 700 mil placas de vidrio, con retratos de la burguesía y los presidentes de la época, así como también figuran registros del crecimiento de las ciudades en los años 20, con la expansión de la red ferroviaria en Argentina.  

Pero más allá de la fotografía, el Archivo General de la Nación -que depende del Ministerio del Interior- tiene en su poder una enorme cantidad de material audiovisual y sonoro, y documentos escritos de toda índole, que se remontan a la época colonial. En sus fondos y colecciones se pueden rastrear, por ejemplo, desde escrituras originales de propiedades antiguas, como la casa de Cecilio Sánchez de Velasco (el padre de Mariquita Sánchez de Thompson), hasta testamentos de personajes destacados como Manuel Belgrano. Hay, también, un trabajo de conservación, identificación, digitalización y puesta al acceso de los datos de las grandes oleadas migratorias, para que investigadores y público general puedan indagar documentos de ingreso al país de generaciones anteriores. En diciembre del año pasado, la serie «Libros de entrada de pasajeros, por vía marítima» del fondo Dirección Nacional de Migraciones fue seleccionada para incorporarse al programa Memorias del Mundo de Unesco. Se trata de los libros históricos que registran los ingresos de pasajeros entre 1882 a 1937, preservados por el Archivo General de la Nación.

“En la AGN hay una gran diversidad de departamentos que trabajan de acuerdo a los formatos de la documentación, el soporte y los períodos históricos. Todo ese trabajo confluye en que haya archivos de todo tipo que son de libre acceso al público”, explica a Tiempo Lucila Quieto, directora de Gestión de Fondos Documentales de AGN. Entre todo ese acervo documental, algunos de los materiales que destaca son “las cartas que empezó a recibir Perón de parte de la población a fines de 1951, después de hacer una convocatoria abierta para que puedan enviarle ideas, inventos, pedidos y propuestas para ser incluidos en el Segundo Plan Quinquenal. Es muy interesante porque en esas cartas hay de todo, desde proyectos de viviendas sociales hasta reflexiones sobre espiritismo o promociones de inventos ambiciosos. Otro material de interesante consulta y valor histórico son los diarios de Luis Vernet, que fue el primer gobernador de las Islas Malvinas. También hay mapas hechos a mano de la Guerra del Paraguay. La lista es larga y está todo disponible para quien quiera verlo”, invita Quieto.

Desde el año 2020, el Archivo General de la Nación tiene otra sede además de la del mítico edificio de la avenida Alem y el Archivo Intermedio del barrio de San Telmo. En Parque Patricios se ubica el nuevo espacio acondicionado especialmente para preservar los archivos, en un predio que es también sitio de Memoria. “En este terreno funcionaba una cárcel, que fue pensada en un principio durante el gobierno de Frondizi como parte de un complejo judicial que nunca se puso en marcha, luego durante el golpe de Onganía, se retoma y piensan en alojar a miles de presos políticos, pero finalmente la inaugura el genocida Videla en 1979 y durante la dictadura hubo varios presos políticos. La calle Rondeau a esa altura estaba clausurada, no se podía pasar porque en frente estaba también la cárcel de caseros”, detalla Quieto y continúa: “Tiene un alto valor simbólico y político que se haya resignificado de esta manera. Este espacio, que era un lugar de persecución, de encierro, de ocultamiento y de terror, ahora es un sitio para preservar y compartir la historia de nuestra identidad. El AGN busca un diálogo permanente y abierto al público general. No solamente tienen acceso al material los investigadores que vienen a buscar determinada información y documentos específicos, sino que también los vecinos pueden venir, por ejemplo, a hacer las visitas guiadas, a explorar los archivos y ver una muestra acerca de un fondo documental”. 

Los documentos del Archivo General de la Nación pueden explorarse a través de su página web. Para acceder de forma presencial es preciso solicitar turno previo en https://www.argentina.gob.ar/interior/archivo-general-de-la-nacionLas visitas guiadas se realizan los martes a las 12 horas en Parque Patricios y también requieren reserva previa.