«Tengo la sensación de no haber vivido un solo momento de tranquilidad en mi vida, a no ser que cuente el lumbago ocasional», dijo alguna vez el siempre ácido e inteligente Truman Capote. Según parece, el autor de A sangre fría, tampoco logró la tranquilidad luego de la muerte. Sus cenizas o parte de ellas, repartidas originariamente entre amigos, han tenido un destino itinerante. 

El 23 de septiembre la casa Julien´s de Los Ángeles, realizará una subasta que incluye una pieza bastante macabra: parte de las cenizas del escritor fallecido en 1984. La pequeña caja de madera que contiene parte de sus restos tendrá una base de 2000 dólares, una cifra que probablemente al propio Capote, le hubiera resultado bastante escasa. La casa que realizará el remate confía, sin embargo, en que el precio trepará hasta 4.000 o 6.000 dólares. 

El lote se completa con fotografías, libros, ropa y también envases de pastillas a las que Capote era tan afecto no sólo para dormir sino también para mermar los dolores que le producía su cáncer de hígado. De hecho, la muerte lo encontró durmiendo quizá por efecto de los medicamente que lo ayudaban a soportar la enfermedad y la vida diaria. 

Según el diario Los Ángeles Times, las cenizas de Capote fueron repartidas entre su pareja Jack Dumphy, también escritor, y su amiga Joanne Carson, ex mujer de Johnny Carson. Cuando Dumphy murió, sus cenizas se mezclaron con las de Capote que él conservaba y fueron arrojadas al lago Crooked Long, en Long Island, 

 Si algo comprueba que Capote tampoco encontró tranquilidad después de la muerte es que la parte de sus restos que le correspondió a Carson fue robada y recuperada dos veces. Finalmente la dueña decidió depositarlas en el cementerio de Westwood Village Memorial Park de Los Ángeles. También allí descansan los restos de Marilyn Monroe, Jack Lemmon, Dean Martin, Natalie Wood, Farrah Fawcett,  Burt Lancaster… 

El año pasado, Carson murió y fue así que las cenizas de Capote  fueron a dar a la subasta dedicada a ídolos de Hollywood. En ese sentido, el director de la casa de subastas, Darren Julien, declaró a la revista Vanity Fair: «Estoy seguro de que mucha gente creerá que esto es irrespetuoso. Pero es un hecho: Truman Capote amaba el elemento sorpresa. Le encantaba la publicidad. Y estoy seguro de que está mirando hacia abajo, riendo y diciendo: ‘Esto es algo que habría hecho yo’. Fue un personaje extraordinario».

 La caja que será subastad tiene una inscripción: “Fecha de cremación: 28 de agosto de 1984”. Un lote ideal para quienes admiran a Capote y tienen algún dejo de necrofilia.