Mañana a las 20.30 se presentará en la Feria del Libro Zama: entre la literatura y el cine, una entrevista con la cineasta Lucrecia Martel, a carga de Hernán Schillagi y Mercedes Araujo, en la sala Victoria Ocampo. 

Zama de Antonio Di Benedetto es una pieza emblemática de la literatura argentina cuyos valores se fueron descubriendo poco a poco desde la fecha de su publicación en 1956. Lucrecia Martel la llevó al cine. La película se filmó en varias localidades de Formosa, está financiada entre ocho países: Argentina, Brasil, España, Francia, México, Portugal, Holanda y Estados Unidos; y cuenta con las actuaciones del mexicano Daniel Giménez Cacho, como Diego de Zama, la española Lola Dueñas, el brasileño Matheus Nachtergaele y los argentinos Juan Minujín, como Ventura Prieto y Rafael Spregelburd. 

Nacido en Medoza en 1922, Di Benedetto se dedicó toda la vida al periodismo y a la literatura. Apenas se produjo el golpe militar, fue llevado desde la redacción del Diario Los Andes donde trabajaba. Si bien su condición era la de detenido y se sabía dónde estaba, eso no le ahorró la humillación y la tortura. Cuando lo liberaron luego de que se acumularan los pedidos internacionales, marchó al exilio, pero nunca se recompuso de esa experiencia de la que él mismo desconocía las causas. No tenía una militancia política orgánica, aunque se atrevió a publicar noticias que otros periódicos no publicaban. 

La adaptación de la novela pertenece a la misma Lucrecia Martel y cuenta la historia de un oficial español Diego de Zama asignado a Asunción, en Paraguay, que espera su traspaso a Buenos Aires para reencontrarse con su familia. Como El desierto de los tártaros, de Dino Buzzati se trata de una novela de la espera de algo que nunca ocurrirá, de un deseo que va envejeciendo y que va perdiendo sentido aunque, como en el caso de la novela de Buzzati, lo esperado finalmente suceda cuando ya es tarde.

 En 2016, mientras estaba embarcada en la posproducción de la película Martel le decía a Estilo: “Cuando terminé de leer Zama, tuve la sensación de que había entendido algo de la vida muy importante. Pero no sabía bien qué era. Desde esa fecha he estado tratando de averiguar qué fue eso. Hace poco, mientras retomábamos la edición de la película, me di cuenta qué era eso. Es un poco difícil ponerlo en palabras, por eso filmé una película. Comprendí algo acerca de la ineficacia de la muerte como final. Y sobre el miedo, único responsable de que se dividan los acontecimientos de la vida en éxitos o fracasos.” 

Una de las joyitas de la Feria para no perderse ya que reúne a una gran directora de cine que se atrevió a encarar una obra difícil, en la que el clima tiene supremacía sobre la acción.