La mayoría de la gente sabe que Borges fue un gran escritor argentino. Son muchos menos, en cambio, quienes saben por qué. Quizá esto obedezca a que su figura está rodeada de muchos preconceptos: es un autor difícil, inaccesible, solo para iniciados. Igual que los héroes de la independencia, Borges está sobre un pedestal, es una figura de bronce que inspira un respeto reverencial que aleja a los lectores.

Daniel Mecca, que además de periodista y poeta es un gran gestor cultural, está empeñado en quitarle la pátina de solemnidad a la literatura borgeana y en promover el acercamiento a ella sin prejuicios. Además de ser el fundador y organizador del festival #BorgesPalooza, entre sus emprendimientos se cuentan el Borges Tour, una caminata asesorada por el Buenos Aires de Borges, y el Centro de atención al lector en Instagram (@atencionlector), algo así como un consultorio literario abierto las 24 horas para que se puedan realizar todas las preguntas sobre libros.

Luego de tres ediciones virtuales, la cuarta del festival sobre Borges será presencial y contará con la presencia, entre otras figuras, de Luis Gusmán, Sylvia Iparraguirre, Peto Menahem, Ana María Shua y Jorge Fondebrider.

Tiempo Argentino dialogó con Mecca  sobre los objetivos del festival y las características de la nueva edición.

“Ya desde el nombre del festival -afirma sobre el propósito del #BorgesPalooza – , la idea de “paloozear” a Borges tiene el fin de quitarle solemnidad y, de esa manera poder repensar su obra por fuera del mito. En definitiva, desarmar a Borges para volver a armarlo. Como planteaba Josefna Ludmer, salir del Borges canonizado para entrar en Borges otra vez. De esta manera, el #BorgesPalooza busca acercar a Borges a una nueva generación de lectores pero, a la vez, proponer nuevos ángulos –relecturas- para las generaciones que lo vienen leyendo. Este festival, así, busca generar traslados, reescrituras y relecturas de la obra borgeana, nada original si pensamos que son todas marcas, maniobras, que están en los textos de Borges.”

Quien nunca se acercó a la obra borgeana supone de antemano que detrás de ella hay un autor difícil y que en la dificultad de lectura reside justamente su excelencia. ¿Hay que ser un erudito para leer a Borges? “Hay un imaginario inestable -responde Mecca- sobre la figura de autor de Borges, una figura de la que el propio Borges, por supuesto, formó parte en su armado.

Y agrega: “Analizando su discurso, vemos que tiene una primera etapa tremendamente ambiciosa (de los años 20 y 30) y otra, en su etapa de consagración nacional e internacional, donde pedía que lo olvidaran, a él y a su literatura. Son reversos exactos de la misma orientación, simplemente con maniobras diferentes, dado que el pedido del olvido puede ser leído justamente como una maniobra para volverse clásico y, por tanto, estar en todos los tiempos, ambiciosamente hablando. Esta desestabilización de su figura de autor genera una desestabilización en su modo de leerlo, que está acompañada por su lugar de “estampita nacional” (Borges como acto de fe) y la suposición de que en su excelencia me voy a quedar afuera como lector. Todo esto, a mi entender, genera inhibiciones para introducirse en la literatura de Borges que, por cierto, no reclama erudición para ser leída. Sylvia Molloy planteaba esto mismo respecto al cuento «Pierre Menard”: las marcas de erudición de ese texto están puestas en función de la idea central, no son fines en sí mismas. La estética de Borges es la idea, no la erudición.”

Cuando se le pregunta qué balance hace de las ediciones anteriores del festival, explica. “Su tercera edición, de agosto de 2021, tuvo más de 8.000 visitas en una semana y se transmitió por primera vez, simultáneamente, por YouTube y Twitch. Por ejemplo, durante esos días del festival se conversó sobre el Borges fuera de la Biblioteca interviniendo en las revistas de vanguardia y populares; el Borges de los sonetos; de su interés por la literatura de Islandia; se abordó asimismo la literatura policial en su obra; el modo en que usa adjetivos, verbos y adverbios; sus aproximaciones a Leopoldo Marechal y el vanguardismo místico con Xul Solar; el Borges algorítmico y de cómo se lo puede pensar desde los Beatles. Es que la literatura de Borges no es una literatura destinada a intelectuales. Autor y lectores circulan en sus textos insolentemente, apropiándose.”

El festival debutará con una edición presencial, lo que lleva a preguntarse por qué su fundador eligió esta vez este modo de comunicación y si de, alguna manera, esta decisión plantea una rivalidad entre lo virtual y lo presencial. “El #BorgesPalooza -aclara- se lanzó en 2020 durante los años de aislamiento por la pandemia por lo que su nacimiento tuvo una naturaleza ligada a las redes sociales. Esto, en primer lugar, fue por los límites objetivos impuestos por el Covid, pero también porque era una puesta en funcionamiento de las plataformas como vivos de Instagram, YouTube y Twitch dialogando con la marca “digital” en la obra de Borges. Para esta cuarta edición, quise incorporar el cuerpo -la presencialidad- dentro del discurso del festival. No se trata en absoluto de rivalizar con las bases de streaming -de hecho las charlas van a ser grabadas para luego subirlas a borgespalooza.com- sino de ampliar el registro desde donde se puede producir sentido. En ese contexto, el Centro Cultural San Martín recibe y acompaña esta nueva experiencia que será libre y gratuita para potenciar más el acceso a la literatura de Borges.”

“Entiendo, por otra parte, -dice respecto de los avances tecnológicos que plantean otros modos de comunicación- que las herramientas de la tecnología de ningún modo rivalizan con la lectura en papel o, por caso, con la presencialidad, sino, por el contrario, son un estado combinatorio para desarrollarla aún más. Estamos ante un precioso capital que es el resultado de toda una experiencia histórica de la ciencia y de la tecnología que no tiene comparación con ninguna época pasada. Hay que usar este estímulo histórico para combinar, para trasladarse, no para rivalizar categorías.”  

Sobre cuáles serán las características distintivas de esta cuarta edición, informa: “Al igual que el resto de las ediciones, este cuarto #BorgesPalooza se caracteriza por la amplitud temática, lecturas oblicuas de una obra -la de Borges- oblicua. Así, vamos a encontrar charlas sobre Borges y el humor, el sexo, el psicoanálisis, la literatura policial, la Divina Comedia, el cine, su trabajo en los medios de prensa, el grupo Sur, Kafka, el Borges traductor y las amistades literarias en la obra de Borges. No se trata de producir una charla para cada lector, sino crear lectores para cada charla.”

La cuarta edición del festival #BorgesPalooza se llevará a cabo el 20 y 21 de agosto en el Centro Cultural San Martín, Sarmiento 1551, CABA. El 20, entre las 10 y las 19.30, participarán Hugo Beccacece, Claudia Fernández Speier, Gonzalo Aguilar, Elsa Drucaroff, Luciano Lutereau, Juan Sklar y Sylvia Iparraguirre. El 21, entre las 11 y las 19.30, Annick Louis, Judith Podlubne, Ana María Shua, Peto Menahem, Jorge Fondebrider y Luis Gusmán.