La Colectiva La Lola Mora, Trabajadorxs de las Artes Tucumán surgió el 7 de diciembre de 2018, según informan los organizadores de la muestra, en el contexto de la inauguración del 46ºSalón Nacional de Artes visuales del Museo Timoteo Navarro, a partir de una acción que puso en evidencia la escasa selección y nula premiación de las obras realizadas por mujeres. A partir de ese momento, trabajadoras de distintas disciplinas se agruparon en una colectiva.

Hoy quienes integran el grupo son protagonistas de la muestra Calle, emplazada en el Espacio Vidriera del CCB. Esta muestra se desarrolla en el marco de una exposición mayor, “Las herramientas existen en los gestos de aquello que vuelven posible”, con curaduría de Leticia Barbeito, Guillermina Mongan y Alicia Valente.  

El origen de la muestra

A nosotras nos convocaron -le explica Barbeito a Tiempo- para pensar alguna exhibición en el contexto de marzo en relación con sus efemérides, puntualmente el 8 y el 24, en torno a ciertas prácticas gráficas. Nos interesó trabajar también con el 7M que es el Día de la Visibilidad Lésbica. Esta muestra que comenzó en marzo, continuará en abril y en mayo.”

Y agrega: “Nos pareció  que las particularidades del campo de la gráfica y las particularidades del Borges necesitaban algo más dinámico que una exposición. Entonces la premisa fue convocar a colectivas y más que hacer una exhibición, que quizá apunta a algo más pasivo o más pausado, pensar en un programa que no sólo tuviera piezas exhibidas, sino también algunos recambios. Por ejemplo, además de lo que sucede en la vidriera, hacer activaciones en la Sala Nora Borges».

«Por eso, pensamos en un eje más fijo que es lo que sucede en la Sala Galería, donde trabajamos la cuestión migrante y lo antirracista. Esto se realiza a través de tres colectivos. Uno es La Voz de la Mujer integrado por mujeres de la comunidad boliviana que viven en Lugano y que tienen un trabajo territorial muy importante. El segundo es el colectivo Caput de Iquique, Chile, que culturalmente es una zona en constante contacto con Bolivia y tiene en común determinadas cuestiones culturales con Perú y con Argentina;  es una zona de frontera donde lo migrante está muy caliente. El tercero es el colectivo Identidad Marrón que trabajan y visibilizan la “marronidad” en la Argentina.”  

El segundo espacio o eje es la Vidriera que no es fijo, sino móvil porque cambia una vez por mes. “Allí nos propusimos que irrumpa la dimensión más urbana, más callejera de la práctica gráfica –dice Barbeito- y por eso convocamos a Benteveo que un colectivo de La Plata que es más bien una casa cultural porque aloja a muchos colectivos agrega Barbeito y que, entre otras cosas, se dedica a la pegatina, a la intervención urbana”.

Este mes en Vidriera expone la Colectiva La Lola Mora y en mayo será el turno de Thigra, un colectivo de Rosario que trabaja en cuestiones socio-medioambientales. “Todos los colectivos están integrados, en general, por feminidades y disidencias y tienen una perspectiva transfeminista”.

lola mora
Foto: Prensa Centro Cultural Borges

La Lola Mora: el delantal de trabajo como signo de identidad

Lo que puede verse en el Espacio Vidriera hasta fin de mes es una gigantografía de la colectiva La Lola Mora que muestra a sus integrantes en la marcha del 24 de marzo en Tucumán junto con sus delantales de trabajo. “Los delantales, detalla Barbeito, son bien característicos de ellas. Los utilizan para marchar, para reconocerse. Muchos de ellos están intervenidos: algunos tienen bordados los pañuelos de las Madres, otros esténciles con algunas consignas. Trabajan el delantal como una pieza de identificación, por momentos lo vuelven una matriz de un esténcil. El delantal es un elemento característico, importante y lo activan muchas veces.”

Dicen las propias integrantes según de La Lola Mora que utilizan el delantal “para gestionar espacios políticos en nuestros ámbitos de intervención y problematizar las prácticas que promueven las desigualdades de género concebidas en el sistema patriarcal, heteronormado y hegemónico. El delantal de La Lola Mora, nuestra primera producción política como colectivo, nos convoca a salir al a calle y al mundo con un sello distintivo propio, con nuestra manera de decir. Portando el delantal de trabajo nos reconocemos en el marco de las luchas históricas y contemporáneas de todas las mujeres y nos autoenunciamos como trabajadoras de las artes.”

Foto: Prensa Centro Cultural Borges

A los elementos gráficos que se muestran, el Espacio Vidriera les imprime características que tienen que ver con su propia naturaleza. Se trata, por cierto,  de un lugar de exposición no convencional para una muestra gráfica cuyas reivindicaciones no tienen nada que ver con un shopping. Hay que tener en cuenta que el CCB está emplazado dentro de las Galerías Pacífico.  

“Ése es el desafío y la particularidad del Borges-dice Barbeito-. Se trata de un contexto muy singular que lo tuvimos muy en cuenta. Los colectivos que exponen allí, sin bien muchas veces están en ámbitos institucionales y formales, en general, trabajan desde la autogestión, se mueven dentro de circuitos más independientes.”

Y añade: “El Borges está incluido dentro de un ámbito comercial y de consumo como es un shopping. Eso lo aclaramos de entrada cuando convocamos a las colectivas porque  las vidrieras donde exponen son morfológicamente iguales a otras vidrieras que están al lado y se dedican a vender ropa. Lo que nos propusimos es que se diferencie y actúe como una especie de sopapo, como algo que proponga una pregunta, que rompa con la lógica de lo esperable para ese lugar.

 “Por eso –continúa– seleccionamos  a colectivas que ponen el cuerpo en la calle que es su lugar de acción. Todas ellas tienen una construcción política en el sentido más amplio de la palabra, es decir,  no específicamente desde lo partidario, pero sí desde la voluntad de transformar el mundo, de querer instalar algunas preguntas, de no ser esquivas a lo que pasa con la realidad sociocultural y ambiental;  a las cuestiones de género, la historia reciente y la memoria. Tuvimos muy en cuenta de qué modo accionar en ese contexto. El Borges abrazó todas estas cuestiones, es un lugar donde se pueden desplegar todas esas maneras de producir y de habitar el espacio.”

Al respecto se refiere a una activación en la Sala Norah Borges que estuvo a cargo de Estampa feminista y Rescatá la tanga. A esta activación la llamaron Comité que tiende a organizar las partes de la edición independiente y del fanzine “como un lugar donde se cristalizan cuestiones importantes de la edición».

«Está activación tuvo un formato asambleario y se discutieron temas respecto de cómo organizarse, qué cosas hacen falta en la actualidad, qué pasa con las ferias y otros espacios de circulación, qué implica un fanzine y cuales son su particularidades. Luego se armó una especie de feria a la que le dicen rancheo, donde la gente mostraba sus productos, los intercambiaba. Entonces la feria, la plaza, ingresaron a la sala Norah Borges”.

Foto: Prensa Centro Cultural Borges

“En este programa que se llama `Las herramientas existen en los gestos de aquello que vuelven posible”-concluye  Barbeito- nos interesó pensar el vínculo entre herramientas, gestos  y el arte con su capacidad de ampliar el mundo de lo posible, pero pensarlo, sobre todo, desde los modos de accionar, de producir, desde los procedimientos«.

«Pensamos en las múltiples cuestiones de las herramientas no solo en ese artefacto que vincula a la persona que lo opera con el acto, sino también en su dimensión más poética. La muestra está pensada como herramienta para hacerse preguntas para formular preguntas, para transformar algo, para vincular personas, para dialogar.”

La exposición “Calle” puede visitarse durante todo el mes de abril, mientras que “Las herramientas existe en el gesto de aquello que hacen posibles” continúa durante todo mayo. En el Centro Cultural Borges, Viamonte 525, CABA. Visitas de miércoles a domingo de 14 a 20. Entrada libre y gratuita.