Hoy, a las 11 de la mañana, la comunidad científica vuelve a movilizarse para marchar al Ministerio de Ciencia y Técnica en reclamo de la reincorporación de todos los trabajadores despedidos del CONICET. “Los despedidos se siguieron reuniendo –explica Agustina Miguel, integrantes de Jóvenes Científicos Precarizados. Se conformó así lo que se dio en llamar la “red federal de afectados” que redactó un pliego de reivindicaciones para presentar ante las autoridades correspondientes. Entre estas reivindicaciones figura que la reincorporación de los despedidos sea al CONICET y no a otros organismos de investigación o a universidades. Tal como lo reconoció el propio ministro de Ciencia y Técnica Lino Barañao, no se trata de un problema general de presupuesto. Lo que hay es una política de ajuste específicamente del CONICET porque no hay razón para que el dinero que se destinaría a otras instituciones en el caso de la reincorporación de los despedidos, no se destine a aquella de la que estos científicos fueron expulsados. También se pide que se continúe con las líneas de investigación que se venían desarrollando, tema sobre el que hay una gran incertidumbre.” 

¿Por qué un gobierno como el macrista tiene interés en la destrucción paulatina de una institución directamente relacionada con la producción científica? “Es coherente con una política neoliberal que prefiere importar conocimientos de afuera en vez de producirlos en el país”, contesta Agustina. En cuanto al ministro Barañao, indica que “ha perdido toda legitimidad” ante la comunidad científica, que debería renunciar y que éste sería un momento oportuno para que lo hiciera. Posiblemente con los recambios en el gabinete y los múltiples conflictos como el de Aerolíneas su renuncia hubiera sido un impacto fuerte en la crisis del macrismo, pero en este momento no debería postergar su decisión de irse por el descrédito que tiene. No cree que se trate de una persona de dos caras que era kirchnerista con el kirchnerismo y macrista con el macrismo, sino que su política es someterse a los dictados del gobierno de turno.  

La precarización del CONICET, explica Agustina, no ha comenzado con el macrismo, sino que data de muchos años atrás. Parte de esta política de precarización son los contratos a término, la incertidumbre sobre la continuidad, los criterios de evaluación poco claros, los bajos salarios. Reconoce que durante el kirchnerismo se repatriaron científicos y hubo un interés particular por el desarrollo científico. “El problema –dice- es sobre qué bases se quiere establecer este desarrollo. Las condiciones laborales son un punto clave en este tema.” Por eso, en diversos momentos de desarrollo del conflicto se reivindicó  la frase “Investigar es trabajar” y hoy se exige que se termine con el recorte de los becarios tanto pre como posdoctorales y el recorte presupuestario específico del área, que haya una recomposición salarial y un convenio colectivo de trabajo.  

Por todas estas razones tanto integrantes del CONICET como despedidos, docentes, investigadores de otras instituciones y estudiantes acompañarán hoy el reclamo del cumplimiento del acta acuerdo que se firmó el 23 de diciembre para que se reincorporen los trabajadores despedidos al CONICET y no a otras instituciones. Se trata de 508 científicos que, a pesar de haber sido evaluados de manera positiva, aún no han recuperado su lugar de trabajo.

. La marcha que se realiza hoy ante el ministerio de Ciencia y Técnica no responde a la iniciativa de un grupo de científicos capitalinos, sino a un elaborado plan de lucha a nivel nacional. Los científicos no están dispuestos a dar ni un paso atrás.