Tal como es costumbre, con mucho tiempo de anticipación la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires que se llevará a cabo desde el 24 de abril al 14 de mayo de 2018 ya adelantó sus novedades. La visita de Paul Auster y Richard Ford figuran, sin duda entre las más relevantes. 

 Auster es un autor muy leído en Europa, Estados Unidos y la Argentina donde cuenta con muchos admiradores y también varios detractores que lo descalifican por representar los valores del posmodernismo.

Luego de siete años de silencio novelístico –su última novela había sido Sunset Park, acaba de aparecer en América Latina en forma simultánea con España 4 3 2 1, una novela monumental cuyas casi 1000 páginas hacen presumir que el silencio de lo últimos siete fue de un exigente trabajo creativo. La traducción es de Benito Gómez Ibañez y el libro está dedicado a la escritora Siri Hustvedt con quien conforma una de las parejas emblemáticas del star system literario.

En la faja que acompaña la tapa se transcribe una frase de Haruki Murakami: “Paul Auster es definitivamente un genio” y otra extraída de Booklist: “Su novela más ambiciosa, exigente, memorable, intrigante, erótica, atrevida, divertida y conmovedora hasta la fecha. Una oda a la juventud, al deseo, a los libros, a la creatividad y a lo impredecible.” The Gurdian, por su parte, dice:  “Auster se centra no sólo en lo inesperado, sino también en ese ´qué hubiera pasado si….´ que nos obsesiona; en todas las vidas imaginarias que alimentamos y que corren paralelas a nuestra existencia actual.”

Su protagonista es Archibald Isaac Ferguson quien se desdobla en cuatro personajes. De ahí que el título de la novela sea numérico. El azar, al que Auster le asigna una importancia capital, tiene también un papel fundamental en su última obra. Si Ferguson es a la vez el mismo y otros es porque las decisiones que toma en cada una de sus existencias son diferentes, porque el azar, en fin, lo conduce por distintos caminos. Casi todos nos hemos preguntado alguna vez quiénes seríamos si en vez de tal cosa hubiéramos hecho tal otra. La pregunta recorre todas las instancias de la vida, desde la sentimental a la profesional. Auster ha hecho de esa inquietud tan humana una meganovela. 

Según parece, el autor descree de los apocalípticos que dicen que hoy no se lee, ya que ha confiado que habrá lectores en más de 40 idiomas distintos que se sentarán a leer esta novela-río cuya extensión parece más propia de siglo XIX que del XXI. Le roman-fleuve no parece haber muerto a manos de las nuevas tecnologías. No lo confirma sólo la última novela de Auster, sino sagas destinadas a chicos y adolescente como la del mismísimo Harry Potter. 

Durante la presentación de la novela en Madrid, el propio Auster se puso como ejemplo de cómo determinados hechos inesperados pueden ser decisivos en la vida de una persona. «Por un lado, -dijo- cuando tenía 14 años vi morir a un compañero del campamento en el que estaba, alcanzado por un rayo. Eso me ayudó a entender que el suelo que piso no es firme y que en cualquier momento puede pasarte cualquier cosa. Por otro, conocer a mi actual mujer, Siri Hustvedt, hace 36 años. No sería quien soy sin estos dos sucesos». 

Con muchos años de anterioridad Javier Marías aborda un tema similar en Negra espalda del tiempo aunque con un tratamiento muy distinto. En ese pliegue del tiempo del que habla Marías están las cosas que podrían haber sido y no fueron, los que podríamos haber sido y no fuimos, las versiones de nosotros mismos que no aparecen o sólo lo hacen subrepticiamente en la versión definitiva –aunque, a la vez, provisional- de lo que somos. 

El tema político no estuvo ausente en la presentación. Cuando le preguntaron por el actual presidente de su país, Donald Trump, dijo: «Solo rezo por que no haya un segundo mandato. Me siento miserable y frustrado con este presidente. No lo culpo por ser el maníaco y psicópata que es, lo que me preocupa es que 60 millones de norteamericanos lo hayan votado; muchos, mujeres. No lo comprendo».

Señaló que al ponerle el punto de final a 4 3 2 1 sintió que se desplomaba de cansancio. Pero agregó que ya empezó un nuevo libro del que lleva escritas dos páginas, cifra que despertó risas en el auditorio. Dijo también que estaba ansioso por volver a Nueva York para ponerse a escribir. Lo suyo, aseguro, es dedicarse a contar historias.