Mientras el mundo del automovilismo se prepara para un domingo espectacular, con la edición número 100 de las 500 Millas de Indianápolis y la Fórmula 1 corriendo en las glamorosas calles de Montecarlo, hay otro argentino que volvió a ser noticia: José María López ganó las dos carreras del Mundial de Autos de Turismo (WTCC) en el legendario trazado de Nürburgring. No por reiterado el doble éxito del cordobés deja de tener valor, ya que para conseguirlo logró en las pruebas de clasificación bajar el récord de la categoría al circuito alemán de más de 25 kilómetros de extensión. Y ayer se impuso en las dos competencias pactadas, sin que lo afectara el lastre de 80 kilos que carga en su Citroën C-Elysée, impuesto por el reglamento en función de sus anteriores victorias.

«Más no puedo pedir. Esto es un empujón para el campeonato. De ahora en más hay que ser inteligente», le dijo el piloto de Río Tercero al programa radial Campeones, ya con los 55 puntos del fin de semana en el bolsillo y con 69 de ventaja sobre Tiago Monteiro, su escolta en el campeonato. El portugués protagonizó un espectacular accidente en la primera carrera con el francés Yvan Müller y Pechito alcanzó a filtrarse entre ambos para continuar camino a la victoria. Un toque de suerte que los campeones a veces también necesitan.