Cuando los buenos resultados conseguidos durante las PASO realizadas durante el día de ayer hacían suponer que todo sería calma y alegría puertas adentro del gobierno, alguien dio el portazo. Un portazo modesto y elegante, pero portazo al fin. Durante el día de ayer, en medio de la realización de los comicios, Enrique Avogadro renunció a su cargo como secretario de Cultura y Creatividad del Ministerio de Cultura, el hombre más importante de la cartera que comanda Pablo Avelluto por debajo, claro, del propio ministro.

El anuncio fue oficializado a través de un comunicado del ministerio en el que se le agradecía a Avogadro por los servicios prestados, «el compromiso y el trabajo llevado a cabo juntos a lo largo de estos primeros diecinueve meses de gestión». Sin embargo el tono seco y la corta extensión de texto parecen confirmar que su paso por área de cultura no fue precisamente sencilla y que su relación con Avelluto nunca fue buena ni cordial, sino apenas profesional.

Por su parte el propio Avogadro tampoco echó luz sobre los motivos de su renuncia y desde su perfil de Facebook prefirió concentrarse en sus planes a futuro que andar ventilando los trapitos en público. «Voy a concentrarme en el desarrollo de una serie de proyectos personales y seguiré colaborando con nuestro espacio desde el lugar en el que pueda ser de mayor utilidad». A pesar de que en ese mismo espacio virtual tuvo el gesto de agradecerle a su hasta ayer superior la posibilidad de “ser parte de esta aventura”, voces extraoficiales cercanas al Ministerio de Cultura no dudaron en calificar la relación entre Avelluto y Avogadro como “un matrimonio” que nunca funcionó y que el vínculo entre ambos jamás resultó fluido.

Sin embargo el futuro de Avogadro dentro de la estructura política más cercana al presidente Macri parece estar más que asegurado a partir de su amistad con el jefe de gabinete Marcos Peña. Igual que este (y como gran parte de los funcionarios próximos al Presidente) Avogadro es egresado el elitista Colegio Cardenal Newman. Su extenso currículum en diferentes áreas del gobierno porteño durante la gestión de Macri al frente de la ciudad también parecen garantizar su continuidad en algún otro espacio, tal vez mucho más cercano a la oficina presidencial.

Mientras tanto el cargo que deja vacante en el Ministerio de Cultura no será ocupado por nadie más, pasando sus tareas a formar parte de la Secretaría de Integración Federal y Cooperación Internacional, a cargo de Iván Petrella. Tal decisión reaviva la vieja versión de que la cartera comandada por Avelluto es parte de los planes de reducción de Ministerios que desde el ejecutivo busca comenzar con la contracción del estado. Si tal plan se concreta, el Ministerio de Cultura se replegaría al viejo estatus de Secretaría que mantenía hasta que hace poco menos de cuatro años, cuando la entonces presidente Cristina Fernández decidió reconvertirla. De ser así el área de cultura podría quedar dentro de la órbita de Presidencia o integrarse al Sistema Nacional de Medios y Contenidos Públicos, a cargo del poderoso Hernán Lombardi.