¿Existen leyes para la escritura creativa? ¿Se puede aprender a escribir literatura? ¿Cómo se forman un escritor o una escritora? El escritor y docente Diego Paszkowski responde a estas preguntas de manera práctica, es decir, dictando talleres de escritura creativa que proveen a sus  asistentes herramientas necesarias para este tipo de escritura. “Yo puedo enseñar cómo escribir una idea, dice, pero las ideas son de cada uno. Lo que no puedo hacer es darles esa idea a quienes cursan un taller conmigo.”

Este miércoles comienza precisamente un taller de escritura creativa. Son cuatro encuentros que tendrán lugar todos los miércoles de mayo a partir del 10, de 17 a 18.30. Se dicta en el Centro Cultural Borges de manera gratuita. Requiere inscripción previa porque la capacidad es limitada.

Se trata de “un curso introductorio destinado a personas  que quieran escribir. A lo largo del taller se trabajarán textos literarios relacionándolos con distintas ramas artísticas. La propuesta tiene como objetivo brindar una visión inteligente y divertida del arte. El taller es, en consecuencia, un espacio para desarrollar artes combinadas, a través de ejercicios diversos.”

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Foto: Prensa CC Borges

Paszkowski  no sólo es un escritor de larga trayectoria, sino que tiene una amplia experiencia docente. Coordina el Taller de Escritura para Jóvenes en el Centro Cultural Ricardo Rojas (UBA) y dirige colecciones de narrativa joven.  Ganó el Premio de Novela 1998 del diario La Nación por Tesis sobre un homicidio. Es autor de El otro Gómez (Sudamericana, 2001), Alrededor de Lorena (Mondadori, 2006) y Rosen – una historia judía (Sudamericana, 2014).

También es un prolífico autor de literatura infantil. En este campo publicó  El día en que los animales quisieron comer otra cosa (Loqueleo, 2009), Te espero en Sofía (2013), La puerta secreta (2016)  Donovan, el mejor detective del mundo (2019) y Un mundo  nuevo (Planeta Infantil, 2020). En diálogo con Tiempo Argentino explicó detalladamente en qué consiste el taller que dictará a partir de este miércoles.

-¿A qué género está orientado el taller de escritura creativa que comienza el 10 en el Centro Cultural Borges y cuál es su carácter?

Es un taller de narrativa fundamentalmente orientado a cuento, a microrelato, a prosa en general. Se trata de una introducción destinada a personas que quieren escribir pero no tienen herramientas para hacerlo. Lo que hago es darles unas reglas básicas de cosas que deberían hacerse y otras que no al momento de escribir. Además, relaciono las artes. Les doy consignas a partir de diversos estímulos que tienen que ver con otras expresiones artísticas: la música, el teatro, la plástica. Como dije, se trata de una introducción para que sepan cómo plantarse ante un texto.

-¿Por qué el taller está destinado a personas de entre 16 y 40 años?

-Por un lado, porque creo que hay temas que los menores de 16 no están preparados para afrontar. Por otro, el límite de los 40 años es porque es un taller dinámico. Hay que actuar en la clase que trabajamos a partir del teatro o salir, por ejemplo, a dar una vuelta manzana y describir lo que hay en ese recorrido y no sé si la gente muy mayor estaría dispuesta a eso. Por eso prefería acotar las edades. Pero hay una oferta amplia de talleres para gente de mayor edad. No hay tantos, en cambio, de escritura destinados a los más jóvenes.

-¿Considerás que para escribir hay una condición necesaria previa que es ser lector?

-Sí, la considero una condición muy necesaria. De hecho, lo primero que hago es recomendar algún libro para leer. En el caso de este curso recomiendo leer Boquitas pintadas de Manuel Puig que, además de ser un gran libro, al tener diversas entradas con distintos recursos es algo similar a lo que hago en un taller que es mezclar distintas artes. La prosa de Puig, además, es maravillosa y no es pretenciosa.  El problema que tiene la gente que empieza a escribir es, en líneas generales, que es pretenciosa.

Cree que la literatura es algo que se escribe con mayúsculas, muy arriba, con palabras altisonantes y no es necesariamente así. Si uno lee a Cortázar o al mismo Puig, se da cuenta de que la literatura puede estar mucho más cerca de uno que esa cosa pretenciosa de ciertas traducciones de Anagrama que no es lo ideal para empezar. Me parece que es ésa es una forma de escribir muy sofisticada. Se puede llegar a eso, a una prosa muy elaborada, pero quizá para aprender a escribir  no es lo mejor.  

Entonces lo que hago es acercar a los asistentes al taller a un lenguaje que les resulte familiar. Creo que lo importante en una etapa inicial es que un texto no tenga palabras fuera de registro. En un curso introductorio como el del Borges lo que trato de logar es hacerles accesible a los participantes la posibilidad de escribir. Por supuesto, tengo una lista de unos 300 libros que podrían leer desde el presente a los próximos años  y a quien me pide esa lista se la envío por mail.

Hace unos 30 años que doy este tipo de curso introductorio. He dictado cursos similares a éste durante 10 años en el Centro Cultural San Martín y desde hace 20, en el Rojas. También en su momento los he dado en el Nacional Buenos Aires y en el Pellegrini. Pero es la primera vez que lo hago en el Borges.

-¿Es posible formar a alguien para ser escritor?

-Te contesto con un ejemplo. Supongamos que hay una bolsa llena de recursos literarios y otra llena de argumentos para una novela o un cuento. Se podría suponer que si se saca de una de  las bolsas un gran recurso y de la otra un gran argumento y se juntan se logra ser un gran escritor. Pero no es así. Uno tiene que conocer todos los recursos posibles y tratar de lograr todos los argumentos posibles. Pero aun teniendo ambos elementos no se convierte un gran escritor, porque lo importante de un gran escritor es su mirada sobre las cosas.

Esa mirada depende de la vida que cada uno tuvo, de la experiencia, de lo que leyó. Lo que hago modestamente desde mi lugar es enseñar técnicas, cómo escribir tal cosa o cómo escribir tal otra. De ahí en más la diferencia la hace lo que tenga cada uno para decir.  Un mismo episodio escrito por Wilde, por Kafka o por Borges, es completamente distinto porque lo que cuenta es la mirada, no el episodio en sí. Esa mirada es aún más importante que el lenguaje.  Pero la técnica y la persistencia en la escritura ayudan a afinar la mirada.

-¿Luego de terminar un taller introductorio, existe la posibilidad de que sigas el trabajo de los asistentes?

-Sí, tengo grupos reducidos en mi casa. Me dedico a eso. Son como ocho clases individuales dentro de una clase grupal. No es que cada uno opina sobre lo que escriben los demás, sino que yo corrijo a cada uno a la vista de todos los demás para que aprendan de lo que le corregí a cada uno, pero el trato es personal. Yo me ocupo de cada texto. Soy escritor, publiqué novelas para adultos y para chicos, pero mi gran vocación es la docencia. En mi página hay un ítem que dice «Libros trabajados en mi taller» y ahí es posible ver cuáles son los autores que publicaron luego de haber trabajado la obra conmigo.

-¿Qué te determinó a vos a ser escritor y docente?

– A los 16 años tenía un amigo que escribía y en las reuniones leía lo que había escrito y se convertía en el centro de la fiesta. A mí me daba mucha envidia porque el centro del a fiesta quería ser yo (risas). Y aquí estamos, vos me estás entrevistando, mi novela Tesis sobre un homicidio fue llevada al cine con la actuación de Ricardo Darín y medio que me convertí en el centro de la fiesta. ¿Por qué soy docente? Porque tuve un gran docente en la secundaria, Nicolás Rosa.

Tuve la suerte de que fuera mi profesor en el secundario nocturno que hice, me tomó como su protegido y me hizo entender que dar clase es un acto performático, un stand up de la literatura.  Lo que hago es dar clases muy divertidas copiando los métodos que tenía Nicolás Rosa. Por eso soy docente y es lo que más me gusta. Si tengo que llenar un formulario que me pregunta cuál es mi profesión, no pongo escritor, pongo docente, a pesar de que he publicado cuatro novelas para adultos y cinco para niños.

Hoy, lunes 8 de mayo estaré en la Feria firmando libros infantiles de 17 a 18 en el stand de Santillana, luego voy a leer junto a actores en un homenaje a Chile. El domingo 14, estaré también en el stand del Gobierno de la Ciudad leyendo textos en los que me acompañará mi hijo Popi Paszkowski en bajo.

Para anotarse

El taller de escritura creativa dictado por Diego Paszkowski se llevará a cabo en el Aula Taller del tercer piso del Centro Cultural Borges, Viamonte 525, CABA.  Está dirigido a personas de 16 a 40 años. Es gratuito pero requiere inscripción previa. Encuentros a partir del miércoles 10 todos los miércoles de mayo de 17 a 18.30.