Según parece, la palabra cuarentena tiene un origen doble: es a la vez médico y religioso. Según la Real Academia Española, durante la epidemia de peste negra que asoló a Europa en el siglo XIV, se decidió aislar a los enfermos durante 40 días.  Aunque aún no se tenía noción de lo que era un virus, la experiencia empírica demostraba que el aislamiento traía beneficios.

Elegir un período de 40 días y no de 25 o de 60 no fue una decisión científica, sino religiosa: 40 fueron los días que Jesús permaneció en el desierto y por eso se decidió que los enfermos debían permanecer en cuarentena, es decir, se decidió que cuarentenearan.

El número cuarenta, por su parte, tiene un gran protagonismo en las Escrituras y en el derecho inglés. Según el Diccionario Insólito de Luis Melnik “… aparece en las escritura en las Escrituras en repetidas ocasiones. Moisés estuvo en la montaña 40 días y 40 noches. Elías, alimentado por cuervos durante 40 jornadas. Las lluvias que produjeron el diluvio cayeron durante cuarenta días y pasaron otros cuarenta cuando Noé abrió la escotilla del Arca. Jesús ayunó 40 días. En el antiguo derecho inglés, si alguien cometía un crimen, tenía 40 días para compensarlo y una viuda tenía derecho a permanecer en la casa de su difunto marido hasta 40 días después de la muerte. Durante el feudalismo, el servidor tenía que pagar 40 monedas a menos que construyera una casa en 40 días. Y la Cuaresma es, en el año cristiano, el período de 40 días que comienza con el Miércoles de Ceniza y termina con la Pascua. Es un lapso durante el cual el ayuno y la penitencia han sido observados por largo tiempo para conmemorar la Crucifixión y Resurrección de Jesús. “

La Academia fue consultada respecto que la acción de someterse a una cuarentena se convirtiera en un verbo, a lo que respondió que quienes modifican la lengua son los hablantes y que la misión específica de la institución sólo es recoger los términos creados por ellos una vez que estos muestran signos de haberse incorporado de manera definitiva a la lengua.

¿Pero si la cuarentena es un aislamiento que dura 40 días, es incorrecto utilizar la misma palabra para designar a un aislamiento de 14 o de cualquier otra cantidad de días? La Academia contesta: “No. Pese al origen de la palabra, el tiempo que dura una cuarentena puede variar según el caso. Una de las acepciones del Diccionario de la lengua española del término cuarentena es la de «aislamiento preventivo a que se somete durante un período de tiempo, por razones sanitarias, a personas o animales». Su duración puede ser, pues, variable, como se ve en este ejemplo: «Nos ordenaron guardar una estricta cuarentena de doce días» (M. Signes). Aun así, en su origen las cuarentenas sí eran de cuarenta días; de ahí su nombre.”

Según publicó en su cuenta de Instagram el historiador y escritor Daniel Balmaceda el origen de la palabra sería otro: «En 1377 decretaron en Venecia que los barcos que arribaban tenían que esperar treinta días antes de desembarcos pasajeros para no propagar cualquier virus que pudieran tener. «Luego, lo extendieron a ‘quaranta giorni’ (cuarenta días). De ahí viene (la palabra cuarentena), «Después se generalizó a cualquier plazo.«