El documentalista estadounidense Andrea Weiss estrenó en la Berlinale, Bones Contention, su película referida, entre otros aspectos, a la persecución de los homosexuales durante el franquismo que tiene a Federico García Lorca como la cara más visible. Sus restos, luego de tres excavaciones, aún no han sido encontrados. Los resultados de la tercera se han informado ayer: se encontraron balas pero no cuerpos. 

Según lo consigna el diario El País. Antonio Ruiz, presidente del Colectivo de expresos sociales, ha comentado al público berlinés que, por ahora, solo 116 homosexuales han sido indemnizados por torturas y encarcelamientos durante aquellos tiempos de ignominia. «Pero ningún Gobierno nos ha ayudado nunca a recuperar nuestra historia, no hemos recibido ninguna ayuda». Curiosamente, para la dictadura ellos sí existían, aunque de las lesbianas no se hablaba.

En pantalla, Isabel Franc aclara que que sencillamente se negó su existencia : «Había una ley contra gays, pero a nosotras se nos negaba hasta eso. No existíamos, porque la mujer tampoco tenía sexualidad». 

Federico García Lorca fue asesinado por «homosexual y socialista», como describe un informe policial de 1965 que no se conoció hasta hace dos años. Fue la confirmación de que había sido víctima del franquismo y zanjaba así los rumores. «Yo creo que ser de Granada –se lo escucha decir en una entrevista que aparece en la pantalla– me aproxima a la comprensión simpática de los perseguidos: del gitano, del africano, del judío… del morisco que todos llevamos dentro.»  

En Berlín, Laura García-Lorca, presidenta de la Fundación que honra la memoria de su tío, se defendió indignada sobre una acusación que se escucha en Bones of Contention: «No es cierto que la familia haya escondido su pasado político». A su lado, Ruiz confesó que en los peores momentos de las torturas, «cualquiera podía recordar a Federico como un referente». La búsqueda de su cadáver continúa.