Poco antes de ser asesinado el padre Carlos Mugica encaró la escritura de la Misa para el Tercer Mundo. Mugica, integrante del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, ampliamente conocido por su labor social y su compromiso con los pobres, sintió que una buena posibilidad de acercar su palabra a la sociedad era transformar su texto en una obra musical, para lo cual contó con la colaboración del compositor Roberto Lar, conocido por ser el autor de la banda de sonido de la película La hora de los hornos, realizada en 1968 por los cineastas Fernando «Pino» Solanas y Octavio Getino, integrantes en ese entonces del Grupo de Cine Liberación. 

El disco fue grabado en Buenos Aires entre los días 10 de diciembre de 1973 y 8 de enero de 1974 y editado por el sello RCA, con el Grupo Vocal Argentino, integrado en esa oportunidad por Amílcar Scalisi (contratenor), Galo García (barítono), Luis María Batallé (barítono-bajo, Jorge Raúl Batallé (bajo) y Fernando Collados (contratenor). En la grabación participaron 50 músicos, entre los que se pueden mencionar a Oscar Alem, Domingo Cura, Luis Ferreyra, Enrique Díaz, Domingo Mancuso y Rafael Morelli. 

El álbum, con una tirada de 50.000 ejemplares, fue publicado meses después del asesinato del sacerdote, ocurrida el 11 de mayo de 1974. Su contenido, fuertemente cargado de denuncia social, fue considerado irritante para funcionarios del gobierno de Isabel Perón que decidieron eliminar la obra musical con textos del sacerdote secuestrando sus másters, destruyendo las copias de los discos y prohibiendo su presentación, la que debía llevarse a cabo el 23 de septiembre de 1974 en el Instituto de Cultura Religiosa Superior. Todas las pruebas (másters, arte, duplicaciones, etc.) también fueron secuestrados y destruidos. Solo se salvaron unos pocos ejemplares. 

Luego de cuatro décadas de la creación de esta obra emblemática, signo de una época convulsionada y dramática, retorna a la vida en las voces de Quinto de cantares, quinteto vocal que 45 años después de su breve pero luminosa actuación dentro de la música popular argentina vuelve a reunirse para ofrecer su primer concierto de esta nueva etapa el 8 de octubre en Hasta Trilce, Maza 177, C.A.B.A..

Su formación actual está integrada por Rodolfo Amy (tenor segundo y charango), Fernando Collados (tenor), Galo García (tenor), Eduardo Rozas (barítono), Oscar Escalada (barítono y guitarra) y Guillermo Montecchia (bajo). En esta ocasión presentará la nueva versión de la «Misa para el Tercer Mundo», registrada con nuevos arreglos a cargo de Oscar Escalada y la participación de Ana Escalada (bandoneón), Lucrecia Escalada (piano y teclados), Diego Gómez (contrabajo) y Gustavo López (batería y percusión).

Provenientes de dos agrupaciones distintas  dirigidas respectivamente por  Carlos Guastavino y Chango Farías Gómez, aquellos jóvenes cantantes fundaron en 1969 el Quinto de cantares. Dos de sus integrantes originales, Galo García y Fernando Collados que formaron parte de la grabación original de la misa, integran ahora la nueva formación de Quinto de Cantares que realizó la nueva versión que acaba de publicarse. 

– ¿Cómo fue la propuesta de trabajar en la misa escrita por el Padre Mugica y cuál es la característica de esta nueva versión? Galo García: – Previo a la grabación de la misa teníamos un grupo vocal que se llamaba Quinto de cantares con el cual grabamos un disco de larga duración en el sello Trova pero, en 1973 el grupo de disolvió. Luego formamos parte del Grupo Vocal Argentino y nos convocó Carlos Mugica junto con Roberto Lar para hacer la versión cantada de la Misa para el Tercer Mundo, de la cual el Padre es el autor de los textos y Lar el compositor de la música. La creación de ambos fue muy valiente ya que estábamos viviendo una etapa áspera de nuestra historia como para hablar de las cosas que se exponen en esta obra. En la versión que grabamos recientemente los textos no fueron tocados, no así los arreglos musicales, que fueron realizados por Oscar Escalada, ya que debimos adaptarlos a una mayor austeridad en lo referido a la producción musical. Cuando abordamos la obra original teníamos cuarenta años menos y, obviamente, nuestras voces fueron cambiando con el transcurso del tiempo. 

Fernando Collados: – Hace unos años, y después de 40 de la disolución de nuestro grupo, nos reunimos en la casa de uno de nosotros los cinco integrantes originales del quinteto. Obviamente apareció una guitarra y empezamos a cantar. Poco tiempo después, Galo hizo una actuación solista en La Biblioteca Café y nos invitó a cantar con él. Y en ese momento surgió la idea de hacer resurgir a Quinto de cantares. Y nos motivó la posibilidad de volver a hacer los temas que cantábamos y también los que no podíamos cantar, ya que eran temas muy comprometidos y era una época muy complicada para abordar ciertas temáticas que reflejaban algunas canciones. En nuestro repertorio abordamos también obras propias con textos de Horacio Suárez y canciones de diversos autores del folklore de la región o de Serrat, por ejemplo, que es nuestro ídolo. De todos modos, de la formación original solo quedamos Galo y yo. De esta reunión surgió la inquietud de volver a grabar la Misa con una nueva formación a la que se sumaron Rodolfo Amy y Eduardo Rozas.

 O E: – Cuando estábamos grabando la obra, pensamos que el disco era un poco corto en cuanto a la duración, si bien hay partes que tienen un gran desarrollo. Pero nos interesaba priorizar su aspecto poético, su riqueza musical y, sobre todo, el mensaje que encierra el texto de Mugica. 

Es decir que hay una diferencia grande en la producción de la nueva versión, pero el espíritu y el texto siguen siendo los mismos. 

G G: – Es así. La grabación original se hizo con cincuenta músicos. Hoy resultaría imposible poder llevarla a cabo de esa manera en el aspecto de la producción.

O E: – Además no estábamos en condiciones de poder reproducir musicalmente de manera fiel la obra porque nuestras voces no son las mismas de hace cuarenta años, no podemos contratar la cantidad de músicos que participaron en el proyecto original y los costos de producción serían muy elevados. Por esto es que decidimos hacer una versión de la Misa con lo que teníamos a nuestro alcance: nuestra cinco voces, percusión y algunos instrumentos típicos que tengo en mi casa, con lo cual hicimos nuestra propia versión de la obra. Uno de los críticos que comentó el disco dio una definición que nos impactó: es como una botella tirada al mar hace cuarenta y tres años y leer su mensaje. Esta misa puede tener tanto adeptos como detractores. El Concilio Vaticano Segundo tiene una reglamentación muy rigurosa acerca de los textos que está permitido exponer en la lengua de cada país. Hasta el momento de ese concilio, sólo se podía dar misa en latín. A partir del cambio en lo referente al idioma,  surgieron la misa criolla y la flamenca, por ejemplo. Mugica no la escribió con la intención de hacer una obra litúrgica o poética. Están utilizados los cinco números de la misa tradicional (Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus y Agnus Dei) para incorporar dentro de su esquema un contexto de crítica o testimonio utilizando el lenguaje de la época. Pero no está hecho en forma panfletaria. Lo que dice el texto de Mugica es lo que se sentía en aquel momento y el lenguaje que se utiliza es el de aquella época. 

¿Resultó complicada la adaptación de los arreglos para la nueva versión?

O E: – Me costó encontrar una unidad, ya que la obra tiene complicaciones en los aspectos rítmicos y armónicos. Tiene una gran variedad de recursos y variantes que, con una orquesta como la que se utilizó en la versión original, se resuelven de manera más sencilla. Por lo tanto hice arreglos en los que, con mínimos recursos, fue posible obtener los mejores resultados. 

G G: – Hace un mes y medio presentamos la misa en el Salón dorado de la Municipalidad de La Plata. El público era muy variado y había muchos jóvenes, que fueron los que más se entusiasmaron con la obra. 

 - ¿De qué manera participaba Mugica en los aspectos artísticos de la Misa? 

F C: – Cuando nos convocaron para la misa Mugica tenía la idea general pero no la obra completa, la que fue desarrollando a medida que avanzaban los ensayos. Él quería contar lo que estaba pasando. 

G G: – Recuerdo que asistía a nuestros ensayos y nos decía: «muchachos, está todo bien. pero, por favor, que se entienda la letra», porque su interés era que el mensaje llegara claro a aquellos que escucharan la misa. 

O E: – Cuando asesinaron a Mugica se planteó un debate sobre si debíamos estrenar la misa o no. Finalmente se decidió que lo mejor era estrenarla. Paralelamente RCA estuvo cerrada dos días en los que las fuerzas de seguridad secuestraron los másters del disco y las 50.000 copias. A raíz de lo que estaba ocurriendo, Lar y el productor se fueron del país y nosotros debimos guardarnos por un largo tiempo.

 - ¿Consideran que los temas que encara la obra todavía tienen vigencia a pesar del tiempo transcurrido? 

F C: – Lamentablemente los textos de la obra todavía tienen una gran actualidad. 

O E: – Es un texto tiene muchos puntos de contacto con lo que se vive en la región en estos momentos. 

 - Es decir que hay expresiones que en el contexto de una misa como ésta todavía resultan muy chocantes. 

F C: – Como cuando se refiere a «la carne del torturado…». Pero pensemos que la tortura no se ejerce solamente en el aspecto físico. También se la puede ejercer en lo psicológico. Y esas palabras que suenan fuertes reflejan lo que hoy hace el capitalismo salvaje con la desigualdad y con la explotación.

– Pero con métodos más sofisticados que entonces.

 O E: – Es así, Pero de todos modos algo que nosotros rescatamos de este trabajo es la posibilidad de haber ejercido nuestra libertad de recuperar algo que estuvo prohibido porque tenía un contenido ideológico de defensa de los que menos tienen y hablaba por boca de los que no tienen voz. Creemos que todo esto de lo que habla la obra, como ser la explotación, el dolor o la tortura, nadie, por más necio que sea, lo puede negar hoy. Y esto se debe a que hay una historia que ya no se puede ocultar. Hemos vivido épocas dramáticas.  Nada justifica que esta obra quede en el olvido. 

G G: – Cuando estábamos por presentar la Misa en aquel momento, antes de subir al escenario con los músicos, aparecieron las fuerzas de seguridad para impedirnos actuar. Poco antes lo habían asesinado al padre Mugica. Y por mucho tiempo nos tuvimos que callar la boca. Ahora la volvemos a abrir.