Entre las figuras internacionales que este año pasaron por el 33° Festival de Cine de Mar del Plata hay una que se destacó sobre el resto. Y no porque tuviera mayores méritos cinematográficos que leyendas como los actores franceses Jean-Pierre Léaud (el adolescente que en 1959 protagonizó Los 400 golpes, inmortal ópera prima de Francois Truffaut) y Pierre Richard, uno de los comediantes más populares del mundo en las décadas de 1970 y 1980. Ni tampoco el prestigio cinéfilo de un director como Léos Carax, también francés y autor de películas afamadas como Los amantes de Pont Neuf (1991) o Holy Motors (2012). Se trata del británico Fran Healy, vocalista y guitarrista rítmico de la banda escocesa Travis.

Conocida a partir de álbumes que se cuentan entre los más exitosos de los 2000, como el bestseller The Invisible Band (2001), la carrera de Travis sin embargo se remonta a comienzos de la década anterior y se extiende hasta la actualidad. Su primer disco, Good Feellings, que fue lanzado en 1997, estuvo lejos de anticipar el éxito que la banda alcanzaría pocos años después a partir de poderosas líneas melódicas, empáticas líneas vocales y un trabajo rítmico de amplio espectro que le permitió captar la atención de un público muy variado. Sin embargo tiene el valor de haber sido el primer paso que la banda dio en ese camino hacia el éxito.

Justamente para celebrar su vigésimo aniversario, Healy tuvo la idea hace dos años de producir un documental que sirviera para dejar un documento cinematográfico que registrara la historia de la banda. Lejos de conformarse con un clásico documental laudatorio, en el que una serie de capitostes se dedican a lanzarle loas al objeto de turno, el cantante tuvo una idea mucho más interesante. Wyndham Wallace es uno de los periodistas musicales más prestigiosos del Reino Unido, con un importante currículum que incluye al diario londinense The Guardian, el alemán Berliner Zeitung y revistas como Uncut o Classic Pop, y Healy creyó que estaría bien que fuera él quien oficiara como narrador y entrevistador de la película Almost Fashionable: A Film about Travis, que tuvo un lugar en el festival marplatense, dentro de la sección Banda de Sonido Original.

Hasta acá nada notable. ¿Qué tendría de raro que un periodista especializado en rock fuera el encargado de llevar las riendas de un documental sobre una banda de rock? Sin embargo hay un elemento curioso que vincula a Wallace con los rockeros escoceses, algo que cambia por completo el punto de partida y la perspectiva que podría tener la película. Ocurre que Wallace había sostenido, no pocas veces y en artículos que llevaban su firma, que nunca entendió cómo es que una banda como Travis, a la que no le encontraba gracia alguna, había conseguido tener tanto éxito a escala mundial. Es decir, todo lo contrario a un fan, aunque sin llegar a ser un detractor.

Con humor, Healy se propuso el desafío de contar la historia de Travis desde el lugar menos esperado.  Almost Fashionable es una película homenaje a una banda, pero cuyo protagonista es un crítico al que dicha banda no le mueve un pelo. Ya en los primeros minutos del documental Wallace deja bien claro el concepto que tiene de ellos: «Podrían gustarle a mi mamá”. Por supuesto que no se queda con la duda y acto seguido  entrevista a su propia madre, quien confiesa que la banda le gusta “porque tienen lindas melodías y hacen una música que estimula los sentimientos del que la escucha”.

El recorrido de Almost Fashionable se construye de entrevistas a los miembros de la banda durante la gira que realizaron por México en 2016; material de archivo inédito en donde se los ve en su adolescencia, cuando todavía eran compañeros de secundaria; conversaciones que Wallace tiene con algunos de sus colegas críticos; y charlas con los fans mexicanos a la entrada de los conciertos. Si algo deja en claro todo esto es que Travis no responde al paradigma de rockeros exitosos, si no que se parecen más al estereotipo del “boy next door” (el pibe de al lado), que los vuelve accesibles a sus propios seguidores, casi como si se tratara de “uno más de nosotros” pero arriba del escenario.

Esa es la misma sensación que causó Fran Healy durante los días que pasó por Mar del Plata. Le sonrió a todo el mundo, le dio la mano a todo el que se la tendió, devolvió cada beso dado, posó para cada selfie que le pidieron y más también. El joven escritor uruguayo Agustín Acevedo Kanopa, quien pasó por el Festival como miembro del jurado de la crítica internacional (Fipresci), le contó a Healy que su hermana era fanática de la banda y que había entrado a su cumpleaños de 15 con la canción “Sing”. Alcanzó con eso para que el cantante se ofreciera a grabar un video enviándole un saludo a ella, con su agradable sonrisa como firma. La prueba definitiva de que la soberbia, la vanidad y la pedantería no son condiciones inalienables del ser famoso. 

Chau, Healy, volvé pronto. Te vamos a extrañar.