Días atrás, el Centro Cultural Néstor Kirchner fue el centro de atención al realizar un evento en torno a los 70 años de Charly García, ícono nacional del rock argentino. Un vendaval juvenil pudo disfrutar del encuentro que contó con la presencia del ídolo. Sin embargo, tuvo algunas críticas de sectores que aducen como incorrecto el uso de fondos públicos para eventos populares, pero nada dicen cuando son erogados en ostentosas tertulias en el Teatro Colón.

Con ese eje, comenzó la charla con la directora del Centro Cultural Néstor Kirchner, Verónica Fiorito, quien dirige este espacio en el marco de un proyecto bajo un gobierno que decidió elevar el área de Cultura a nivel de Ministerio con el objetivo de democratizar el acceso a la misma. Con una vasta experiencia en la industria cinematográfica, habiendo trabajado con directores como Tristán Bauer, Jorge Gagero o Juan Campanella, es la impulsora del emblemático Zamba como propuesta de vínculo de la niñez con la Historia. Una referente importante de la cultura actual.

-¿Podemos decir que el Teatro Colón fue al Centenario de la Revolución de Mayo, lo que el CCK es al Bicentenario?

-El CCK, a diferencia del Teatro Colón, está pensado para todas las artes, en tanto que el otro se centra en la Ópera y la música académica. El CCK es uno de los centros culturales más grandes del mundo, y como su nombre bien lo dice, es un “Centro Cultural”. Y otro punto que caracteriza este espacio, que es un ámbito del Ministerio de Cultura de la Nación, o sea para todas las argentinas y todos los argentinos. De ahí hay una impronta que nos caracteriza como tal. Y comparto la apreciación en que el Teatro Colón fue un espacio pensado en el Centenario y el Centro Cultural Néstor Kirchner es un espacio que nació y se pensó para los festejos del Bicentenario. Además, en un lugar que tiene una impronta histórica muy importante, primero vinculado a la Telecomunicaciones, a las y los trabajadores del Correo, relacionado a toda la Argentina, y esa referencia es un matiz que debemos asumirlo como tal, porque le estaríamos faltando el respeto a esa historia.

Con una impronta propia.

-Cuando se pensó el proyecto durante la gestión de Cristina Fernández de Kirchner, se hizo un planteo y se llamó a un concurso para escuchar qué se debía hacer en éste espacio. Esa es una característica de esa convocatoria, para ver qué le faltaba al país. Podría haber sido un Shopping, como han terminado algunos espacios en la Ciudad; podría haber sido privatizado; o podría haber seguido siendo un espacio de administración pública. Pero se definió que sea un Centro Cultural, uno que esté dedicado a muchas artes: las visuales, las plásticas, la música académica o de cámara. Como los auditorios, tenemos muchos, y esa Cúpula, que a quienes no la conocen les invitamos a conocerla: es una belleza, es la coronación del edificio, además de “La Ballena Azul” que es el corazón del Centro Cultural, una sala Sinfónica también dedicada a la música popular que tiene 1700 butacas y un órgano hermoso, con una característica muy especial, que al ser un instrumento de viento como los que están en las iglesias. Pero éste está diseñado con el sonido de los instrumentos de viento del norte de nuestro país, por lo que tiene el sikus y la quena, por lo que lo hace muy particular.

-¿El Centro Cultural Kirchner está funcionando en su totalidad?

-Asumimos en diciembre de 2019, con la fuerza y esperanza de abrir el espacio para todas, todos y todes. Llevamos 90 días de gestión y de repente todo se cerró. Sin embargo, nunca dejamos de trabajar, pero el gran ausente fue el público. Nosotros seguimos el vínculo con las y los artistas. Grabamos conciertos, hicimos streaming, entendiendo esa modalidad nueva que todos fuimos aprendiendo durante la pandemia. Nunca dejamos trabajar. Incluso, hay un dato interesante: es que la cantidad de conciertos sin público, que realizamos durante la pandemia, fue más de lo que se hizo en la gestión anterior, durante el 2019. Nosotros grabamos de lunes a viernes, uno o dos conciertos por día. Empezamos en agosto con un aforo limitado, que seguimos hasta hoy, que llegamos al 100% de apertura, como lo pudimos ver en el Concierto de Homenaje a Charly García el sábado 23 de octubre pasado. De hecho, en la Noche de los Museos tuvimos 34 mil visitantes, que fue como una sensación de reencuentro con aquel momento que habíamos anhelado, que esperábamos ver a la gente por todos lados. Fue emocionante, porque eran las 12 de la noche y seguían entrando, y nos emocionamos porque volvimos para ver esto. Fue una alegría inmensa.

-¿Cómo fue regresar al Centro Cultural Kirchner?

-Lo importante es que volvimos. Creo que uno tiene que pensar las políticas públicas desde las cosas más grandes a las pequeñas. Lo más grande fue transformar una Secretaría en Ministerio de Cultura. Recibimos una gestión donde tanto el Ministerio de Trabajo, el de Salud, el de Ciencia y éste habían bajado al rango de Secretaría, y eso es un rango que perjudica y quiebra muchas de las redes que componen nuestro ejercicio de gestión cultural. Haber transformado en Ministerio al área fue la primera gran celebración que hicimos ese 10 de diciembre, cuando asume el Ministro Tristán Bauer. La segunda es recuperar el Centro Cultural para el área de la Cultura, porque pertenecía a la Secretaría de Medios. Se había creado una Secretaría sin razón y sin eje, porque que esté en una Secretaría de Comunicación un centro tan importante para el eje de la cultura argentina, era algo que hace ruido, que implica pensar ¿para qué estamos aquí?, ¿Por qué estamos acá? Incluso es como preguntarse por qué el Teatro Colón pasa a ser parte de la Secretaría de Comunicación de la Ciudad. No hay eje ni razón. Entonces, que vuelva a ser del Ministerio de Cultura nos pone ante nuevos ejes que tenemos que asumir desde la gestión y hacia todo el país. Y en lo pequeño, en lo cotidiano, también en lo que está vinculado a la programación, a los trabajadores que sostuvieron este espacio, durante todos los años de gestión del macrismo. Tenemos la Sala Eva, que era una de las principales, que correspondió a este Palacio de Correos en su momento, donde Eva Perón había armado una oficina de su Fundación. En el 2015, para su inauguración como CC, se recreó con el universo del Cine: escenográficamente recreamos la sala como era en su época. Estaba el escritorio con sus apuntes, con su saco, su prendedor, con toda la secuencia de su vida y de cómo funcionaba esa organización. Qué sucedió: en el macrismo estuvo cerrada con llave. Estaba prohibido entrar a ese lugar. No se animaron a desarmarlo pero tampoco lo abrieron.

-Es muy fuerte simbólicamente, es muy visceral. Marca claramente dos proyectos de Cultura.

-Es en esa línea tomamos la impronta de porqué se tomó este espacio y desde qué lugar había que retomarlo. En el 2019 nosotros retomamos el proyecto cultural pensado y llevado a cabo para el 2015. No hay desconexión de éstos dos momentos históricos. En el medio sucedió un proyecto de país diferente, y luego nos pasó una pandemia, lo que tuvimos que reconfigurar y entender ese lugar. Pero también asumimos, como CC nuestro diálogo con otras partes del Ministerio, como con la Secretaría de Gestión Cultural, que lleva adelante el desarrollo Lucrecia Cardoso, o con la de Gestión a cargo de Maximiliano Uceda, y la de Patrimonio que conduce Valeria González. O sea que hay un diálogo con el país.

-¿Qué fue “Nosotras movemos el mundo”

-Viene en relación a lo que encontramos en éste lugar y lo que queremos del mismo. Como primera medida de gestión fue llevar adelante el “Nosotras movemos el mundo” articulando con otros ministerios. La primera aliada fue desde el Ministerio de las Mujeres, de las Diversidades y Género, que su ministra es Elizabeth Gómez Alcorta, y para inaugurar y celebrar este Ministerio, porque no existía, era tomar lo que iba sucediendo en las calles y todo lo que pasó durante todos estos años y abrir la puerta del Centro Cultural. Abrirla en todos los términos y amplitud que uno puede tener, porque fue como recibir a los movimientos, recibir a las artistas, recibir a quienes estamos esperando recuperar espacios que siempre han sido como selectivos, como marcamos sobre el Teatro Colón, como que no podés acceder, que tenés que pertenecer a una élite, alguien te tiene que estar curando. Así, fue el 8M un momento donde hicimos esa apertura a pleno, dialogando con otros ministerios, invitando a todas las voces. Eso que conformó cuatro días de mucha ilusión, lo tratamos de sostener durante todo el año, lo volvimos a repetir en nuestra edición 2020 y lo vamos a repetir en la 2022.

-Ese objetivo principal que se proponían en el Libro inaugural como un centro que trascienda las generaciones, que tan lejos estamos de eso.

-Es una institución muy nueva, si pensamos en el tiempo, vemos que el Colón tiene más de 100 años, el Museo de Bellas Artes también. Pensemos en instituciones que rodean con esa envergadura, vemos que su obra arquitectónica es una de las mejores del mundo. Porque cuando hay dos modelos de nación diferente, cualquier cosa puede suceder, en lo que refiere a sostener proyectos políticos en tanto las gestiones vayan pasando. Es muy importante que consolidemos los proyectos. Lo más importante de sostener es su apertura, es: ¿a quién le pertenece el Centro Cultural, cuáles son sus objetivos, para qué está? Porque ahí sí se puede modificar rápidamente. Más allá que uno dice que Canal Encuentro o Paka Paka no se podían caer, pero sin embargo lo pasan al final de la grilla, para dejar a LN+, con lo cual uno dice que podría abandonar el proyecto. Pero creo que la fuerza de la propuesta del CC es tan contundente y tan potente, por la forma en que se hizo, la excelencia con la que se decidió llevar adelante este espacio, es lo que creo imposible de revocar.

*Entrevista realizada en el Programa de La Vanguardia On Line, junto a Verónica Baston, Pablo Alvarez y Rodrigo Borges.