«Fuimos imprecisos y no tuvimos el control del juego», se sinceró el entrenador del seleccionado argentino, Edgardo Bauza. “El problema fue que no controlamos el juego, sobre todo en el segundo tiempo. Nuestro poco control les dio la chance de empatar dos veces el partido y no pudimos resolverlo con los cambios que hicimos”, remarcó el Patón tras la igualdad en dos tantos ante Perú por las Eliminatorias Sudamericanas rumbo a Rusia 2018. “Habíamos logrado la ventaja y no pudimos sostenerla porque nos costó hacer circular la pelota”, subrayó, una vez más, en la conferencia de prensa.

Más allá de la franqueza de quien quizás sea el mayor responsable de las falencias detectadas, la preocupación de Bauza seguramente es mayor a la que expresa. Porque si hay algo que caracterizó al ahora DT de la selección en los últimos equipos que dirigió fue esa idea, manera y disposición al momento de jugar. Y aunque parezca ridículo, por contar con la posibilidad de elegir a todos los jugadores que pretenda, para resolver la mencionada insolvencia sigue extrañando a un jugador con las características de Néstor Ortigoza, o al mismísimo Gordo.

“Me encantaría tenerlo a Ortigoza en todos los equipos», dijo el Patón hace menos de un año, cuando asumía en San Pablo, tras dejar San Lorenzo. Y si bien no logró ese objetivo particular, tampoco podrá tener al nacido en San Antonio de Padua en la selección por la nacionalización del futbolista que hoy cumple 32 años, para jugar en el seleccionado de Paraguay. El hombre por el cual Bauza pidió exclusivamente su renovación cuando la Libertadores que ganó el Ciclón sufrió un impasse para que se dispute el Mundial de Brasil, es posiblemente a quien más extrañe.

Incluso sin especular con imposibles pretensiones o nombres propios, lo que necesita el Patón, por su manera de conducir, es un jugador de las características, inteligencia y temperamento del estratega de San Lorenzo. Eso no significa que no haya un jugador similar a Ortigoza. Sin embargo en el poco tiempo al frente de la Selección, Bauza aún no encontró al encargado de meterle potrero al hiper profesionalismo que hoy reina en la selección.

Muchas veces se remarca que el entrenador debe adaptarse a las características de sus jugadores. Y si bien parece lo más lógico, son los técnicos de selección los que menos deberían lidiar con esa premisa. Quizás sea hora de analizar si el vértigo y la velocidad sean lo mejor para una selección que no se nota muy distinta a la que dirigía Gerardo Martino. Aunque si, menos ofensiva.