La Argentina está entre las cuatro mejores de la Copa América con apenas algunas ráfagas de juego. Algunos minutos ante Colombia, el inicio contra Paraguay y el comienzo frente a Venezuela en el que Lautaro Martínez facturó de taco en la tercera ocasión para la Selección en menos de diez minutos. Fueron acaso sus momentos, los highlights de equipo que todavía no se construye ni termina de aparecer. Así y todo está en las semifinales con un único lujo: el taco de Martínez para corregir el remate de Sergio Agüero en el camino al 2 a 0 ante Venezuela.

Como en el resto de la competencia, Lionel Scaloni movió las piezas y presentó a Marcos Acuña por izquierda y a Juan Foyth como lateral derecho como novedades. Eligió una formación con algo más de equilibrio y contención para nivelar el poder de fuego de los de arriba. Leandro Paredes estuvo mejor rodeado, más acompañado aunque la recuperación y la marca son una cuenta pendiente para esta Selección. Lo necesitará calibrar para contener al explosivo Brasil.

...
(Foto: AFP)


Acaso la mejor señal es que la Argentina va de menor a mayor en la Copa América. En el Maracaná, donde quedó enterrada la chance de conseguir la tercera Copa del Mundo, la Selección ganó sin sufrimiento. Recién a los 70 minutos Franco Armani demostró que ahora está en modo River cuando le puso el cuerpo al sablazo de Ronald Hernández. Cuatro minutos más tarde, Giovani Lo Celso liquidó la historia después de un remate de Agüero y una buena presión de Di María.

Esta vez tampoco precisó a Lionel Messi, tal vez en una de las actuaciones más bajas del último tiempo. Su final fue toda una conclusión: quiso darle un pase de primera a Rodrigo De Paul y la pelota terminó en el lateral. Podría ser un problema. También se puede leer como un paso adelante, una prueba superada del equipo que tuvo a Martínez, De Paul y Armani en el podio de los destacados. 

Aún no convence ni contagia. Todavía no entusiasma, aunque la Selección está en semifinales, a 90 minutos de instalarse en su tercera final de Copa América en fila. Se viene Brasil que ganó cada una de estas competencias continentales disputadas en su territorio. Llega en ascenso, leve, tenue pero con algunas pocas señales positivas. El partido ante el anfitrión podría ser la confirmación de ese estado de desarrollo. También podría ser un golpe de realidad. Todo se resolverá en Belo Horizonte, el próximo martes.