Darío Benedetto tenía 12 años y jugaba las instancias finales de los Juegos Bonaerenses con el equipo de la Asociación Deportiva Juan María Gutiérrez, en Berazategui. Afuera de la cancha, Alicia Oviedo, su madre, tomaba mates para aplacar los nervios. No los soportó: se descompensó, sufrió un paro cardiorrespiratorio y, antes de llegar al hospital, murió. Tenía 40 años. El chico criado en la localidad de El Pato no quiso jugar más al fútbol, ir a las prácticas en las infantiles de Independiente. El duelo duró cuatro años; hasta 2006, cuando quedó en las inferiores de Arsenal después de abandonar el colegio y de trabajar de albañil. El 25 de septiembre de 2016, el día que metió su primer gol en Boca –y su segundo, y su tercero–, ante Quilmes en La Bombonera, el goleador festejó chupándose el dedo, mirando hacia el cielo, tirándole besos a Alicia. También insultando al aire: había jugado seis partidos, no había metido un gol y ya era discutido por los hinchas. Benedetto es hoy el mejor centrodelantero de Boca después de la etapa dorada de Martín Palermo.

Lo es, entre otros motivos, porque el domingo pasado pateó por primera y única vez al arco rival en su primer encuentro con la pelota adentro del área y, con esa economía de movimientos, le dio el triunfo 1-0 a Boca, frente a Lanús, por la segunda fecha de la Superliga. Porque el miércoles, también, anotó el 1-0 –de penal– ante Guillermo Brown de Puerto Madryn para que Boca pase a los octavos de final de la Copa Argentina. Porque fue el goleador del torneo pasado, con 21 goles, y Boca ganó el título. Porque en sus primeros 34 partidos oficiales con la camiseta azul y amarilla convirtió, en total, 29 goles, superando a Palermo, quien metió 20 en sus primeros 34. Porque un 9 de Boca –Benedetto– volvió siete años después a ser convocado a la Selección después de otro –Palermo–. Porque Guillermo Barros Schelotto, socio de Palermo como jugador, ahora entrenador de Boca, los compara: «Los dos tienen esa mentalidad de ‘hago el gol y ganamos’. Después, Martín tenía más potencia en el cabezazo, en la lucha en el área, en el juego aéreo. Y Darío es más de jugar por abajo. Pero estamos hablando de dos jugadores de una calidad notable».

Benedetto, que lleva un tatuaje en el abdomen con el escudo y la frase «Esto es Boca», creció viendo por televisión a Palermo. Sólo compartió un momento con él, y no se animó a hablarle. Dice, entonces, que no le diría nada: que lo abrazaría. De los 12 a los 16 años, alejado de la pelota, fue el percusionista de «Los del Pato», la banda de cumbia que formó su hermano Lucas con la que se presentó tres veces en Pasión de sábado, el programa de música tropical. A los 17, cuando subió a la Primera de Arsenal, todavía iba como hincha a la segunda bandeja de La Bombonera. El 9 de noviembre de 2008 debutó como profesional en Sarandí. Ante Boca. Entró en el segundo tiempo, por Luciano Leguizamón. Faltaba un minuto para el final. El partido estaba 0-0. Juan Román Riquelme clavó el gol de tiro libre. Boca ganó. Benedetto ocupó la barrera y, desde ahí, miraba a la tribuna visitante. «A La Doce –contó–y no sabía si llorar por el gol que nos habían hecho o ir a abrazarme con la gente con la que hacía unos meses había compartido la popular».

En los últimos dos partidos de las Eliminatorias a Rusia 2018, Benedetto podrá emular al Palermo de 2009 y ese gol bajo la lluvia. Convocado en la doble fecha pasada por primera vez por Jorge Sampaoli, integrará la lista para los partidos ante Perú y Ecuador. Con Perú, el 5 de octubre, la Selección jugará en La Bombonera. «Analizamos a Benedetto, quien está en un momento increíble en Boca, y por eso tenemos que aprovecharlo –admitió Sampaoli–. Queremos que conozca movimientos del resto de los jugadores. Todos los que están acá tienen chances de jugar». Con contrato hasta julio de 2021 y una cláusula de rescisión de 22 millones de euros, Benedetto se codea en el siglo XXI con la historia de Boca. Con Palermo, su ídolo. «Realmente no me imaginé nunca este momento con esta camiseta –dijo el viernes en la conferencia de prensa previa al partido de hoy ante Godoy Cruz, a las 18:05 en La Bombonera–. Ojalá pueda seguir por este camino, demostrando que puedo dar más, superándome día a día».