—Riquelme, ¿qué se siente? La primera vez que jugás en esta cancha, ovacionado…
—No, no es la primera. Jugué en Reserva. Pero esto es impresionante, no se puede creer… La verdad que es un sueño.

El 10 de noviembre de 1996, Juan Román Riquelme debuta en Primera ante Unión de Santa Fe en La Bombonera. Boca gana 2-0, y el segundo gol llega después de que le sirviera una asistencia al Negro Fernando Cáceres. Los hinchas, que lo ovacionan dos veces, ya lo habían visto en Reserva, como le marca Riquelme a Fernando Pacini, el periodista del campo de juego. Los partidos de Reserva ya no suelen jugarse como previa de los de Primera, un clásico que se mantuvo durante décadas. Pero el último jueves, más de 12 mil hinchas vieron en La Paternal el 3-0 de la Reserva de Boca ante Sarmiento de Junín en la final del Trofeo de Campeones. Entre ellos también se encontraba Riquelme, ahora vicepresidente de Boca y la cabeza del Consejo de Fútbol.

Como nunca antes -y con el torneo de Primera ya finalizado-, la final de Reserva entre Boca y Sarmiento fue transmitida vía streaming por la Liga Profesional, por los canales ESPN y TNT Sports, dueños de los derechos televisivos, y hasta por los propios canales de YouTube de Boca y de Sarmiento. “Hemos llegado a fechas con siete partidos transmitidos, lo que es un montón -dicen desde la Liga Profesional-. Es una decisión institucional para potenciar la división y generar ingresos que después van a los clubes. Y los resultados están a la vista”. Para 2022, analizan la idea de que la TV transmita todos los partidos de Reserva de la Liga, un paso hacia adelante en el boom. A la final del jueves se ingresó con la entrega de un alimento o un juguete. ¿Podrían servir también los partidos de Reserva como banco de prueba para la vuelta de los hinchas visitantes a las canchas del fútbol argentino? El torneo de Reserva recién volvió a disputarse en 2008. Entre 1999 y 2007 -y antes entre 1971 y 1980- no se jugaron por decisión de la AFA. Sólo eran partidos antes de los de Primera, un atractivo escenográfico, aperitivo del plato fuerte. Se los llamaba de “Tercera”, en alusión a las categorías de las divisiones inferiores.

Ahora, los equipos de Reserva también despertaron interés en el público porque cada vez se acorta más la diferencia con los de Primera. El 2 de junio, Boca perdió 2-1 la final de la Copa de la Liga de Reserva ante Sarmiento en la cancha de Banfield. Sebastián Battaglia era el entrenador. Eros Mancuso, Agustín Sández, Rodrigo Montes, Aaron Molinas, Exequiel Zeballos y Luis Vázquez jugaron de titulares. Seis meses después, son parte del plantel de Primera que dirige el propio Battaglia. Y Luciano Gondou, de Sarmiento, jugó la última fecha de la Liga Profesional -sumó seis goles en el torneo- y bajó a la Reserva para jugar la final ante Boca. Gondou había estado a préstamo con opción de compra en las inferiores de River, porque también hay un mercado por debajo de la Primera. En otros tiempos, la Reserva era la división en la que volvían los profesionales después de lesiones prolongadas, un fogueo competitivo que decidían los técnicos de Primera para que entraran en ritmo. La pandemia y la disparada del dólar derivaron en un fútbol argentino plagado de juveniles. El tanque de Reserva.

La transmisión de los partidos de Reserva oficia, de alguna manera, como una nueva oportunidad de ver -y disfrutar más- a los juveniles “golondrina”, que vuelan rápido hacia el fútbol del exterior. “Ojalá que el 3 de enero haya varios jugadores que estén en Primera. Es el deseo de todos, pero tenemos un entrenador (Battaglia) que es el que va a elegir a los jugadores para llevarse a hacer la pretemporada y que sigan mejorando”, dice el Negro Hugo Ibarra, entrenador de la Reserva de Boca junto a Mauricio “Chicho” Serna. Vicente Taborda, Ezequiel “Equi” Fernández, Gabriel Vega y Valentín Barco son los juveniles que pican en punta para asentarse en el plantel de Primera. “La Reserva consolidó de alguna manera toda nuestra estructura formativa. Es muy bueno que la región vea a Sarmiento como una opción para todos los chicos que quieren llegar al fútbol profesional -dice Fernando Chiófalo, presidente de Sarmiento de Junín-. Estuvimos planificando y dialogando sobre posibles rescisiones y contrataciones para el año que viene. Con los jugadores de la Reserva, buscaremos incorporar cinco refuerzos”.

La de Boca, con el Trofeo de Campeones, logró su título 20 en Reserva. No lo ganaba desde la temporada 2011/2012. Lidera la tabla histórica con 20, seguido por Racing, River y San Lorenzo (16). El cuarto escalón, en cambio, habla de la (des)organización: 12 torneos terminaron sin campeones, desérticos. Como muestra de la importancia renovada de la Reserva, River oficializó el viernes el cambio de mando: Ernesto “El Tecla” Farías y Jonathan La Rosa serán los entrenadores de la Reserva. Farías fue compañero de Marcelo Gallardo entre 2004 y 2006, cuando transitaba su segunda etapa como futbolista de River. Era el entrenador de técnica individual de Cuarta, Quinta y Sexta. La Rosa, con pasado de futbolista en especial en el Ascenso, trabaja desde 2019 en River. Era el entrenador de la Cuarta. Es además el cuñado de Gallardo. No fue un buen 2021 para la Reserva de River: terminó 15° (ganó diez partidos, empató dos y perdió trece). Gallardo, el ojo panóptico del fútbol de River, entonces metió mano, acaso su primera movida desde que eligiera “seguir estando”.

El 13 de diciembre, en última fecha de la Liga, Matías Galarza debutó en la Primera de Argentinos. Esbelto, de estilo riquelmeano, protege la pelota con los brazos. El mediocampista de 19 años llegó a los ocho a Argentinos. Fue la figura del torneo de Reserva. Como Riquelme en su debut en Primera, Galarza metió una asistencia y fue la figura en el 2-0 ante Sarmiento en La Paternal. Ya firmó su primer contrato profesional. En 2017, su padre fue asesinado. Le prometió, contó la periodista Roxana Frysztyk, que iba a seguir jugando hasta llegar a Primera. En el recorrido a Primera hay futbolistas que ni siquiera pasan por la Reserva. Diego Maradona fue campeón en Novena y Octava División de Argentinos (el invicto de 136 partidos aún es récord en las inferiores del fútbol argentino). Y cuando jugaba en Séptima, Diego subió a Primera. El último de los tres partidos de Riquelme en Reserva había sido en la previa del Boca de Bilardo ante el Independiente de Menotti en 1996. Aquella tarde, Boca ganó 5-1. Y Riquelme ya jugaba en La Bombonera. Ahora impulsa juveniles desde lo que se dio a llamar “Boca Predio”.