Los Juegos Olímpicos serán el final para otro de sus ciclos como conductor de Las Leonas. Antes atravesará la preparación para Tokio 2020, aunque sucedan en 2021, con una planificación diagramada día a día. Quiere lograr el oro que la Selección femenina de hockey aún no tiene. Después de esa competencia intentará cambiar de territorio. Ya terminó el curso de entrenador para empezar otro desafío: dirigir a un equipo de fútbol. Es un objetivo que tiene al menos desde 2018. Pero todo eso está en pausa, como el deporte. Hoy la cabeza de Carlos Retegui está en otro asunto. “Por primera vez en mi vida desconecté la cabeza del deporte: lo primero es la salud”, dice desde San Fernando, donde pasa la cuarentena por la pandemia.

-¿Cómo es la vida sin deportes?

-Desconecté desde la planificación y del juego. No puedo pensar en nada de eso. Pero sí tengo una bici fija y mientras pedaleo veo cosas en la tele. Ya me vi las finales olímpicas de Río de Janeiro con el seleccionado masculino y de Londres con el femenino. También las peleas de Maravilla Martínez y el Chino Maidana. Me las vi todas. Estoy consumiendo eso y también videos de YouTube de cuidado de animales. Es algo que me desvela. Una vez que pase esto voy a ver cómo me vinculo con proyectos de rescate de animales de distintas organizaciones.

-En las redes se te ve concientizando la importancia de quedarse en casa. ¿Qué es el compromiso para vos?

-Empieza con uno mismo, con respetar valores que nos han inculcado en nuestras casas y en las escuelas. Es una palabra muy importante en este momento en que la pandemia golpea al mundo. La gente que nos está conduciendo nos pide nada más y nada menos que compromiso para cuidarnos y proteger al prójimo. El gobierno está dando tranquilidad con sus mensajes y Argentina está demostrando al mundo que tiene el compromiso para salir de una situación tan difícil. Esta pandemia demuestra que no hay poder político ni económico que esté fuera del alcance de este enemigo invisible.

-¿Cómo entendés a la conducción y el liderazgo?

-El líder tiene que tener paz, transmitir tranquilidad, responsabilidad y compromiso a la sociedad. En este caso, el presidente tuvo una apertura muy grande a otras vertientes políticas y se está abordando la situación de una forma plural. Está quedando demostrado que el recurso humano es de lo más fuerte que tenemos en la Argentina porque hacemos mucho con el corazón.

-Muchas veces decimos que nos falta tiempo. Ahora lo tenemos. ¿En qué lo aprovechás?

-Habitualmente me la paso viajando y muchas veces quiero estar en casa. Estoy disfrutando, es un momento de introspección y de reflexión muy grande. El mundo va a cambiar. Esta pandemia golpea a todos sin distinción: al poderoso, al más vulnerable. Los argentinos tuvimos la suerte de que golpeara en otros lugares y nos dé cierta ventaja para tomar medidas. Y estar en casa. Le estoy dedicando mucho tiempo a la lectura.

-¿Qué estás leyendo?

-De todo. Me gusta leer mucho y varios libros a la vez, mezclados. Ahora estoy con El líder que no tenía cargo, de Robin Sharma, un escritor canadiense del que estoy leyendo todo; Open, la biografía de Andre Agassi; y La voz del gran jefe, de Felipe Pigna. También estoy estudiando inglés con un tutorial y además me había comprado una guitarra, así que estoy viendo clases de guitarra por YouTube. Hoy tenemos que saber aprovechar el tiempo. Y no me quejo. Por primera vez en mi vida desconecté la cabeza del deporte: lo primero es la salud.

-¿Cómo imaginás los desafíos que se vienen?

-No me puedo conectar con el futuro. Es la primera vez que me pasa. Siempre tengo una planificación hora por hora, día por día y hoy no puedo planificar el futuro porque no sé cuánto va a durar todo esto. Estoy disfrutando del pasado. Me estimula y me pone más optimista, más arriba. Revivir lo que me pasó es algo que estimula. Ahora voy a ver Los Pumas contra Irlanda. Sirve para aprender, cultivarse. Mis viejos me inculcaron el amor por el deporte y lo llevo en la sangre.

-¿Y tu inquietud política de dónde viene?

-También se trae en la sangre. La política es amor por el prójimo y pensar en el otro. Es dar sin esperar nada a cambio. Generalmente recibís críticas. Hay gente predispuesta a ocupar ese rol y otros no. Hoy estoy muy ilusionado con el gobierno que tenemos y espero que pueda poner en marcha el país. Somos un país con una prosperidad infinita. Cuando los argentinos laburamos juntos, pensando en nosotros y no en uno mismo, podemos ser un gran equipo.

-No es usual encontrar un compromiso político en el deporte.

-Cada vez hay más deportistas defendiendo su ideología. Y está bueno que así sea, sin importar el lugar en que cada uno está. Yo estoy del lado de un proyecto nacional, popular, integral y federal. Soy de la idea de que YPF y Aerolíneas son de Argentina, que los recursos son nuestros y que necesitamos un Estado presente. 

-¿Valorás mucho el ser argentino?

-Tengo un solo tatuaje y es la bandera argentina en el brazo izquierdo, cerca del corazón. ¡Me siento orgulloso de ser argentino, viejo! Tenemos muchas cualidades. Tenemos grandes deportistas, científicos, recursos humanos, y es importante que la gente de bien prevalezca.