Si le decían hace cuatro años a María Esther Sahonero que iba a estar en un juego paralímpico como representante del equipo argentino mixto de bochas, ella no lo creía. Estar en Río de Janeiro para ella ya es cumplir un sueño que siempre rondó por su cabeza, pero todo lo que pasó desde que llegó a Brasil la desbordó: la ceremonia de apertura, la villa paralímpica, los mensajes de aliento, la competencia y los resultados. “De chica trataba de enterarme de todo lo que pasaba en los Juegos, pero nunca me imaginé que lo que soñaba se podía convertir en realidad. Llegué a mi gran objetivo: representar en el máximo nivel a mi país y hacerlo en un gran nivel”, dice Sahonero, que es parte del equipo mixto que por primera vez en la historia tiene chances de conseguir una medalla.

Sahonero, Mauricio Ibarbure, Sebastián González, Luis Cristaldo. Ese cuarteto de personas integra el equipo argentino de Bochas que hoy puede lograr algo impensado y traerse una medalla de bronce para Buenos Aires. Es que después de vencer a Hong Kong por 6-4, la delegación argentina se metió entre las cuatro mejores del torneo. Pese a perder 14 a 1 en la semifinal ante Tailandia -el campeón olímpico-, a las 12:20, ante Portugal, tendrán la chance de conseguir una medalla. “Pude participar en Río porque me convocaron para la selección argentina en Montreal. Es hermoso esto que nos está pasando, porque creo que ni nosotros nos imaginábamos que podíamos llegar tan lejos”, cuenta Sahonero, que estudió psicología social y trabajo social, pero que en los últimos cuatro años decidió dedicarle más tiempo al deporte.

En la categoría en la que están los atletas argentinos, BC1-2, se juega con tres competidores por país y los jugadores pueden tirar bochas rojas o azules con el objetivo de dejarlas lo más cerca posible de una más pequeña de color blanco. Lo pueden realizar con las manos o con los pies y gana el parcial (son seis) el que quede más cerca. Las personas con discapacidad severa en las extremidades superiores e inferiores, además, pueden contar con asistencia de ayudantes. “Somos muy laburadores nosotros. En lo personal entreno en Vélez y en Cedima lo trato de hacer cuatro veces por semana. Encontré en este deporte una pasión y una forma de relajarme”, explica Sahonero, que se siente orgullosa por cómo están representando al país en Brasil. “Es muy bueno lo que estamos haciendo. Llegamos acá después de entrenar casi siempre en canchas de cemento y no de goma, que es como deberían ser las canchas para que practiquemos. Superamos todas las dificultades y queremos que esto termine de la mejor manera”, agrega la atleta argentina que con el resto del equipo es entrenada por Pablo Iocca.