En el currículum de Germán Adrián Ramón Burgos, además de sus tres nombres de pila, figuran más de 199 partidos en el fútbol argentino con Ferro y River, unos 75 en España con Mallorca y Atlético de Madrid, dos mundiales con la Selección, el oficio de profesor de inglés, los cuatro discos de rock que grabó –Jaque al Rey, Fasolera de tribunas, Líneas Calientes y Abismos-, haber superado un cáncer y acompañar durante 15 años a Diego Pablo Simeone como ayudante de campo. Ahora también dirá entrenador. Este jueves, tras su segunda práctica al mando del plantel, tuvo su presentación oficial como entrenador de Newell’s.

“La valentía se contagia más fácil que el miedo”, se presentó el Mono, con barbijo y anteojos de sol, casi sin que se le viera su rostro. Cuando la conferencia de prensa no había llegado a los diez minutos, el viento tumbó el banner con las publicidades que estaba detrás del DT. Dio en su cabeza. “No pasa nada. Es como los mosquitos”, dijo Burgos, inmutable. El marplatense salió del cuerpo técnico de Atlético de Madrid a mediados de 2020. Después de meses de esperar una propuesta en España, aceptó el llamado de Newell’s.



Hay un nombre que sirvió de nexo: Marcelo Bielsa. El Loco, que aportó el dinero para la construcción de un predio y una concentración que Burgos calificó como “esto es Europa”, es uno de los maestros que tuvo el exarquero a lo largo de carrera. También suele mencionar a Carlos “Timoteo” Griguol, quien le dio la chance de debutar en el arco de Ferro. Su primer rival, justamente, fue Newell´s, en el Parque de la Independencia. “Hay veces en la vida que todo cierra”, dijo por la coincidencia. 

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(Foto: Granata Sebastián Telam)

Burgos, que llega con un cuerpo técnico español, con Armando de la Morena como ayudante y Ángel Puebla como preparador físico, no dio demasiadas pistas sobre su propuesta futbolística. “Cuando hacíamos el curso de entrenador decíamos que el papel lo aguanta todo. Después son los jugadores los que te definen. No importa el entrenador ni las ideas. Está el equipo”, aseguró. Aunque dio una muestra de llevar la impronta de Simeone: “Nos van a ver sonreír después de ganar”. Lógico: alguna vez Burgos dijo sobre el Cholo que almorzó y cenó “mas veces con él que con mi familia: tuve ocho años en la Selección Argentina, cuatro años en el Atlético Madrid y más de 10 años como su ayudante”.

Se define como un “perseguidor de sueños”. El inmediato es que Newell’s consiga su primer triunfo en la Copa de la Liga, tras cuatro derrotas y un empate, este viernes ante Unión. Para eso apelará al trabajo, porque creyente no es. “A mi me encantan los marcianos. Pero no le dan bola a los marcianos… Yo fui a misa hasta que tenía que ir, con 14 o 15 años, cuando vi que en la iglesia mía el agua bendita la sacaban de la canilla. Una vez del Vaticano me echaron. Porque dije por hacer una gracia que el Papa Juan Pablo II jugaba con dos comodines (por la guardia suiza) y se empezaron a reír todos los chicos del equipo. Me echaron y fue mejor porque así me fui a fumar…”, contó alguna vez. Su experiencia y su carisma aportarán un condimento que el soso fútbol argentino necesitaba.