Mientras desde hace algunas semanas las distintas agrupaciones de Boca participan en una mesa para debatir qué hacer con la Bombonera, en la Legislatura porteña entró este viernes un nuevo proyecto para rezonificar los terrenos de Casa Amarilla y otras manzanas, las que hoy sólo pueden ser destinadas a la construcción de viviendas. El objetivo, según el artículo 5°, es que la zona pueda afectar al “Estadio y Complejo Deportivo del Club Atlético Boca Juniors”.

Este proyecto va en el mismo sentido de otro anterior, firmado por el ex legislador Oscar Moscariello, actual embajador en Portugal y secretario de relaciones institucionales de Boca. En febrero de 2016, el Gobierno porteño le vendió a Boca los terrenos de Casa Amarilla, en una licitación pública que pareció a la medida del club. Sin embargo, la Justicia frenó la venta a partir de un amparo presentado por la Boca Resiste y Propone y el Observatorio del Derecho a la Ciudad. Entre las objeciones, se marcó que no se puede realizar una venta pública sin la aprobación de la Legislatura y que el proyecto de un estadio shopping, como el previsto, no respeta el Código de Planeamiento Urbano.

Ahora el PRO vuelve a la carga. El viernes a las 16.23, con número de expediente 3086-D-2018, ingresó a la Legislatura el proyecto del legislador macrista Claudio Romero. Allí plantea que se desafecten las tierras de Casa Amarilla de la zonificación R2AI, es decir destinadas a uso residencial. Y se afecten “a la ampliación del Distrito de Zonificación E4 56 -Estadio y Complejo Deportivo del Club Atlético Boca Juniors – del Código de Planeamiento Urbano”.

Esto se plantea cuando el presidente de Boca, Daniel Angelici, pretende avanzar en la construcción de un nuevo estadio para el club, como lo ha contado Tiempo en distintos artículos. El acuerdo con Qatar Airways para el patrocinio de la camiseta, y con la posibilidad de un naming para la nueva cancha, reavivó el proyecto de Angelici, que el mes pasado reiteró que Boca “necesita un nuevo estadio de 80 mil personas”. Y hasta hay preparado un plebiscito para que los socios voten.

Sin embargo, el nuevo proyecto sorprendió a las distintas agrupaciones internas de Boca, las cuales participaban de debates acerca del futuro del estadio, sobre el que todos coinciden que ha quedado chico para el club. Pero en lo que se trabajaba era en una ampliación, buscando incluso tasación de las manzanas necesarias para ese fin. “Desde el punto de vista urbanístico es un despropósito -dice el dirigente Pablo Abbatangelo, de la agrupación La Bombonera-. A nadie se le ocurre en 2018 construir un estadio en medio de una trama edificada de una ciudad y menos a trescientos metros de otro”.

Sin embargo, y más allá del revés judicial, la dirigencia de Boca y el PRO vuelven a la carga en la Legislatura, donde el macrismo tiene mayoría. Entre los vecinos más preocupados de la Boca creen que el oficialismo especula con que tendrá buenas noticias en despachos judiciales luego del freno impuesto por el amparo. Pero no se resignan y ya se proponen resistir. Igual que los socios de Boca que hace rato levantan una consigna: la Bombonera no se toca.