El fútbol, se sabe, encierra sus contradicciones. Y la política también. El presidente brasileño Jair Bolsonaro había prometido en campaña “extinguir o privatizar” el canal estatal TV Brasil. Sin embargo, este miércoles fue la única señal abierta que transmitió el partido de Eliminatorias que Brasil venció 4 a 2 a Perú. Hasta una hora antes del partido, el encuentro disputado en Lima solo iba a ser transmitido por el canal pago que tiene Turner en Brasil, el único que compró los derechos. La cadena O Globo, en cambio, no había llegado a un acuerdo con Mediapro, la empresa que negocia las retransmisiones y pidió 20 millones de dólares por los ocho partidos de la canarinha como visitante. O Globo no aceptó. 

Cuando parecía que por primera vez el Scracht no sería transmitido por un canal de aire, el Ministerio de Comunicaciones entró en acción. A través de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF)  compró la licencia para reproducir el triunfo brasilero, con tres goles de Neymar, que superó en la tabla histórica de goleadores a Ronaldo. Según datos de Ibope fue el mayor rating de la historia de la emisión estatal, aunque no fue la primera vez que transmitió un partido de la Selección: ya lo había hecho con los amistosos ante Argentina y Australia, en 2017. 

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(Foto: AFP)


Más allá de la transmisión improvisada, lo que más revuelo generó en Brasil fueron las intervenciones de los relatores durante el juego. “En nombre de la Secretaría Especial de Comunicación Social y del secretario Fábio Wajngarten, agradecemos a la CBF, a su presidente Rogerio Caboclo, al secretario general Walter Feldman y al director Eduardo Zerbini. Y un abrazo especial también al presidente Jair Bolsonaro, que está mirando el partido”. El saludo también se repitió durante la segunda mitad. «Comparte en el grupo de WhatsApp , difunde las noticias, Brasil y Perú en la de TV Brasil», enfatizaba el relator, por el escaso tiempo de promoción que había tenido la transmisión. 

Más allá de la contradicción de la campaña, el hecho parece continuar en línea con la política de Bolsonaro: usar el fútbol para ganar popularidad y continuar dividiendo aguas en cada acción. Su hijo, el diputado Eduardo Bolsonaro, escribió en Twitter: “Sin TV Brasil nos hubiéramos perdido este partido en TV abierta». En la misma red social llovieron los memes y las críticas. Desde su irrupción masiva en la campaña de 2016, Bolsonaro se puso la camiseta de casi todos los clubes, aunque nadie cree que sea realmente futbolero. “El presidente es hincha de Palmeiras en San Pablo y de Botafogo en Rio de Janeiro”, dijo el locutor del partido. En la Copa América del año pasado, luego de que Brasil venciera a Perú en la final, dio la vuelta olímpica y levantó el trofeo junto a los jugadores.


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(Foto: AFP)


Desde la oposición señalan la “utilización indebida” del canal estatal. Y remarcan que la transmisión “partidaria” se dio el mismo día que se conoció la advertencia del Tribunal Superior de Justicia Deportiva a Carol Solberg, una jugadora de beach voley que en su festejo tras haber conseguido la medalla de bronce en la primera etapa del circuito brasileño gritó “Fuera Bolsonaro”. Solberg, de 33 años, fue campeona sudamericana en 2002 junto a su hermana María Clara. «Después de la competición no conseguí dejar de pensar en lo que está ocurriendo en Brasil con los incendios en la Amazonía y las muertes por el COVID-19 y dejé escapar un grito totalmente espontáneo de indignación», dijo, y aseguró no estar arrepentida. 

El tribunal le impuso una multa de mil reales (unos 15 mil pesos), que finalmente redujo en «advertencia» pública. Tres de los cinco jueves  la consideraron culpable de una violación al artículo 191 del Código Brasileño de Justicia Deportiva. Advirtieron a Solberg que no puede volver a manifestar sus opiniones políticas en las canchas. «Fue un tirón de orejas. Una advertencia. Si ella reincide puede ser sancionada con más severidad», resumió el presidente de la Primera Comisión Disciplinaria, Otacilio Araújo, que agregó: «No puedes ir a la cancha para manifestarte de forma política o religiosa. El atleta puede decir lo que quiera en sus redes sociales pero no en una competición oficial». En la transmisión oficial del partido de la Selección brasileña de fútbol parciera estar permitido.