Hoy domingo, Esteban Ruiz Díaz –futbolista con más de 70 partidos como titular en el Ascenso- llegará al aeropuerto de Ezeiza con su esposa, Paula Rodríguez, para viajar al extranjero. Su equipo en los últimos dos años, Alvarado de Mar del Plata, jugará mañana ante Morón por la 27ª fecha del Nacional, el segundo torneo en jerarquía de la AFA, pero el arquero no estará en el estadio Mundialista: hace pocas semanas anunció que dejaría su club, su carrera y el país para acompañar a Paula –que no tiene relación con la industria del deporte- en una reciente oportunidad laboral. Ambos embarcarán esta tarde hacia España.


Esteban y Paula personalizan el caso inverso al de la enorme mayoría de los futbolistas, acorde a una profesión que gira alrededor de los hombres: los jugadores guían el paso familiar. “Paula siempre me siguió a todos lados, como hasta hace poco, que estuvimos dos años en Mar del Plata, lejos de la familia. Y me pareció, o nos pareció, que ahora había llegado el momento que yo la siguiera. No fue fácil pero es una decisión que tomamos juntos, los dos. Viendo cómo estaban las cosas, era lo mejor”, dice.


El arquero se refiere a la crisis económica del país, a que durante su paso por Alvarado atajó menos de lo que esperaba (cuatro partidos en dos años) pero, además -y sobre todo-, a la oportunidad laboral que le surgió a su pareja. Esteban y Paula, que se conocieron de estudiantes en un colegio secundario de Ramos Mejía, estuvieron nueve años de novios antes de su reciente casamiento, en abril. Desde el inicio de la relación, ella acompañó la carrera de Ruiz Díaz, que comenzó en las inferiores de San Lorenzo durante 12 años, de 2002 a 2014. Ruiz Díaz cumplió 27 hace dos semanas, lejos todavía de lo que se considera la madurez de los arqueros.


“Paula es licenciada en Comercio Internacional, tiene la ciudadanía española por parte de los padres y va a cursar un máster en la Universidad de Vigo (Galicia) que le permite salir con trabajo. Como estamos casados, cuando llegue a España voy a tramitar la residencia y podré estar legal”, dice Ruiz Díaz, cuyos últimos 90 minutos en el campo de juego -en Alvarado y, al menos por ahora, en su carrera- fueron el 18 de junio, en la caída 0-3 ante Riestra.


Suplente esta temporada del experimentado Pedro Fernández (35 años), Ruiz Díaz se sentó en el banco por última vez el 12 de julio, contra Almirante Brown. «A mi mujer le salió algo importante allá, así que este es mi último partido», le dijo esa noche al periodista Ariel Schvartzbard, de TyCSports. Desde entonces, Alvarado jugó otros dos encuentros, ya sin Ruiz Díaz en el plantel. Transfermarket, la web más usada en el mundo para seguir el recorridos de los futbolistas, ya lo anuncia como “retirado”.

-¿Cómo fue el proceso de la decisión?
-Paula siempre me acompañó, también a Mar del Plata, y justo en épocas de pandemia. Al principio, cuando le surgió la posibilidad del máster con salida laboral, estaba la duda. Yo le planteé que la iba a acompañar. A ella le daba cosa que yo dejara de hacer lo mío. Pero lo fuimos pensando de a poco hasta que lo decidimos, y estoy muy bien con la elección.


-¿En tu club qué te dijeron? Son decisiones con pocos antecedentes, o ninguno, en el fútbol.
-Sí, pero hay excepciones, y ésta es una. Me entendieron y me apoyoran. Primero lo hablé con mi familia. Y después con el plantel. Al principio se los conté a los jugadores de más confianza. Pedro (NdR: el arquero titular y su compañero de pieza en la concentración) me decía que le diera para adelante, que no era una locura sino una experiencia nueva, que algo bueno iba a venir. Que, si era lo que me hacía feliz, no lo dudara.


-Atajaste por última vez hace poco, el mes pasado. ¿Cómo viviste ese partido?
-Yo sabía que era mi despedida pero el club también: ya había avisado. Se lesionó el arquero titular y me tocó atajar dos partidos seguidos, primero contra Güemes (victoria 2-1 de Alvarado) y después contra Riestra. El equipo no estaba en un buen momento (marcha en el puesto 26, entre 37 equipos) y, más que nunca, trabajé para darle lo mejor a mis compañeros. Ya no tenía objetivos personales, me retiraba, pero sí pensar en el grupo.


Tras aquel comienzo en las inferiores de San Lorenzo (“alguna vez, en 2014, entrené con la Primera”), Ruiz Díaz siguió su carrera en el Ascenso. Y lo hizo bien. En YouTube hay videos que demuestran seguridad y arrojo en categorías difíciles. “Fui a Colegiales, donde firmé mi primer contrato profesional, y después atajé mucho en Justo José de Urquiza. En 2020 pasé a Alvarado, donde estuve hasta ahora”, resume.


Si en los últimos dos años, para el equipo de Mar del Plata, sólo atajó cuatro partidos, entre 2016 y 2018 había sido 17 veces titular en Colegiales y otras 52 en Justo José de Urquiza, ambos de la Primera B. Atrás queda, entonces, una carrera con 73 partidos, finalizada muy joven para su puesto. “También venía un poco cansado con algunos objetivos personales que no estaba cumpliendo, ya tengo cierta edad y quiero pensar un poco más allá”, dice.


-¿Tu carrera terminó? ¿O creés que en España, en Galicia u otra región, vas a buscar algún club?
-Ahora lo veo difícil, no lo tengo en mi cabeza, y tampoco hablé con nadie de allá. De hecho no conozco a nadie en Vigo. Pero si igual quisiera jugar, hasta diciembre no podría por un acuerdo que hice con Alvarado. Primero tengo otras prioridades, como resolver papeles y demás. Nunca estuve en Europa.


-¿Qué te deja el fútbol?
-Disciplina, respeto, compañerismo y muchas amistades que voy a conservar.
En la familia Ruiz Díaz-Rodríguez, el fútbol de Esteban quedó atrás. Ahora es el momento del Comercio Internacional de Paula.