Juan Cruz Komar mira el libro No sé si he sido claro en la mesita de luz. Durante la pretemporada de Talleres, en un hotel de Salsipuedes enclavado en las sierras de Córdoba, lee cuentos de Roberto Fontanarrosa. Rosarino de Central, 20 años, zaguero surgido de Boca, Komar avanza como futbolista en la T no sólo con la pelota (y los libros): hay política, rock, análisis y crítica.

-En 2015 participaste de una campaña de lectura para chicos de La Boca. ¿Leés mucho?

-Leo variado. Un poco de fútbol, como Fontanarrosa y Sacheri, pero a veces me desgasta por estar en el ambiente y me voy para la historia argentina; o para algo más entretenido cuando quiero salir un poco de la realidad, como el suspenso, el policial, con Dan Brown y John Grisham.

-¿Salís seguido de tu realidad?

-Es entretenido y me beneficia: leer cualquier cosa está bueno para saber más. La etapa de la Revolución de Mayo es un poco épica para nuestra realidad. Hoy nos parecen impensados nuestros héroes. Se morían por la patria sin ningún tipo de beneficio económico, algo hoy totalmente irreal.

-¿Aún miran raro al futbolista que lee?

-Comparado al plantel de Boca, el de Talleres es bastante instruido. Hay varios fieles a la lectura, más allá de lo que leen. Después hay muchos que están muy en otro lado. A un compañero le regalé El fútbol a sol y sombra, de Galeano, para intentar que empiece, y me leyó una página. Fallé.

-¿Querías ser músico?

-De muy de chico. Hasta los seis años esquivaba la pelota. Pero mi padre insistió porque es muy futbolero. La pegó.

-¿Qué escuchás?

-Rock nacional. Los Redondos y Científicos del palo, una banda que tiene un disco, «La histeria argentina», que es un recorrido por la historia argentina desde la Revolución de Mayo hasta el último gobierno. De afuera, Ska-P. Los fui a ver dos veces a Ferro.

-¿Es cierto que tocaste el bombo en actos de La Cámpora?

-He acompañado, no desde la militancia, pero sí desde los amigos. Es muy importante que se curta y discuta de política; que la gente que no tiene acceso a informarse discuta con la que lo tiene para generarse una propia opinión. En Buenos Aires iba con mi compañero de las inferiores, Seba Vidal, que armaba una movida popular en Avellaneda, con La Cámpora; y mi gran grupo de amigos de Rosario milita en Nuevo Encuentro.

-¿Cómo conviviste con tu ideología en Boca?

-En el plantel de Boca había muchísimos gorilas, y constantemente me jodían. Mauro Navas, ayudante de Arruabarrena, me defendía, porque es medio de izquierda. Pero todos los comentarios eran burlándose sin ningún argumento. Desayunábamos viendo TN y tenía que defenderme. El periodismo es generador de opinión, y gente que no está instruida, repite. En Talleres no les interesa la política, pero en Boca eso era peor: repetir sin conciencia.

-¿Les respondías?

-Hay jugadores, por ahí los más grandes, que vivieron siempre con la economía propia del jugador, y están afuera de la realidad. Y si ese jugador no tiene conciencia de lo que pasa con el resto, es probable que esté más tirado a la derecha y que no piense en los demás. Ellos se sentían desfavorecidos con los gobiernos más populares.

-¿Vas a las marchas?

-No he ido a muchas. El mundo del fútbol te pone en una burbuja de la que es importante salir. Vivimos en una realidad que mucha gente no puede ni contar, y a veces desde muy chicos. Sin tener conocimiento, manejarte en ese mundo, con dinero y fama, es complicado. Por suerte siempre he estado con mis amigos y familiares. Ahora por mi cuenta he ido a los barrios, a comedores que han tenido recortes, y no siempre con la caridad, porque ayuda pero no sana. Hay que buscar la forma de generar conciencia entre los jugadores. Es tristísimo ver cómo viven los chicos, que por ahí no tienen para comer. Si no nos metemos, no sabemos lo que pasa, y vivimos con lujos que a veces son innecesarios.

-¿Qué lujos no comprendés que te hacen decir que son innecesarios?

-Cambiar el auto todo el tiempo, comprar todo el tiempo ropa, tener todos los días zapatillas distintas… El dinero es de cada uno y lo maneja como quiere, está bien. Nosotros no somos los comunistas que vamos a repartir todo lo que tenemos, pero tenemos una posición social, exposición, y eso nos permite ayudar. Si nos mantenemos en la irrealidad, nos pasan desapercibidos los problemas de la sociedad.

-¿Cómo convivís?

-Me gusta el fútbol como deporte. Es hermoso. Desde chico lo disfruto mucho. Y ahora, como profesional, me sigue emocionando. No me gusta el negocio, porque entiendo lo que lo mueve y todo lo que hay detrás.

-Talleres tiene capitales mexicanos y antes estuvo gerenciado.

-Sí, y también hay un montón de dirigentes que intentan ahora que los clubes sean sociedades anónimas, y no estoy de ese lado. Hay que analizar las variantes: el fútbol tampoco está funcionando bien. Pero hay que ver qué cambio queremos, si no es un cambio para mal. A Talleres el último gerenciamiento lo ayudó y siempre las decisiones se tomaron en asambleas. Después hubo elecciones y ganaron. Siempre tiene que estar el socio porque es el verdadero dueño del club. Los dirigentes, los jugadores, son de turno. Los hinchas y socios, no.

LA FICHA

Nació el 13 de agosto de 1996 en Rosario. Se formó como zaguero en Renato Cesarini y a los 14 años pasó a las inferiores de Boca, club en el que debutó en 2014. En el Xeneize jugó cinco partidos e hizo un gol. En enero de 2016 pasó a Talleres y seis meses después consiguió el ascenso a Primera. En la T lleva 19 partidos, sin goles.