En el Maracaná, esa mítica mole de cemento hasta ahí relacionada a la tristeza, Brasil encontró se redención. En su tierra y capitaneado por Neymar, sepultó su dramática historia en su casa y le regaló un campeonato a su gente. El seleccionado, en definitiva, saldó una deuda histórica y consiguió la medalla de oro en la final frente a Alemania. Eso sí, tuvoque sufrir, jugar un alargue y pasar una serie de penales para coronarse en Río de Janeiro. Fue 5-4 en en la serie de los penales. Fue la victoria para tachar de su lista el título que le faltaba.

Neymar, a los 16 minutos y con un tiro libre que colgó al ángulo, puso en ventaja a los locales. Era la demostración de que daría en la talla. De que se haría cargo de su rol de líder. Lo terminaría de confirmar en la última imagen. En la resolución de los penales. En el momento en que acomodó el balón y marcó el definitivo penal ante un equipo alemán que, pese a no tener grandes figuras, tuvo la posibilidad de quedarse en lo más alto del podio y que, de a momentos, complicó a los locales.

Esta vez, sin embargo, la historia le haría un guiño a Brasil. Y, sobre todo, a Neymar, el crack del Barcelona que se cargó el equipo al hombro. Que le dio a los locales ese título que le faltaba.

Brasil: Weverton; Zeca, Marquinhos, Rodrigo Caio y Douglas Santos; Rodrigo Augusto y Walace; Luan; Gabriel Jesús, Neymar (capitán) y Gabriel Barbosa. DT: Mario Micale.
Alemania: Timo Horn; Jeremy Toljan, Matthias Ginter, Niklas Suele y Lukas Klostermann; Sven Bender, Lars Bender, Julian Brandt y Serge Gnabry; Maximilian Meyer (capitán) y Davie Selke. DT: Horst Hrubesch.

Goles: Neymar (B) y Meyer (A).