Callado, sin gestos tribuneros, alejado de las frases estridentes, con un perfil bajo genuino, Jorge Almirón habla a través de sus equipos y con el juego que propone. Encontró en Lanús su lugar en el mundo tras un paso controvertido por Independiente. A pocas cuadras del club del que es hincha, pudo mostrar su idea y hacerla brillar.

Formó un equipo estético, elegante y efectivo que floreció al ganarle una final a San Lorenzo con goleada, baile y contundencia. Un acorde sirve como muestra de una sinfonía: durante el torneo anterior, el arquero y la defensa granate intentaron salir jugando desde el fondo como lo exige la marca registrada del entrenador, pero no salió, se equivocaron y el equipo adversario casi convirtió. Por instinto futbolero los involcrados en el error miraron hacia el banco en busca de los ojos oscuros de Almirón quien, casi inmutable, sólo abrió la boca para decirles que siguieran igual, que ese es el camino, que así se llega al gran objetivo. Eso es valentía, así se transmite convicción por una idea. El resultado está a la vista.

A Almirón lo eligió Ramón Cabrero, mánager y consejero del club. El mismo que salió campeón por primera vez con Lanús. Y no es casualidad. Cabrero no hizo mas que buscar una continuidad a aquel equipo que dirigió y trató tan bien la pelota como este de Alimirón. Le salió muy bien la apuesta, tanto que ese estilo ya pasó a ser una marca indeleble en la historia del club, donde ya se sabe que el camino del buen gusto futbolero conduce a la felicidad de una vuelta olímpica. El camino se disfruta tanto como el final.

El fútbol argentino necesitaba un campeón como Lanús y un entrenador como Almirón. Y ahora se viene el momento de afianzar la idea, seguir apostando a la poseción de pelota, el toque en el medio y la contundencia en el área rival. Tiene como ventaja que terminó el campeonato anterior en alza, mostrando su mejor versión en el último partido. Tiene como objetivo reinventarse para que los demás no le tomen la mano. Así como Almirón sostuvo su idea a pesar de que no empezó jugando bien y recién empezó a vislumbrarse el equipo tras un empate en San Juan contra San Martín, ahora necesita mostrar que la puede sostener más allá de los resultados que se avecinen. Con valentía, buenos jugadores y un entrenador convencido de lo que hace, ahí va Lanús en busca de más fútbol.