Las transferencias de futbolistas argentinos más importantes en el mercado de verano de Europa, centro mundial de la pelota, fueron no-transferencias. París Saint-Germain y Tottenham le pusieron más euros sobre la mesa a Inter y Betis y se quedaron definitivamente con Mauro Icardi y Giovani Lo Celso. Icardi y Lo Celso vieron el opaco triunfo 1-0 de la Selección Argentina ante Ecuador en la madrugada del viernes, uno desde Francia, el otro desde Inglaterra. El delantero no fue citado y el mediocampista sufrió una lesión que lo marginó del inicio de las Eliminatorias a Qatar 2022. Los últimos cuatro planteles campeones del mundo estuvieron integrados en su totalidad por jugadores de las cinco ligas top: Italia (Alemania 2006), España (Sudáfrica 2010), Alemania (Brasil 2014) y Francia (Rusia 2018). Argentina estuvo a nada de ganarle la final a Alemania en el Maracaná. Pero de aquel plantel subcampeón a esta Selección apenas queda un sobreviviente: Lionel Messi, que a pesar de los cimbronazos todavía es el 10 de Barcelona. Desde entonces, los futbolistas argentinos entraron en recesión de presencias en los grandes clubes de Europa.

En la última década, bajó el número de argentinos en Italia, España e Inglaterra. De 54 (2012-13) a los actuales 26 en la Serie A. De 39 (2017-18) a 24 en la Liga. Y de 23 (2014-15) a 17 en la Premier League. En este mercado, a los de Icardi y Lo Celso le siguió el pase del arquero Emiliano Martínez, de Arsenal a Aston Villa. Y con salida desde Ezeiza a una liga top, la transferencia de Lucas Martínez Quarta, de River a Fiorentina. “Es una constante que viene desde los últimos años, y en decadencia. Son poquísimos los jugadores del fútbol argentino que están listos y preparados para las cinco grandes ligas. En los últimos pases, como el de Exequiel Palacios a Bayer Leverkusen, van y no arrancan jugando. Hay casos muy esporádicos, como el de Lautaro Martínez”, dice Nicolás Burdisso, que integró entre 2004 y 2009 el Inter junto a Juan Sebastián Verón, Esteban Cambiasso y Javier Zanetti, entre otros argentinos. “Los chicos no están preparados. Juegan, demuestran, pero no es un talento que les haga hacer la diferencia en Europa, como hace 15 años, cuando tenían 60 partidos en Argentina y llegaban allá y estaban preparados -agrega Burdisso-. Es una consecuencia de la falta de talento con la falta de preparación. Necesitan, en la mayoría de los casos, una liga intermedia, como Holanda y Portugal, para adaptarse y pegar el salto”.

Palacios, figura del River campeón de la Copa Libertadores 2018, no suma minutos en la temporada con el Leverkusen. Otros jugadores de la Selección debieron cambiar de equipo, como Juan Foyth, que pasó de Tottenham a Villarreal. Nehuén Pérez fue comprado a Argentinos Juniors en 2018 por Atlético de Madrid, pero nunca jugó en ese club: ahora llegó a Granada. Si bien Marcos Acuña cambió Sporting de Lisboa por Sevilla, Nicolás Otamendi trocó Manchester City por Benfica. “¿Somos muy caros y cuesta vender o ya no somos tan apetecibles para el mercado europeo?”, se pregunta Hermes Desio, coordinador de selecciones juveniles de la AFA entre 2017 y 2019, y ahora de Talleres de Córdoba. “Quizás es una consecuencia de muchas decisiones dirigenciales. No estamos bien vistos. Hay un dicho: ‘El mejor negocio es comprar a un argentino por lo que vale y venderlo por lo que cree que vale’. Somos potencia a nivel mundial, pero hay un eslabón de toda la cadena en el que estamos fallando, porque todo lo que para nosotros es grande y maravilloso, allá va y no juega. Es cierto que no hay argentinos en los grandes. Es lo que nos preguntamos todos”.

Las plazas antes ocupadas por los argentinos se las repartieron entre otros europeos, que poco a poco cruzaron las fronteras a partir de un trabajo de calidad en juveniles. Si contamos los futbolistas que no son de los países de origen en los planteles de Liverpool, Juventus, Bayern Múnich, PSG y Real Madrid, últimos campeones de liga, el podio lo completan Brasil (15), Francia y España (10). Le sigue Holanda (6). Y recién después Argentina (4), con Paulo Dybala (Juventus), Ángel Di María, Leandro Paredes e Icardi (PSG). Pero acompañada por Alemania e Italia. Y encimada por Portugal y Bélgica (3). Los dos fichajes más caros en el último mercado los concretaron el alemán Kai Havertz, de Leverkusen a Chelsea a cambio de 80 millones de euros, y el brasileño Arthur, de Barcelona a Juventus (72 millones). “Me causa gracia cuando escucho: ‘Si no funcionás acá, tomate un avión y andá a jugar a España’. Solemos desprestigiar -dice Desio, que jugó en el fútbol español-. Estamos lejos y ellos encima tienen una publicidad que no tenemos. Es más fácil contratar a un europeo porque ya conoce el ambiente, no necesita tanta adaptación como el sudamericano”.

Pero hay otro problema en Argentina: la formación. “La competencia de clubes, dentro de juveniles, es muy pobre -marca Burdisso, quien fue director deportivo de Boca-. Juegan cada vez menos, tienen torneos extraños, muy largos o muy cortos, sin alta competitividad. Y si le sumamos que muchos equipos no le dan espacio a los jugadores jóvenes o que cuando le dan espacio no están preparados, cuando los clubes poderosos de Europa vienen a comprar se dan cuenta de que los chicos no están preparados para sus realidades”. En la última Champions, entre los equipos de octavos de final, no hubo ningún futbolista argentino menor de 24 años. En este mercado de pases, Manchester United le pagó a Peñarol la cláusula de rescisión de 10 millones de dólares por Facundo Pellistri, atacante uruguayo de 18 años. Los equipos argentinos exportaron 183 jugadores al exterior, según el Transfer Matching System (TMS) de la FIFA. Argentina se ubicó en el décimo escalón, lejos de Brasil, en el quinto con 329. Después de Martínez Quarta a Fiorentina, la venta a una de las principales ligas fue la de Facundo Medina, de Talleres a Lens de Francia.

Durante el Mundial Sub 17 de Brasil 2019, un scouting de jugadores que trabaja con Liverpool observó Argentina-España en Vitória. Empataron sin goles. “Estos chicos son muy buenos, muy buenos”, le dijo a un entrenador de la AFA. “Pero allá no juegan, los veo lentos, sin el biotipo físico. Es nuestra percepción, no quiere decir que sea la verdad. Pero nosotros esperamos, por ejemplo, otra función de los mediocampistas, que sean de área a área, box to box”. La figura de España en aquel Mundial Sub 17 fue Pedri, que suma hoy minutos al lado de Messi en el Barcelona. La de Argentina, Matías Palacios, que debutó en San Lorenzo pero pasan los entrenadores y no juega. Hay una buena para la Selección: después de Qatar 2022, el último Mundial que podrá tener a Messi, se ampliará el número de selecciones clasificadas: en la Copa del Mundo de Canadá, Estados Unidos y México 2026 se esperan 48 países. Difícil que Argentina no entre, aunque sea por la ventana.