Si Guido Pella tuviese un hueco en este fin de semana, en el que le dio un punto clave a la Argentina para fantasear con la quinta final de la Copa Davis, seguramente se haría una pequeña escapada. El domingo intentaría recorrer los 532 kilómetros que separan a Glasgow -la ciudad en la que superó en cuatro sets al británico Kyle Edmund- de Watford, donde Manchester United jugará por la quinta fecha de la Premier League. El deportista que puso la serie 2-0 la serie por las semifinales juega el tenis, pero su pasión es el fútbol. Es hincha fervoroso de Olimpo de Bahía Blanca y, además, tiene el corazón cruzado por los colores del equipo que hoy comanda Jose Mourinho. Su favoritismo guarda un nombre más: Wayne Rooney, que será titular en esta jornada, es uno de sus futbolistas predilectos.

Si el bahiense tuviera unas horas libres, si el bahiense no estuviera atravesando acaso el fin de semana más importante de su carrera, tal vez dedicara un tiempo a disfrutar su gran entretenimiento. Pero el tenista de 26 años que tuvo en debut precoz -jugó su primer partido en el circuito a los 15- está en el lugar que soñaba pero que no imaginaba. Porque a principios de año, el zurdo que se ubica en el puesto número 49 del ránking ni pensaba en ser parte del equipo liderado por Daniel Orsanic. Creía, de hecho, que con Juan Martín Del Potro y con Juan Mónaco en actividad sus chances serían rémotas. Así lo había dicho en una entrevista.

Entrenado por Fabián Blengino, Pella se ganó la confianza de Orsanic que lo mandó a la cancha en el primer día de la serie ante Gran Bretaña, a unos cientos de kilómetros de su club favorito. Y el bahiense aportó lo suyo para dejar a la Argentina en las puertas de otra final. El zurdo, curtido en una familia de tenistas, se encuentra en estado de extásis: atraviesa su mejor temporada desde que su padre le aconsejó agarrar una raqueta y lo empezó a entrenar. En su casa, de todos modos, no era el único que recorría el rectángulo detrás de una pelotita: su hermana Catalina, de 23 años, también compite en el circuito profesional.

En otro tiempo, Guido pasaría pegado al televisor para ver a Rooney y compañía. Este domingo la historia será otra: buscará ser otra vez protagonista en el camino a la final de la Copa Davis, esa competencia esquiva para la Argentina.