Le preguntaron al maestro Tabarez si en octavos de final prefería que Uruguay enfrentara a España o a Portugal. “¿Alguno daría una mano por decir que Portugal no puede perder con Irán?” fue la respuesta entre signos de pregunta del entrenador uruguayo. Y en esa reflexión queda en evidencia la sabiduría del maestro.

Todo el mundo da ganador a Portugal, porque tiene a Ronaldo, porque lo acompaña Bernardo Silva, porque le empató a España en un partidazo, porque ganó su segundo partido… Pero del otro lado habrá un equipo que, en silencio, tiene en su poder la posibilidad de dar un enorme golpe.

Portugal llega a este partido definitorio con cuatro puntos, aunque sin nada asegurado. El empate le permitiría clasificar. Irán llega con tres unidades y sabe que si gana se clasifica y deja afuera a su rival. Pero sabe, además, que ese posible triunfo puede ser glorioso porque se metería por primera vez en su historia en los cuartos de final de una Copa del Mundo. Y cuando un equipo de fútbol, sea cual fuere, está cerca de un resultado que lo puede meter en la historia hay que respetarlo.

Portugal es más conocido, pero ¿con qué cuenta Irán para salir a la cancha el lunes a las 15 (hora argentina) para definir el Grupo B? En primer lugar con equipo muy compacto, muy trabajado en la parte defensiva, duro para cualquier rival como ya lo demostró ante España y con un jugador relevante, Sardar Azmoun, considerado en su país como “El Messi iraní”, quien ya tiene ofertas para jugar en el fútbol español y en la Premier League.

¿Otro condimento? El entrenador de Irán es el portugués Carlos Queiroz, quien ya le empezó a meter picante al partido cuando dio la conferencia de prensa previa al partido. “Mis jugadores no pensaban ni en sueños enfrentar a una estrella mundial como Cristiano Ronaldo, pero no vinimos a Rusia para jugar partidos fáciles”, afirmó Quiroz, que le quiere complicar la vida a sus compatriotas.