Emiliano Martínez cierra los ojos. Aprieta la pelota con las manos enguantadas. Los segundos pasan. El viaje es interior. En el calentamiento, antes de cada partido, Dibu ejercita la meditación. Le ayuda, reconoció, a concentrarse. A enfocarse. Después del partido ante México, del 2-0 del alivio, había dicho que había hablado con su psicólogo para recuperarse de los dos goles de Arabia Saudita en el debut. Que había sufrido mucho. En el estadio Áhmad bin Ali repitió el ritual de meditar. Y 30 segundos antes del final de los octavos de final ante Australia, con el resultado 2-1 a favor de Argentina, Martínez salvó a la Selección: la atajada a Garang Kuol, el abrazo de Nicolás Otamendi y Enzo Fernández, tirados en el césped, ya es una de las imágenes del camino de Argentina en Qatar 2022. El cierre vital de Lisandro Martínez después de un jugadón de Aziz Behich, a diez minutos del final, había sido el presagio de la salvación de Dibu. Los Martínez, Emiliano y Lisandro, le pusieron el cuerpo a los goles que no pudo concretar otro Martínez, Lautaro. Pero fue el Dibu, con la bandera argentina pintada en el pelo, el salvador del final. Se debía, en la intimidad, su gran aparición en el Mundial.

«Fue un sufrimiento, teníamos un partido controlado y un rebote, algo que no esperábamos, fue un baldazo de agua fría, pero gracias a Dios pude ayudar al equipo en el final», dijo Martínez minutos después de que Argentina concretara el pase a los cuartos de final (el viernes a las 16 ante Países Bajos). «Terminamos sufriendo, pero es ahí donde se ve el equipo. Hay que soñar en grande y sueño con la gente todos los días. Quiero hacer historia con esta camiseta. Amo al pueblo argentino. Cada vez que salgo a la cancha siento una conexión increíble. La última atajada se la dedico a todos ellos. Soñé en toda mi vida, desde que tengo seis años, y sigo soñando en grande». Argentina volverá a cruzarse en un Mundial con Países Bajos. La última vez, en las semifinales de Brasil 2014, Sergio «Chiquito» Romero se convirtió en «héroe» con los penales atajados. El Dibu tiene su serie de penales histórica ante Colombia en otra semifinal, la de la Copa América de Brasil 2021. La de «mirá que te como, hermano». La de los tres penales atajados, récord en la Selección. El achique crucial ante la definición de Kuol sobre el filo del partido con Australia lo deja en el mejor escenario anímico en caso de que Argentina vaya a los penales ante Países Bajos. Activó el costado épico el Dibu. «Está para eso, estamos contentos que él pueda haber tapado esa pelota», dijo Lionel Scaloni, el entrenador que le confió el arco argentino.

Dibu Martínez –30 años, nacido en Mar del Plata, de la escuela de Pepé Santoro en las inferiores de Independiente, hoy en el Aston Villa de Inglaterra– evitó el alargue ante Australia. Aunque parece hecho a la medida del arco argentino, su historia con la Selección es reciente: debutó el 3 de junio de 2021, antes de la Copa América. Qatar 2022 es su primera Copa del Mundo. Contra Australia, un tiro de Craig Goodwin con destino de tribuna se desvío en Enzo Fernández y se le metió en el arco. Nada podía hacer. «Era un partido que estaba controlado, hacen un gol de rebote y después, normal, te empiezan a meter pelotazos en los últimos minutos –dijo Lionel Messi, el capitán–. Pero quizá sacando la última que saca el Dibu, tampoco sufrimos». La última que saca el Dibu –el que no pudo hacerle upa a su hija recién nacida durante la Copa América, como vimos que Messi arengó antes de la final con Brasil en la docuserie de Netflix Sean eternos– fue el gran sufrimiento argentino en el Mundial. Cuando los corazones se paralizaron, en Qatar y en Argentina, Dibu Martínez puso todo: la mente, la cara, el coraje y, al final, ese brazo izquierdo.