El presidente de la Federación Palestina, Jibril Rajoub, quien hizo un llamamiento a quemar las camisetas del argentino Lionel Messi si acudía a jugar contra Israel en junio en Jerusalén, fue privado un año de sus funciones oficiales durante los partidos, informó la FIFA este viernes.

Preguntado por teléfono por la AFP, Rajoub, en viaje a China, consideró que era una «decisión injustificada e injusta» y anunció que iba a «recurrir».

«La suspensión para partidos del señor Rajoub implica una prohibición de tomar parte en cualquier partido o competición de fútbol durante doce meses», explicó la FIFA.

La instancia mundial del fútbol recuerda que Rajoub «fue el autor de unas declaraciones en los medios invitando a los aficionados a tomar como objetivo a la Federación Argentina de fútbol y a quemar camisetas e imágenes de Lionel Messi».

Dichas «declaraciones, que la Comisión de disciplina consideró pues como incitación al odio y a la violencia, fueron pronunciadas antes de un partido amistoso previsto para el 9 de junio de 2018 en Jerusalén entre Israel y Argentina, partido que fue anulado».

La «suspensión de 12 meses entra en vigor el 24 de agosto, fecha de notificación de los motivos de la decisión», prosigue la FIFA, que precisa: «Le será así pues imposible hablar con los medios en el estadio o en los alrededores en el marco de partidos o competiciones».

La FIFA anunció asimismo que Rajoub recibió una multa de 17.528 euros.

La ministra israelí de Cultura y Deportes, Miri Regev, celebró en un comunicado la sanción a Rajoub.

«Los terroristas que incitan a la violencia no tienen su lugar en el mundo del fútbol», afirmó.

«Jibril Rajoub debería encontrar tras unos barrotes y no en las tribunas oficiales de los estadios de fútbol o en los pasillos de la sede de la FIFA», añadió.

Con el telón de fondo del persistente conflicto israelí-palestino y encontrando su prolongación en el deporte, Rajoub llamó a quemar las camisetas de Messi si participaba en el encuentro previsto en Jerusalén.

La cancelación del Israel-Argentina consoló a los palestinos que temían ver al ídolo Lionel Messi prestarse a un acto que ellos consideraban político, y consternó a los israelíes.