El fútbol me apasiona desde que tengo uso de razón. A los ocho años coleccionaba pósters de equipos de fútbol mientras se llevaba a cabo el Mundial ’78 –sí, tengo 48 años– y conocía equipos y formaciones. El domingo a la noche preparaba la tabla de posiciones para anticiparme al diario del lunes y al otro día se las repartía a mis compañeros. Eran tiempos en los que Internet ni siquiera existía en la ciencia ficción. En la primaria, organizaba torneos de fútbol. Y con doce años ya dirigía a mis compañeros de clase.

Nunca tuve reparos en trabajar en grupos con mayoría de varones. Siempre el fútbol fue el tema que me ayudó a abrirme camino y a formar parte de estos grupos. Mi autoexigencia al momento de estudiar, el formarme e informarme, me permitió ser escuchada y respetada. En general, mis experiencias en un ambiente en el que predominan los varones fueron muy positivas. Insisto: la formación me ayudó a ser escuchada en mis opiniones.

Sol Muñoz, con quien tengo trato directo por ser la primera mujer en ocupar un puesto jerárquico en la Conmebol, es una de las mujeres que me generan admiración en el ámbito del fútbol. Trabajo todos los días para poder estar a la altura de las circunstancias cuando finalmente se quiera apostar a que una mujer dirija un equipo masculino profesional. Es un camino largo, difícil, pero confío en que voy a lograrlo. Aún no hubo mujeres dirigiendo en equipos de hombres. Creo que estoy abriendo una puerta que, cuando lo logre, dará lugar a que otras se animen.

*Entrenadora, ayudanta de la Cuarta de Leandro N. Alem