Sábado 13/8 por la noche, Río de Janeiro.

Versión de Ryan Lochte

Había que festejar. Una medalla dorada bien lo vale. Y Ryan no dudó en celebrar con sus amigos.
Se enteraron que había flor de fiesta en la Casa de Francia, uno de los lugares más convocantes para los atletas pero que quedaba a 40 kilómetros de la Villa Olímpica, cerca de la Laguna Rodrigo de Freitas.

Los cuatro, nadadores ellos, recibieron la noticia de la fiesta y decidieron ir. Saltearon la fila para ingresar, pagaron los 170 dólares, bailaron, se encararon unas chicas, bebieron como en cualquier festejo. Ryan, uno de los más reconocidos de esa noche, puso punto final un rato antes de las 4 de la madrugada porque todavía había que alentar a otros compañeros y no quería llegar tarde y despertar a su compañero de habitación, un tal Michael Phelps.

Se tomaron un taxi para volver a “casa”, pero, como habían bebido demasiado, solicitaron al chofer que detengan en una estación de servicio.

Bajaron y allí ocurrió los siguiente: “Pararon nuestro taxi y esos sujetos salieron con un distintivo de la policía y nos quitaron del coche. Sacaron las armas y dijeron a los otros nadadores que se acostaran en el suelo. Ellos lo hicieron. Yo me negué, no habíamos hecho nada malo. El tipo sacó su arma, la amartilló, la puso en mi frente y dijo: Abajo. Y yo puse mis manos arriba, estaba como, no sé… . Tomó nuestro dinero, tomó mi billetera, se llevó 400 dólares, lo que tenía. Dejó mi celular y también dejó mis credenciales», fueron sus palabras temblorosas a la cadena NBC luego de realizar la denuncia por robo.

Domingo 14/8 por la madrugada, Río de Janeiro

Versión real

Ryan Lochte, junto a sus amigos y compatriotas Gunnar Bentz, Jack Conger, y Jimmy Feigen, llegaron a la Casa de Francia a eso de las dos de la madrugada. Eludieron la cola y entraron con el pecho inflado. Venían de ganar el oro en la posta 4×200. Bebieron de más y se encararon hasta a las gigantografías de otras atletas. Ryan estuvo muy cerca de una bella meujr. A eso de las 5.45 am decidieron irse.

Tomaron un taxi, y cerca de Barra de Tijuca solicitaron realizar una parada en una estación de servicio. Pese a tener un baño cerca, los cuatro hicieron pis en la calle, arrancaron una placa de la estación y al llegar a los baños rompieron la puerta, espejos y jaboneras. Dos personas de seguridad del lugar se acercaron y trataron de calmarlos en portugués. Les dijeron que debian pagar por los daños.

El conductor se negó a sacarlos de allí y la situación se salió de control. Todo se solucionó con el pago de 30 dólares más 20 de multa, aunque nada de eso alcanzó para cubrir el gasto por los daños. Lochte y amigos habían logrado su propósito: el de evitar a la policía.

La noticia del robo fue una de las más comentadas en la Villa Olímpica durante la primera semana, pero la policía comenzó a tener dudas con respecto a la sucedido y les retuvo el pasaporte a cada uno de los involucrados.

Lochte terminó confesando que todo fue inventado por él. Tuvo que dar una entrevista en vivo en el programa más visto de la televisión estadounidense de la NBC: “Fue demasiada exagerada la historia. Asumo toda la responsabilidad. Estaba ebrio”, contó el ganador de 12 medallas olímpicas desde Atenas 2004.

Debido a todo este incidente, el nadador de 32 años acaba de perder su principal patrocinio ya que la marca de indumentaria Speedo le cortó el contrato (50.000 dólares), mientras que lo abandonó su novia, la modelo Kayla Rae, al enterarse que estuvo con otra mujer.