El plantel de Boca Juniors, el cuerpo técnico encabezado por el entrenador Miguel Ángel Russo y dos de los integrantes del Consejo de Fútbol pasaron la noche en Belo Horizonte luego de la escandalosa eliminación en octavos de final de la Copa Libertadores y recién regresarán a la Argentina esta tarde.

La delegación «Xeneize» abordará un vuelo chárter a las 15 para trasladarse desde Belo Horizonte a Ezeiza, según informó a Télam un allegado al plantel, en un plan que se trastocó debido a los incidentes que se produjeron luego del partido ante el Mineiro, en una derrota por penales que se produjo luego de haber igualado cero a cero al cabo de los 90 minutos.

En principio, Boca tenía previsto emprender el vuelo chárter de regreso a la Argentina a las 23.15 de la noche del martes para llegar a Ezeiza a las 2.40 de esta madrugada, algo que no se produjo porque la delegación debió prestar declaración en la comisaría sin poder descender de los ómnibus para no romper la burbuja sanitaria.

Debido a la tardanza en las declaraciones y como el aeropuerto de Belo Horizonte cierra su actividad a las dos de la madrugada, la delegación debió pernoctar en la ciudad, y el regreso se pospuso para esta tarde.

El escándalo se generó por el malestar de los jugadores de Boca por un gol lícito anulado al lateral Marcelo Weigandt a instancias del VAR que le hubiera dado al equipo la victoria y el pase a cuartos de final.

Con el partido empatado sobrevino la definición por penales que ganaron los brasileños y en los vestuarios el caos con agresiones cruzadas entre el presidente del Mineiro, Sergio Coelho, algunos jugadores y dos integrantes del Consejo de Fútbol, Jorge Bermúdez y Raúl Cascini.



Luego de una gresca generalizada con efectivos de seguridad, la policía brasileña imputó a los jugadores Sebastián Villa, Carlos Zambrano, Javier García, Carlos Izquierdoz, Marcos Rojo, al entrenador de arqueros Fernando Gayoso, al ayudante de campo Leandro Somoza y a Cascini.

El comienzo de los disturbios se produjo cuando los futbolistas fueron a los pasillos del vestuario a reclamarle al árbitro uruguayo, Esteban Ostojich, quien a instancias del VAR anuló el gol legítimo de Weingandt a los 17 minutos del segundo tiempo, y luego la policía empezó a lanzar gases hacia la zona del ingreso del vestuario visitante.

En las imágenes televisivas también se ve como el presidente del Mineiro, Sergio Coelho lanza una botella de agua a los jugadores de Boca que estaban del otro lado del vestuario en el medio de un caos general.

La situación motivó la intervención del embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, quien se ocupó de asistir al plantel de Boca ante la posibilidad de que varios fueran detenidos.

Por su parte, Atlético Mineiro de Brasil responsabilizó hoy al plantel de Boca Juniors por los incidentes registrados tras el partido que ambos equipos disputaron por la Copa Libertadores al indicar que el equipo argentino había intentado «invadir» el vestuario local y señalar que personal de seguridad había procurado «sin éxito, contenerlos». «Terminado el partido los jugadores de Boca bajaron por el túnel y se dirigieron al vestuario visitante. Minutos después los futbolistas y el cuerpo técnico se dirigieron hacia el vestuario de los árbitros (la terna uruguaya liderada por Esteban Ostojich) y los guardias de seguridad de club y el estadio intentaron, sin éxito, contenerlos» relató el Atlético Mineiro en la versión de los hechos que dio a través de su cuenta oficial en Twitter.

La entidad de Belo Horizonte continuó con el relato en la cuenta: «Los argentinos decidieron entonces (tras no poder hablar con los árbitros) invadir el vestuario de Mineiro, en donde había jugadores, cuerpo técnico y dirigentes. Incluso el presidente Sérgio Coelho intentó evitar la invasión para proteger a los profesionales del Atlético. En el camino, atacaron a todos, además de romper bebederos y barandas protectoras. La Policía Militar llegó y ahuyentó a los atacantes con gas pimienta».